Los cuatro puestos supervivientes de Carranque: "Las grandes superficies se están comiendo a los mercados"

Dos clientes compran en la Fruteria Manolo.
Dos clientes compran en la Fruteria Manolo. / Javier Albiñana
Chloé Capitolino

05 de julio 2023 - 06:40

Málaga/El mercado de abastos de Carranque en Málaga se construyó entre 1953 y 1957 y llegó a albergar hasta setenta puestos. La última reforma llevada a cabo en 2009 redujo la cifra a 38. Catorce años después el escenario es totalmente diferente. Solo cuatro negocios sobreviven y se resisten a marcharse: dos fruterías y verdulerías, una pescadería y una tienda de especias.

Otra cliente compra pescado en la "Pescadería Puri"
Otra cliente compra pescado en la "Pescadería Puri" / Javier Albiñana

“Las grandes superficies se están comiendo a los mercados, están dejándonos de lado pero donde mejor se compra es aquí”, asegura Adrián, dueño de la Pescadería Puri, mientras limpia el pescado del día. Son muchos los vecinos que han cambiado el mercado tradicional por el supermercado por comodidad o variedad.

Enfrente de la pescadería se encuentra la Frutería Loli. Loli heredó esta frutería de su suegra cuando falleció. “Sé que hay muchos puestos cerrados pero aquí estaremos hasta que podamos”, afirma convencida. La frutera corta un trozo de una de sus sandías expuestas y se lo ofrece a Juan para que pueda probarla antes de comprarla. Los clientes como Juan prefieren un trato cercano a una gran variedad de productos.

Loli pesa varias frutas en su puesto
Loli pesa varias frutas en su puesto / Javier Albiñana

Delante está Loli, su tocaya. Ostenta la tienda Especias Antonio, lleva abierta desde que abrió el mercado. Este puesto antes se encontraba en la parte de fuera pero con la última reforma lo pasaron al interior. Tiene de todo: productos básicos, droguería, gominolas y legumbres. Loli coincide con Adrián en que han perdido clientes con la apertura de las grandes superficies.

Una mujer compra en el puesto de Especias Antonio
Una mujer compra en el puesto de Especias Antonio / Javier Albiñana

Entre las dos fruterías debería haber una carnicería, pero está cerrada. Tuvo que bajar la persiana a causa del precio de la luz, los impuestos y la baja clientela. A su lado, el último negocio abierto, Frutería Manolo. Sergio relata que primero fue de su abuelo, luego de su tío y por último suya. Tiene un par de sillas enfrente del puesto para sentarse cuando se cansa de esperar algún cliente.

"El mercado le da mucha vida al barrio y a nosotros los mayores”, afirma Margarita mientras espera a que la pescadera le limpie el pescado que ha elegido. La vecina es clienta desde que llegó al barrio de Carranque en 1958 y se acerca a comprar los productos frescos cada semana.

Los clientes, además de los comerciantes, han notado el paso del tiempo en el mercado. "Antes esto estaba lleno, lleno y ahora mira, no queda nadie", cuenta Paqui mientras compra el agua y el papel de cocina en el negocio de Antonio.

Locales cerrados en el Mercado de Carranque
Locales cerrados en el Mercado de Carranque / Javier Albiñana

Abrir más puestos para atraer a clientes

Comerciantes y clientes coinciden en lo mismo, abrir más puestos atraería a más clientela. Habría una mayor variedad de productos, competencia y un mejor ambiente. El mercado es de propiedad municipal y el coste del puesto ronda los 200 euros, el pago se realiza cada tres meses al ayuntamiento.

“La gente que viene a mirar interesada en los puestos vacíos después no le echa valor porque les da miedo perder dinero con la inversión”, afirma Adrián. El sentimiento es común entre los comerciantes, dudan de que pueda mejorar la situación pero no pierden la esperanza y animan a los vecinos a seguir apoyando el comercio local.

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