Concentración en el Hospital Materno de Málaga contra las amenazas de un padre a una pediatra

Málaga/Tres agresiones en los últimos días en centros sanitarios de Málaga capital han movilizado a los profesionales para dejar patente su malestar mediante concentraciones. Este jueves, la protesta ha tenido lugar en las escalinatas del Materno para repudiar las amenazas de muerte que sufrió una pediatra de este hospital por parte del padre de un niño ingresado en la UCI que no estaba de acuerdo con la asistencia a su hijo. Stop. Ni una más ha sido el lema bajo el que se han manifestado lo trabajadores.

La agresión tuvo lugar el pasado viernes 2 de junio y fueron denunciados por la facultativa. "Como te vea por la calle te tengo que matar", le espetó a la médica. Tras un juicio rápido, un juzgado malagueño dictó una orden de alejamiento del centro para el agresor. Éste tiene múltiples antecedentes de conflictos con el personal tanto facultativo como de enfermería. Según fuentes sindicales, la actitud agresiva del padre se viene produciendo desde el ingreso del menor, con frecuentes descalificaciones y obstrucciones al normal desarrollo de la actividad de los profesionales.

El Sindicato Médico de Málaga (SMM) expresó su rechazo "ante esta realidad que va camino de instaurarse en la sociedad si no se toman medidas eficaces". Además, la organización criticó que la figura del facultativo "no se respeta y se le culpa de todos los males de la situación sanitaria del país por aquellos usuarios que protagonizan estas agresiones cada vez más comunes".

La defensa de la facultativa amenazada fue llevado por el abogado del Colegio de Médicos, Antonio Moya, ya que la víctima llamó al Teléfono de Atención Urgente (TAU) de la entidad colegial. Esta organización mostró su más "enérgica condena" ante esta nueva agresión verbal. "Insistimos en nuestra política de tolerancia cero ante las agresiones a médicos", declaró el presidente del colegio, Pedro J. Navarro.

Este viernes, también a las 11:00 tendrá lugar otra concentración similar ante la puerta de las Urgencias del Hospital Clínico. En este centro se produjeron dos agresiones físicas en un corto periodo de tiempo. El viernes pasado, un paciente "sin mediar palabra" agredió a una enfermera de Urgencias propinándole un puñetazo en el pecho que la hizo caer al suelo, lo que le ocasionó varias lesiones. También en ese área del centro sanitario, el domingo, una mujer le lanzó un teclado a una médica, la agarró del pelo y la zarandeó de forma violenta. La facultativa resultó con erosiones y daño emocional como consecuencia del episodio vivido. La agresora, tras un juicio rápido, fue condenada a ocho meses de prisión, orden de alejamiento de 500 metros y a una indemnización pendiente de cuantificar.

Las agresiones en los centros sanitarios públicos de la provincia de Málaga subieron un 43% en 2022 respecto al año anterior. Entonces se registraron 187 y en el pasado ejercicio se elevaron a 268. Los datos del Servicio Andaluz de Salud (SAS) facilitados a los sindicatos corresponden a todo 2022. Según esas cifras, en ese periodo hubo 62 agresiones físicas (23%) y 206 verbales (77%).

En términos absolutos, Málaga es la que más casos notifica después de Sevilla, que registró 304 en total. Pero hay que tener en cuenta que ambos territorios son los que suman más población y tienen también las plantillas de centros sanitarios más numerosas. En relación con el volumen de su personal, la provincia ocupa el quinto lugar con una tasa de 12,41. Por encima de Málaga, con unos indicadores peores se sitúan Huelva (17,78), Almería (14,63), Cádiz (14,52) y Jaén (13,54). Por debajo, están Córdoba (11,54), Sevilla (10,87) y Granada (8,31).

Por sexos, la mayoría de las víctimas son mujeres. Entre el personal sanitario, el 73,27% de las agresiones se cometen contra trabajadoras. Entre los empleados de gestión y servicios, el porcentaje de agredidas es de 64,08%. Hay que tener en cuenta que proporcionalmente hay más mujeres en la sanidad porque es un ámbito muy feminizado.

Respecto al perfil de los agresores, el 83,53% son personas normales, aunque en este indicador se incluyen aquellas que atacan física o verbalmente a los profesionales bajo el efecto de alcohol o drogas. Las personas con trastorno psiquiátrico, psicológico o deterioro cognitivo que agreden son las menos. Representan sólo el 16,47%.