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Balance anual
Málaga/El puerto de Málaga fue en 2018 el lugar de entrada para algo más de 11.000 personas llegadas en pateras, migrantes que fueron atendidos en los 107 dispositivos desplegados por Cruz Roja. La cifra de personas asistidas supone casi un 400% más con respecto a 2017, cuando llegaron 2.248. Con más de 9.000 inmigrantes se trabajó para favorecer su proceso de integración y apoyar su regularización, según las cifras presentadas en el balance anual de la entidad.
Desde el pasado mes de octubre este trabajo de intervención inicial se realiza en los nuevos módulos que se construyeron en el puerto. "Esto nos ha dado un respiro, una dignidad en la atención que hacíamos, que antes carecía del nivel adecuado", considera Luis Utrilla, presidente provincial de Cruz Roja. Ahora, dice, "estamos trabajando en un centro de atención y estancia más continuado en el polígono de San Luis y que pensamos que en los próximos meses puede estar en marcha".
Además, 1.900 personas fueron solicitantes de asilo convirtiendo Málaga en la tercera provincia española con más volumen de refugiados después de Barcelona y Madrid. "Se ha pasado de las 936 personas que pedían asilo en 2015 a un millar más en tres años", destaca Samuel Linares, coordinador provincial de la entidad. Y subraya que el año pasado se acogieron a 432 personas en los centros de acogida temporal, algunas de ellas familias procedentes de los campos de refugiados de Líbano y Turquía con "grandes dificultades y una situación muy dramática".
Pero si estos son los temas más mediáticos, hay uno que ocupa el 60% del trabajo de la entidad y suele estar más oculto, el de aquellas familias que siguen enquistadas en la pobreza, que tienen dificultades para sobrevivir dignamente, para pagar los recibos de la luz, vestirse e, incluso, hacer más de una comida al día. Según el balance anual, Cruz Roja atendió a más de 38.000 personas en situación de extrema vulnerabilidad.
"Es un número todavía muy elevado, muy superior al inicio de la crisis, y no solo perduran los problemas que ya existían sino que se han incorporado nuevos, como son los trabajadores pobres, aquellas personas que han encontrado un empleo pero es de una precariedad tal que no le permite sacar adelante con dignidad a su familia", apunta Luis Utrilla.
En la provincia, se han realizado reparto de alimentos a 35.000 personas gracias a 52 entidades colaboradoras. "Antes de 2008 atendíamos una media de 6.000 personas al año, lo que significa que la cifra se ha multiplicado por seis, familias que requieren una atención inmediata", indica Samuel Linares. Vestuario, pago del suministro eléctrico y alimento son las principales prestaciones que ofrece Cruz Roja.
"El éxito de nuestras cifras es el fracaso de nuestra sociedad, a diferencias de otras empresas el que crezcamos no es bueno, significa que algo no estamos haciendo bien como sociedad", dice Utrilla. Pero sí hay cifras de buenos resultados en el balance anual de Cruz Roja y esas son las de su Plan de Empleo. En 2018, participaron casi 2.600 personas en dicho plan y 684 personas encontraron un empleo.
Este trabajo, como explican los responsables de la entidad, es posible gracias a la tarea de casi 200 profesionales y la acción desinteresada de 4.781 voluntarios. También por la contribución económica de cerca de 25.400 socios individuales y 450 empresas.
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