Cierre de persianas en algunos puestos de los mercados por la huelga de transportistas

MÁLAGA/Cinco días después de que comenzara el inicio de la huelga de transportistas convocada por la Plataforma en Defensa del Transporte, los mercados municipales también se ven afectados por la falta de alimentos frescos, provocando que algunos puestos se hayan visto abocados a cerrar provisionalmente.

La escasez de géneros, su encarecimiento y los piquetes como consecuencia del paro indefinido de los camioneros por la subida del precio de los combustibles han sido los factores que han provocado el cierre de numerosas persianas en los mercados de abastos de la capital malagueña.

"Pinta mal la cosa. Mi mujer ve las noticias y se amarga. Yo le digo que se tome las cosas de otra manera", relata el dependiente de un puesto de pescado del Mercado del Carmen mientras atiende a una clienta. En el resto de establecimientos, el tema de conversación entre trabajadores y compradores se repite. Unos, acusan al Gobierno de la situación. Otros, no entienden la postura de los transportistas.

"Nosotros hemos abierto hoy, pero tuvimos que cerrar miércoles y jueves porque entre los piquetes y el poco pescado que había no merecía la pena", manifiesta el Juan José Segado, el dueño de la pescadería que lleva su nombre. Aunque la mayoría de trabajadores de este sector asegura que las manifestaciones llevadas a cabo por los huelguistas en Málaga son "pacíficas", Segado informa de que días también se han vivido momentos de tensión.

También ubicada en la lonja del Carmen, la pescadería Matías Soler, en sus 30 años de historia, nunca se ha visto en una situación similar. Así lo confirma una de sus encargadas, Natalia Soler, al tiempo que explica que ellos tampoco pudieron abrir el miércoles. Insiste en que entiende la situación que están atravesando los transportistas, pero pide que no les perjudiquen a los pequeños negocios. "Somos autónomos y tenemos que seguir pagando nuestras facturas, no nos podemos permitir el lujo de cerrar", apunta. Reconoce que sienten miedo de encontrarse piquetes cuando entran y salen de Mercamálaga y reclama que "busquen otras fórmulas de reivindicarse".

La escasez de productos también está generando que se encarezcan, sobre todo "salmones, boquerones y gambas", enumera Antonio, el dueño de la pescadería Hermanos Caballero. A algunos, no les queda más remedio que cobrarlos más caro para poder obtener el mismo beneficio que hasta ahora; otros, han optado por seguir manteniendo el precio antiguo para que el cliente no se vea afectado y poder mantenerlo.

Aunque en menor medida, fruterías y carnicerías también se están viendo afectadas por el paro indefinido de los transportistas. José Ortega, de frutería Pepe y Pepi relata que a ellos, de momento, no les está faltando género, pero se muestran preocupados, ya que "si el lunes la situación sigue así, no vamos a poder abrir", confiesa.

Preocupada e intranquila también se encuentra Encarnación Rodríguez, de la carnicería Encarni y Manolo, pues insiste en que lleva 60 años en el establecimiento y nunca ha visto lo que está ocurriendo ahora. "No entiendo cómo el Gobierno puede esperar hasta el día 29 para reunirse", señala. Rodríguez, que se dedica también a la ganadería, cuenta que ya están tirando la leche que producen sus animales porque no pueden proveerla a los comercios.

En el Mercado Central de Atarazanas el escenario se repite. Dependientes y clientes comentan la problemática actual mientras, a su alrededor, algunos puestos tienes las persianas bajadas.

En torno al 50% de los establecimientos dedicados a la venta de pescado en esta lonja no han atendido este viernes al público. "Estamos viviendo la situación regular", expresa José Luis El Castillo, de la pescadería Salvador y Lucas, mientras observa las encimeras de su negocio prácticamente vacías.

Por su parte, Javier Belman, de la pescadería que lleva su apellido, apunta que lo que más le preocupa es que los pescadores amarren sus barcos para protestar también por el precio del combustible. "Yo los apoyo y deseo que se cumpla lo que reivindica, pero yo necesito seguir trabajando".

Algunas clientes de Atarazanas contaban que, por el momento, habían conseguido todos los productos que iban buscando. Y, aunque, la gran mayoría entiende el clamor de los camioneros, piden que "dejen trabajar a quien lo quiera hacer".