"Confío en que los malagueños digan: 'no he dejado nunca de ir en Metro"
Cuatro fueron los discursos institucionales para la inauguración del Metro y todos ellos recordaron a la última víctima por violencia de genero, Verónica Frías.
El protocolo en la inauguración del Metro de Málaga marcó el orden de los discursos de los representantes institucionales de Junta, Ayuntamiento y Gobierno central. La consejera de Fomento y Vivienda, Elena Cortés, fue la primera en intervenir seguida del alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre; de la ministra de Fomento, Ana Pastor, y por último, la presidenta de la Junta de Andalucía. En sus palabras estuvo el recuerdo a la última fallecida por violencia de genero, Verónica Frías, que murió en la madrugada del pasado martes en Ciudad Jardín, presuntamente a manos de su ex pareja. Recordaron también la importancia de denunciar y luchar con esta lacra. Fue la presidenta de la Junta la que más se extendió en sus palabras para abordar "un problema brutal de la democracia". Susana Díaz hizo hincapié en que una de cada cuatro víctimas de la violencia machista tienen menos de 30 años, por lo "son mujeres que han crecido en democracia", por lo que animó a las mujeres a denunciar y " a no renunciar" e insistió en que "confíen en el sistema y no retiren sus denuncias".
De vuelta al Metro, los representantes institucionales coincidieron en calificar el suburbano como un medio de transporte que desde ayer ya es de los malagueños, un paso más hacia una movilidad sostenible, aunque falte que llegue al centro de la ciudad, algo que como poco no se producirá hasta 2017, todo ello teniendo en cuenta que las obras a la altura de El Corte Inglés -Callejones del Perchel- están paralizadas por diferencias con la concesionaria de los trabajos, algo que todos olvidaron mencionar. Los trabajadores que lo han hecho posible, los vecinos y comerciantes que han sufrido las obras, y que a partir de ahora lo verán por fin en funcionamiento también tuvieron su protagonismo en los discursos de las autoridades. La presidenta de la Junta finalizó su discurso con un deseo: "que los malagueños y malagueñas puedan referirse al Metro de Málaga como una seña de identidad y un instrumento útil y eficiente para sus desplazamientos y calidad de vida, y que, parafraseando al antropólogo y escritor francés Marc Augé en su libro El metro revisitado, puedan afirmar también: "No he dejado nunca de ir en Metro, como no he dejado nunca de ser parisino", dijo él; el malagueño en esta ocasión diríamos nosotros".
Por su parte, Elena Cortés, también tuvo hueco para la reivindicación en su discurso. Portaba una pequeña bandera palestina en su camisa y al finalizar sus palabras deseó "paz y esperanza para el Mediterráneo".
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