Concha Velázquez: La mujer que quiere morir despeinada

Concha Velázquez | copiloto de rallys

Su vida es como un rally en los que compite: emoción, pasión e ilusión

Acude a nuestro encuentro en la bodega Guerola de Torremolinos en un MG Negro

De izquierda a derecha, Juan Luis Pinto, Concha Velázquez y Joaquín Cruzado. / Paco Menjivar
Juan Luis Pinto Doblas

14 de febrero 2019 - 06:34

Málaga/Es más que probable que puedan sentirse sorprendidos por el titular de esta crónica, pero en cuanto comiencen a conocer a la mujer que nos visita hoy comprenderán su significado. Concha Velázquez, 62 años, corredora de rallys con numerosos premios en su haber, femenina, con fuertes espaldas. Una auténtica e infatigable luchadora de la vida. Superar reto tras reto ha sido todo en su dilatada y convulsa existencia. Una personalidad arrolladora y a la vez sensible y femenina. Un ejemplo de persona.

El restaurante: La bodega Guerola de Torremolinos

La bodega Guerola de Torremolinos fue testigo de nuestro encuentro. Un ambiente acogedor y sencillo nos recibió junto al abrazo del amigo Joaquín Cruzado, gerente de establecimiento y buena persona donde las haya. José Felipe Cardenes, el jefe de cocina, ausente por enfermedad, nos dejó en las buenas manos de su equipo compuesto por Ana Aragón e Isabel González. Y por supuesto que hicieron su trabajo. El recorrido por la más pura cocina mediterránea fue espectacular. Y todo ello bajo el atento servicio de Agustín Lara. Vaya por delante mis felicitaciones al equipo de este emblemático rincón gastronómico que cuenta con 10 personas en su plantilla para servicio de sus clientes. Ahora les cuento...

La invitada: Concha Velázquez

Concha Velázquez.

Puntual como si de una salida de un rally se tratase, apareció Concha Velázquez. Andar firme, bajo un sombrero negro de ala. Imagen de mujer fatal y arrebatadora recién descendida de un MG negro, capota color vino tinto, un clásico espectacular acorde con el carácter de su propietaria. Personalidad a raudales para una mujer que no dejó de sorprenderme en todo el tiempo de nuestro encuentro.

Y me interesé por su afición al motor y a la competición donde lleva más de catorce años. “Los coches, conducir, siempre me ha gustado mucho. Siendo muy joven mi padre me regalo un Renault copa, precioso. En aquella época en Málaga solo había dos. Pero la competición me llegó de manera accidental. Tuve un accidente muy grave, en la carretera de Granada. Un vehículo me envistió de frente. Estuve 21 días en coma. El destino quiso que en el lugar del accidente, justo detrás de mí, viniese una UVI de trabajar en la plaza toros de Málaga. Eso me salvó la vida”. Y lejos de tomarle miedo a conducir decidiste dedicarte a ese mundo. “No. Mi vida siguió, aunque aquel accidente me la cambió para siempre. Un amigo tenía a su vez un amigo que corría en rallyes y se había quedado sin copiloto me ofreció la posibilidad de correr y para mi propia sorpresa dije que sí. Lo corrí por primera vez y quedamos en segundo posición. Y el siguiente los ganamos. Cometía muchos errores, pero aprendía sin parar. Cada rally me servía como entrenamiento del siguiente. Me di cuenta que me sentía tan bien porque cada rally era como mi propia vida: emoción, pasión, ilusión. Y el siguiente también lo ganamos, y conseguía buenas clasificaciones y muchos premios.

Muy personal

Madrileña de nacimiento con apenas 18 años se viene a Málaga. Su infancia estudiando en las Ursulinas de Pamplona le fue forjando un carácter aventurero y un tanto rebelde. Ya desde niña sentía deseos de viajar, conocer mundo, y a su manera lo conseguía recorriendo en autobús todo Madrid, lo que le costó más de un disgusto con sus padres. Con veinte años ya tiene dos hijos. Cuando está comenzando a descubrir prácticamente la vida se separa de su marido. Unos años más tarde se vuelve a casar y de nuevo se volvería a separar. En la actualidad vive apasionadamente de carrera en carrera, compitiendo con la vida. Y le pregunté si había estado alguna vez en las nubes. “Me encanta volver a casa satisfecha por haber hecho bien mi trabajo. Sí, soy una asidua de las nubes. En los rallyes disfruto muchísimo. Me siento como en una nube. Aunque cuesta mucho conseguirla, la independencia de una persona es el camino hacia la libertad”. Amante de las personas de buen corazón detesta la mentira. “Cambiaría el fondo de muchas personas y la educación. Y respeto, mucho respeto a las normas de la sociedad.” Y para terminar me interesé por un sueño por cumplir. “(Silencio) Quiero sorpresas. Adoro que me sorprendan. Ese es mi sueño, lo que la vida me quiera regalar”.

Pero ¿sientes el reconocimiento de la gente, de Málaga? “[Silencio] Fui la primera mujer en participar en rallyes en Andalucía, y he competido con numerosos pilotos, he ganado premios dentro y fuera de España, pero no me siento reconocida en ningún lado, porque, la verdad, tampoco me he preocupado por ello. Es que como no soy ningún pibón, ni joven, nadie me echa cuenta [risas]. Eso sí, me siento muy respetada y querida por mis compañeros de carrera”. Pero me imagino que no habrá sido muy fácil entrar en un mundo casi exclusivo de hombres, sobre todo hace 15 años. “[Silencio] Si no tienes carácter no sales para adelante, pero no te creas. He hecho casi de todo en la vida menos prostituirme. He tenido empresas, he vendido publicidad, he vendido viajes, y ningún mundo es exclusivo de hombres. Puede haber más o menos mujeres, pero ya está. En el mundo del motor por ejemplo, no hay más mujeres porque no es algo que les suela gustar especialmente”.

