El Clínico duplicará las consultas de radioterapia dentro de un mes
Antes de finales de 2009 incorporará un segundo acelerador y una nueva técnica para radiar a los enfermos de cáncer · La mejora ha supuesto una inversión de 2,5 millones
La atención a los enfermos de cáncer en el Clínico mejorará de forma ostensible en los próximos meses. La inversión de 2,5 millones hecha por la Consejería de Salud en obras y equipamiento se empezará a sentir a lo largo de este año en que se duplicarán las consultas de radioterapia, se pondrá en marcha un segundo acelerador para radiar a los pacientes y se incorporará una técnica de la que hasta ahora carecía el hospital. El primer paso será la creación de nuevas consultas. Su apertura está prevista para mediados de junio. De las tres actuales se pasará a siete. Para después del verano se prevé la puesta en funcionamiento del segundo acelerador, un aparato que se usa para dar radioterapia a los pacientes oncológicos. El equipo necesita un búnker de hormigón para evitar radiaciones al exterior. Aunque la obra se estima que estará concluida dentro de un mes, luego son necesarios los permisos del Consejo Nacional de Seguridad Nuclear y el calibrado del aparato, por lo que se calcula que no estará en marcha hasta el próximo otoño.
El proyecto de mejora del área de radioterapia incluye también la creación de un radioquirófano. Esta infraestructura permitirá al hospital incorporar la braquiterapia, que es una técnica para dar tratamiento local en la zona del tumor.
En la actualidad, el Clínico atiende a unos 1.350 nuevos casos al año. Unos 700 son tratados con radioterapia en el propio hospital. El resto se deriva al Carlos Haya. "Con el segundo acelerador y la braquiterapia, creemos que vamos a ser casi autosuficientes", apunta el jefe de la Unidad de Gestión Clínica de Oncología Radioterápica, José Antonio Medina. Además, el facultativo señala que la incorporación de los nuevos equipos supondrán un salto en la calidad de la asistencia dada su "altísima precisión".
En la unidad trabaja una quincena de profesionales que deben estar muy coordinados, ya que el oncólogo dice qué dosis debe recibir el paciente y en qué parte del cuerpo, un físico calcula cómo radiarlo para atacar el tumor sin dañar las partes sanas y los técnicos consiguen que los aparatos cumplan esas instrucciones. "Esto es una cadena y no puede fallar nadie", apunta Medina. A la unidad -en la que también están los oncólogos médicos que tratan con quimioterapia a los pacientes- se acaban de incorporar los cirujanos que operan los cánceres de mama, colon y recto. El objetivo de estos cambios es aumentar la coordinación para que el paciente no dé vueltas ni se encuentre con diferentes criterios médicos.
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