El Conservatorio Martín Tenllado estrena sede tras diez años de espera
La Junta ha invertido 6 millones de euros en la construcción de un edificio con capacidad para un millar de plazas
En el patio rojo, una de las ventanas de la segunda planta dejaba ver una clase iluminada en la que una alumna tocaba una flauta travesera. Mientras que las autoridades presididas por el consejero de Educación, Cultura y Deportes, Luciano Alonso, y el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, hacían la ruta por el nuevo edificio de la avenida Molière, las notas del Aleluya de Haendel salían de la clase de orquesta. Y no era para menos. Diez años después de convertirse en conservatorio profesional, el Gonzalo Martín Tenllado consiguió "por fin" tener una sede. Era el único de los 15 existentes en Andalucía que aún no tenía espacio propio. En la tarde de ayer se impartieron las primeras clases en la flamante infraestructura.
Atrás quedaron los días compartidos con los centros Litoral y Paulo Freire. Ayer se inició un nuevo tiempo para la comunidad educativa del centro que tanto ha peleado por tener un edificio adaptado a sus necesidades. "Nada nos hacía sospechar esto cuando el único piano de cola se tuvo que situar en la cocina del colegio Paulo Freire", recordó ayer el director del conservatorio, Alejandro Díaz Cobos, que destacó el trabajo arquitectónico de Ventura Galera y la rapidez con la que Ferrovial levantó esta infraestructura de 7.000 metros cuadrados en 15 meses y gracias a una inversión de casi 6 millones de euros de la Junta de Andalucía.
El equipamiento se ha llevado a cabo en el último mes y medio. Los pianos, las sillas, los atriles y las mesas ya estaban colocados en aulas completamente insonorizadas, dotadas de sistema climalit, de puertas de grosor especial y techos absorbentes para evitar la reverberación. Ya había vida en los patios, en los pasillos, en las clases que tienen cabida para un millar de alumnos. "Gracias a tantos alumnos por tanto esfuerzo, vosotros lo habéis conseguido", subrayó en el acto de inauguración el director del centro que también dio la bienvenida a los futuros alumnos, ya que la infraestructura permitirá la matriculación de 300 nuevos alumnos. "Este edificio es nuestro", sentenció con orgullo.
Así lo sentía ya ayer Álvaro, alumno de oboe que se encaminaba a clase de repentización con su profesor Jesús Ortiz. "Estamos mucho mejor, me ha gustado el sitio, lo malo es que tengo que andar bastante porque voy al cuarto edificio y a la tercera planta", decía. "Las aulas están muy bien preparadas, reúnen todas las condiciones que el podríamos pedir para adecentar esta enseñanza", consideró Jesús Ortiz, que resaltó la "sensación de prestado" que tenían anteriormente a pesar de sentirse bien acogidos. "Así es mucho mejor para todos", señaló.
El consejero de Educación, Luciano Alonso, destacó que estas nuevas aulas "responden a criterios de esta formación musical" y afirmó que el Gobierno andaluz "peleará por que la música forme parte de la educación de este país y para que no sea un privilegio de unos pocos", frente a quienes "sitúan en la LOMCE la música como una maría". Alonso abogó en su discurso por que la educación "llegue a todos los rincones en condiciones de igualdad" y recordó la apuesta de la Junta por la calidad en la educación, además de la "inclusión, para que nadie se quede fuera", y la "equidad".
El edificio está distribuidos en tres plantas y tres patios, y el área docente está integrada por once aulas instrumentales colectivas y 38 individuales, seis aulas no instrumentales y sendas aulas de coro, orquesta, percusión y música de cámara, así como dieciocho cabinas de ensayo individuales y una sala de informática. Las instalaciones se completan con un salón de actos con 350 butacas y una biblioteca con videoteca y fonoteca.
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