Es curioso, observo que defiendes a los hombres. “[Risas] Es que yo soy muy madre. A las carreras llevo croquetas, bombones, pilas, de todo lo que alguien pueda necesitar. Cuido de todos, por eso soy un poco la madre de todos ellos. Pero no te equivoques, debajo de un casco no hay un hombre o una mujer, solo hay una cabeza que piensa en competir. Yo me niego a recoger un trofeo femenino. Me parece inmoral. No me puedes dar un trofeo por ser mujer”. ¿Y no sientes miedo? “No, rotundamente. Carezco de miedo. Nada me altera. Soy muy pasional y cuando me equivoco, me equivoco mucho. Una vez tuvimos un accidente en un rally nocturno en Montefrío y dimos varios vueltas de campana [risas a pesar de estar narrándome un peligroso accidente]. Prefiero morir ahí que en una cama. Quiero que mi muerte sea como los partos, una horita corta. Quiero morir despeinada.” Asombrosas palabras de una mujer que vive la vida a raudales. Por lo que me cuentas tu vida ha sido muy vertiginosa. “[Silencio] Puede, pero a pesar de todo soy una privilegiada. Esto no es nada con todo lo que llevo a rastras. Ahora hago lo que quiero y mis compañeros me tratan como una reina. ¿Qué más puedo pedir? Además, aprendí hace mucho tiempo que en la vida hay que ser primero persona y luego lo que tú quieras. Y en eso estoy”. En eso estábamos, inmersos en nuestra interesante conversación cuando pasamos a la comida.

La comida

Como les decía al principio, el ambiente acogedor de la bodega Guerola nos invitaba a dejarnos llevar, especialmente a Concha, por las emociones, por lo que la intervención de Joaquín para abrirnos mesa fue más que oportuna. Una copa de refrescante y untuoso Habla de ti blanco, selección de bodegas Lara, nos permitió prepararnos para la ensalada de tomate y ventresca y los espárragos a la plancha con los que comenzamos nuestra comida.

Uno de lo platos.

Y nosotros continuamos con nuestra animada charla. Y le pregunté su procedencia ya que su acento está muy lejos de ser andaluz. “Llevo en Málaga toda la vida, pero soy madrileña. Málaga es una tierra especial. Siempre he viajado muchísimo y te puedo asegurar que como se vive aquí no se vive en ninguna parte. Y ahora, ahora Málaga está preciosa. Todo el que viene de fuera lo dice.” Pero hay mucha gente que piensa que todo está en el centro de la ciudad. “Los que más protestan son los que no viajan y no conocen otros lugares. Por el mundo te encuentras cosas increíbles. Aquí está todo muy organizado. En la mismísima Nueva York ves bolsas gigantes de basura de manera habitual en las puertas de los comercios.”

Uno de los platos.

Unos mejillones al vapor y una caldito de pintarroja presentados por Agustín, nos invitaron a continuar con la comida. Dos platos sabrosos que dieron paso a unos boquerones vitorianos realmente extraordinarios. Una botella de el Lero, vino tinto rondeño, producción propia de bodegas Lara, nos acompañó para maridar con la ventresca de atún rojo. Un plato exquisito que recomiendo no dejen de probar. Me han dicho que eres una persona que saber oír muy bien. “[risas] No sé de dónde has sacado eso. Imagino que te refieres a la experiencia que viví hace algunos años. Un buen día pensé que había mucha gente sola, que no tenía con quién hablar, en muchos casos a las que su propia familia les había dado la espalda (unas lágrimas surgieron espontáneas de los ojos de Concha.

Uno de los platos.

Fui discreto, no quise entrar en detalle, pero presentí que aquello que me contaba de los demás pertenecía a su propia existencia) y puse un anuncio en la prensa indicando un número al que llamar para poder hablar.” ¿Y llamaban? “[Silencio] No te lo puedes imaginar. Y tomé muchos cafés con gente que estaba sola. A todos nos hace falta alguna vez que nos oigan “. ¿Cuáles son tus próximos proyectos? “(Su cara se vuelve a iluminar y recupera la sonrisa y el brillo, ahora natural, de sus ojos) Uf, no veas. Aparte del campeonato de España, las mil millas de Brasil a la que voy invitada, aunque estoy pendiente de esponsorización para el viaje...” Pues dicho queda. A ver si alguien se anima a ayudar a esta gran mujer a cumplir otro sueño. Unos cafés y unos digestivos de la casa, riquísimos, acabaron nuestro recorrido por la gastronomía de la bodega Guerola. Nuestro agradecimiento y felicitación a Joaquín Cruzado.

Y de esta manera, cuando ya el sol comenzaba a retirarse de las fachadas de la calle de las Mercedes de Torremolinos, nosotros nos despedimos de la señora Concha Velázquez. Con la sensación de haber destapado recuerdos que quizás estaban dormidos y haber aprendido una lección de lucha y entereza. Gracias Concha y hasta siempre. En el camino nos encontraremos, y sé que nunca deberé peinarte si te encuentro en la carretera.

Los vinos

Blanco: Habla de ti

Un vino extremeño, fresco, intenso con aromas frutales. Ideal para compartir con pescados y ensaladas. Muy recomendable.

Tinto: El Lero (Tres Generaciones)

Magnífico vino producción propia de bodegas Lara perteneciente a la serie Tres Generaciones. Fresco , alegre, con notas frutales de gran personalidad. Excelente.

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Bodegas Lara

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