Crimen de Lucía Garrido: La Fiscalía mantiene las acusaciones, pero rebaja la petición de cárcel un año

El Ministerio Público solicita para la expareja de la víctima mortal 24 años de prisión y 22 para el presunto autor material del asesinato

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La expareja de Lucía Garrido y el presunto autor material de su muerte, junto a sus abogados, en el banquillo de los acusados. / Jorge Zapata/ Efe

15 años, seis meses y dos días han transcurrido desde que Lucía Garrido apareciera flotando en la piscina de Los Naranjos, la finca situada en Alhaurín de la Torre donde había convivido con el que fuera su pareja y padre de sus hijas. También se cumplen dos semanas desde que comenzara el segundo juicio que sienta en el banquillo como procesados a la expareja de la víctima y al supuesto autor material del crimen. Ahora, el fiscal ha mantenido la acusación, aunque ha rebajado la petición de pena de prisión un año para cada uno.

Inicialmente, el Ministerio Público pedía 25 años de prisión y de inhabilitación absoluta para el exmarido de la víctima por su presunta responsabilidad como cooperador necesario y con el agravante de parentesco. También solicitaba 23 años y medio de cárcel para el supuesto autor directo del asesinato.

Este viernes, la Fiscalía ha considerado que concurre en ambos casos la circunstancia atenuante simple de dilación extraordinaria e indebida en la tramitación del procedimiento, por lo que reduce ambas solicitudes de condenas un año. De esta manera, las penas quedarían reducidas a 24 años de prisión para el exmarido de Lucía y 22 para el presunto responsable de su muerte.

Asimismo, ha introducido una calificación alternativa en la que se mantiene el relato de hechos, aunque con el matiz de que la ayuda prestada por la que fuera pareja sentimental de la víctima mortal "facilitó considerablemente la ejecución del delito, pero sin llegar a ser imprescindible", ya que -ha explicado- que los presuntos responsables podrían haber tenido otras fuentes de información sobre las rutinas de la víctima y podrían haber accedido "fácilmente" al interior del recinto saltando la valla que lo circunda. En caso de que se hubieran topado con perros de vigilancia, "estaban capacitados para eliminarlos o mantenerlos a raya mientras esperaban la llegada de Lucía".

En este contexto, mantiene la acusación de los mismo delitos para ambos procesados -así como las circunstancias agravantes y atenuantes-, además de la solicitud de pena para el supuesto autor material del crimen. Si bien, rebaja la de la expareja, acusado en esta calificación de "cómplice", a 19 años de prisión e inhabilitación.

El Ministerio Público define a los acusados como "fríos" y "peligrosos"

En cualquier caso, para el fiscal ha quedado probado que se está juzgando a individuos "fríos", "peligrosos" y "que no han mostrado ningún signo de arrepentimiento", por lo que ha considerado que "no merecen ninguna medida de gracia". Asimismo, ha defendido que su manera de actuar en el crimen fue con "alevosía" y "cobardía", pues la víctima mortal no habría podido defenderse. Y es que su hipótesis principal es que actuaron dos personas: "Mientras uno la sujetaba otro la golpeaba". De hecho, las muestras de ADN de una llave encontrada en la escena del crimen -elemento clave durante el juicio- identificó dos perfiles genéticos, aunque finalmente solo se pudo contrastar uno, el del acusado como autor material de la muerte de Lucía.

En este sentido, el Ministerio Público ha recordado que los forenses descartaron el móvil sexual y el del robo, además ha asegurado que los presuntos responsables del crimen no tenían relación con la víctima ya que "Lucía no tenía enemigos, era una persona inofensiva". Por ello, ha apuntado que "actuaron como sicarios", siendo su estímulo "la obtención de una ganancia económica".

Ante todo, el fiscal ha definido a Lucía como una víctima de violencia de género y así lo confirma -siempre según su exposición- la declaración de su amiga noruega y su hija, que tenía 12 años cuando ocurrieron los hechos. Además, asegura que el Ministerio Público "siempre ha tenido la convicción de que su expareja fue uno de los que ordenó su muerte". Aunque este último extremo no ha quedado acreditado durante el juicio, ha pedido a los miembros del tribunal popular que cuando voten "aprueben como hecho desfavorable que el acusado, por razones personales, deseaba vehementemente la muerte de Lucía Garrido".

El juicio en torno a la muerte de la mujer, hallada el 30 de abril de 2008, con golpes y un corte en la yugular, está alcanzando su fin. Después de que las partes expusieran sus conclusiones durante la novena sesión, está previsto que el próximo lunes 6 de noviembre los miembros del jurado popular reciban el objeto de veredicto para deliberar si encuentran suficientes los indicios para declararlos culpables de los hechos de los que se les acusa o, por el contrario, absolverlos.

No es la primera vez que un tribunal popular dirime la responsabilidad de los procesados en el crimen. En septiembre de 2019, la Fiscalía ya solicitó 23 años y medio de prisión para cada uno. Junto a ellos, dos guardias civiles también estaban acusados, pues se tenía sospechas de que pudieran estar vinculados en negocios ilícitos con el exmarido de Lucía. El jurado absolvió a los cuatro.

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