Coronavirus: El tiempo detenido en la Málaga vaciada
En los pueblos de la Axarquía, la cercanía entre los vecinos y los propios ayuntamientos mitigan la crisis sanitaria
El Borge/En la plaza de la Constitución de El Borge no se escucha el dominó ni “se cantan las cuarenta” del tute del hogar del jubilado, pared con pared con el Ayuntamiento. Tampoco el murmullo que sale del bar de la calle contigua ni a los corrillos de vecinos comentando los preparativos de la feria que estaba por llegar. En El Borge, como en cualquier pueblo de la provincia, se ha quedado una imagen fija que podría corresponder a cualquier día de esta semana. No existen diferencias entre cada uno de ellos. El tiempo se ha detenido. En sus calles y plazas no pasa nada, ni nadie.
El silencio se rompe cuando dos vecinas que van a la compra se saludan de un lado a otro de la calle. No hay mucho que comentar y la salida debe ser rápida. Cuando el propietario del único supermercado del pueblo pasa con la moto entregando los pedidos o con el motor de algunos de los coches de quienes les toca trabajar en Málaga o en Vélez.
La construcción no ha parado. Mucho menos los sanitarios de estos municipios que se desplazan a diario a los hospitales a salvar las vidas que amenaza el coronavirus. Eso sí, la cuadrilla ya no puede moverse en un mismo coche para ahorrar gasolina, ahora cada uno con el suyo.
“No se puede salir. Es cosa de todos. Prefiero estar encerrada quince días que meses. El dinero es preocupante pero la salud más”, dice convencida Inma Roca que se ha hecho llamar “la vigilante del paseo” de Almáchar. Es la propietaria del bar Los Ventanales que regentan sus tres hijos y de una tienda de ropa, no está dispuesta a que la desobediencia de la gente dé aún más al traste con la economía familiar.
Por eso, todos los días, desde su terraza hace una foto al paseo y la cuelga en las redes sociales. Celebra cuando no hay nadie y “retrata” a aquellos que han incumplido el estado de alarma. “Al principio, la gente no se concienciaba e incluso me llamaban la atención cuando los sacaba en la foto y lo colgaba en las redes sociales. A mi no me importa estar atrincherada porque es necesario, los que me molestan son los listillos. No se puede pasear el perro veinte minutos”, sentencia.
Sin bien, en los municipios consultados no se conoce que haya personas contagiadas sí hay algunos vecinos guardando la cuarentena tras haber notado síntomas similares a los que deja el coronavirus.
En los pueblos, esta situación muestra la cercanía que se ha perdido en las grandes ciudades. “Manuel vete ya a tu casa y sal de la de tu primo, que el encierro no es en casas ajenas”, le insta cariñoso pero con autoridad uno de los guardia civiles del municipio. A las ocho, coincidiendo con los aplausos a los sanitarios por la importante labor que llevan realizando desde hace semanas, se canta el cumpleaños de algún vecino de un extremo a otro de la calle o el himno del pueblo. Algún artista local se arranca por verdiales. Luego se aprovecha la “salida” para alargar la conversación de balcón en balcón.
Las personas mayores en soledad no tienen problemas para conseguir su barra de pan, la pastilla de la tensión o el paracetamol. En El Borge siempre hay un vecino dispuesto a echar una mano a aquellos más vulnerables que no pueden salir a la calle. En Almáchar, por ejemplo, los jóvenes se han organizado para crear un grupo integrado por once voluntarios que a través de whatsapp atienden los pedidos de las personas de la tercera edad.
“Todos ellos han recibido formación por parte de un médico que les ha recomendado cómo deben ir protegidos y cómo actuar”, explica la concejal responsable del área de Mayores, Rocío Reyes (PSOE) que es quien recibe la lista de la compra y la distribuye entre los voluntarios. Según señaló, en este municipio axárquico hay 540 personas mayores de 60 años. Entre otras indicaciones, el sanitario advirtió a los voluntarios que tienen que ir protegidos con mascarillas, guantes y que laven la ropa cuando lleguen a sus casa separada del resto.
La idea surgió de María José Ríos, una joven de 22 años, que el sábado 14, día en que se decretó el estado de alarma, estuvo repartiendo el bando municipal en el que advertía a los vecinos que no podían salir a la calle. “Entonces me di cuenta que las personas mayores que estaban solas y sin familia en el pueblo, no tenían acceso a las redes sociales, y por tanto, iban a desconocer muchas de las informaciones que en ella se estaba colgando. No somos médicos ni enfermeros pero somos jóvenes y es nuestra forma de ayudar”, comenta esta joven cuya ayuda también se ha extendido a las familias monoparentales con hijos pequeños que no pueden dejarlos solo para ir a la compra”.
De hecho, El Borge y Almáchar son dos de los municipios más activos en esta crisis en las redes sociales. Entre las pocas ventajas que puede tener, quieren aprovechar el #quedateencasa para potenciar el comercio local. “Por el bien de todos. Porque es de solidaridad social. Tenemos el privilegio de contar con los servicios necesarios para evitar salir de casa. Compra a tu tienda de confianza y #quédateencasa”, reza la campaña que han puesto en marcha a través de internet.
“Aquí no faltan suministros de ningún tipo, los agricultores siguen trabajando y hay que evitar desplazamientos innecesarios fomentando el comercio local”, refuerza el alcalde de El Borge, Raúl Vallejo (PSOE) refiriéndose a que antes del coronavirus, era habitual acudir a hacer las compras a las grandes cadenas de supermercados de Vélez-Málaga. En el municipio hay tres tiendas, una panadería y una farmacia.
En este ayuntamiento los funcionarios y los responsables públicos teletrabajan. La información fluye por las redes sociales: ofrecen los nuevos horarios de los autobuses, la forma de gestionar la demanda de empleo, las prestaciones o las citas sanitarias. “La gente en nuestro pueblo es muy solidaria, responsable y respetuosa. Estamos muy orgullosos de todo el mundo porque todos arriman el hombro. Estamos limpiando y desinfectando las calles, los comercios que están abiertos y el consultorio. Los agricultores ya se han ofrecido para echarnos una mano con su maquinaria”, señala el regidor quien ha publicado su teléfono y el de los concejales por si alguien los necesita.
También en Almáchar, el alcalde Antonio Yuste (PSOE) felicita a sus vecinos “por el comportamiento ejemplar que están teniendo”. “Almáchar es muy grande. Estoy muy orgulloso de todos nuestros habitantes. Juntos venceremos al virus. Nos quedamos en casa”, apostilla.
En esta localidad los seis comercios, las dos panaderías, la farmacia y el estanco abren hasta mediodía. “Almáchar es un pueblo muy dinámico con un gran número de asociaciones y actividades durante el fin de semana que está sabiendo respetar el estado de alarma siendo corresponsables con sus vecinos”, añade Yuste. El Ayuntamiento además de las informaciones oficiales ofrece a sus habitantes recomendaciones de ocio para acceder a películas o libros. Tampoco faltan los agradecimientos.
“A las limpiadoras municipales por la desinfección diaria del consultorio médico, al basurero, al vigilante municipal, a los servicios operativos pendientes de cualquier urgencia, a los trabajadores de todas las dependencias municipales que siguen trabajando desde sus casas por teléfono y telemáticamente y a toda la Corporación municipal que está en permanente contacto y ayudando en estos duros momentos”, expresa el alcalde dando muestra de la unidad que requiere el momento.
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