Culpable de asesinato la mujer que degolló a otra en La Cala

Los miembros del jurado popular que la juzgan se decantan por la hipótesis de que acudió a la cita con la idea de matarla

La acusada junto a su abogado durante la vista oral.
La acusada junto a su abogado durante la vista oral.
Victoria R. Bayona Málaga

05 de junio 2015 - 01:00

El jurado popular que ha juzgado a la acusada de degollar a una mujer en el paseo marítimo de La Cala del Moral la ha declarado culpable por un delito de asesinato, dando por válida la versión mantenida por el fiscal y la acusación particular que descartaban cualquier posibilidad de que la acusada le hubiera causado la muerte por un arrebato, como consecuencia del miedo que le tenía a la víctima ante su insistencia con continuas llamadas para que le abonara la deuda que mantenía con ella por la compra de unas joyas. También confirma el delito de hurto.

Los miembros del jurado, tras una deliberación de menos de 24 horas, consideran probado por unanimidad que la acusada, A. M. N., tenía contraída una deuda por la compra de joyas con la víctima de 4.000 euros y que el 18 de diciembre de 2013, ante las insistentes llamadas telefónicas que ese mismo día y el anterior le hizo la víctima al móvil, accedió a reunirse con ella sin la intención de pagarle la deuda que mantenía con ella por la compra de unas joyas de oro y con la idea concebida de darle muerte para poner fin a las continuas reclamaciones. Al lugar de la cita la acusada acudió con un cúter en el bolso y tras entablar ambas mujeres conversación y fumarse un cigarro, la acusada, aprovechando que la víctima estaba sentada en unas escaleras de acceso al paseo marítimo se colocó detrás de ella y de manera inesperada le quitó la vida con el cúter, degollándola. A continuación se apoderó de las joyas que llevaba encima -un reloj, una pulsera y una cadena de oro- y de su bolso, que arrojó a unos contenedores de Rincón de la Victoria -después de sacar el móvil-, igual que hizo con el cúter.

El fiscal incidió en su intervención final, antes de que el jurado se marchara a deliberar, en las circunstancias por las que debería ser considerado un asesinato y no un homicidio, con una pena de cárcel considerablemente menor. Explicó que la cita se produjo en un lugar escondido y poco frecuentado, en el que la acusada buscó crear una situación de confianza entre ella y la víctima, para después atacarla por sorpresa.

El jurado descarta ningún estado de perturbación en la acusada en el momento en que acabó con la vida de la víctima, como mantenía la defensa, generado por una discusión previa. La acusada había admitido que acabó con la vida de la mujer pero mantuvo durante el juicio que lo hizo por la tenía "asustada". Además, relató los hechos como una discusión entre ambas en la que frente a la víctima, la atacó con el cúter en la mano izquierda -a pesar de ser diestra- sin saber muy bien el daño que le había producido. Sin embargo, su versión quedó desmontada con la declaración de la médico forense que le practicó la autopsia a la víctima, que no consideró otra posibilidad que el degüello por detrás. La fuerza empleada, el tipo de corte tan profundo -más de 13 centímetros, seccionándole la carótida, la yugular izquierda y la traquea casi por completo la traquea- y la ausencia de heridas defensivas descartaban un ataque de frente.

La acusada se mostró "arrepentida" en la última sesión del juicio tras los informes finales ofrecidos por el Ministerio Público, la acusación particular y la defensa, en el momento en que la juez le dio la oportunidad de añadir algo más antes de que los miembros del jurado se marcharan a deliberar. Fue entonces cuando la mujer, entre lágrimas, dijo: "Estoy muy arrepentida y pido perdón, no sabía lo que hice". La acusación particular le había recriminado minutos antes que recriminó que no había mostrado ningún tipo de arrepentimiento ni siquiera durante la vista oral, durante el que "la hemos visto llorar, pero por ella, por la situación en la que se ve" y ningún caso por haberle causado la muerte a la víctima.

La juez será ahora quien imponga la pena de cárcel en el plazo de unos días. El Ministerio Público y la acusación particular, ejercida por la familia de fallecida, solicitan una condena de 21 años y seis meses de prisión. La acusada permanece privada de libertad desde que fue detenida por su entonces presunta participación en los hechos, dos meses después de que estos se produjeran.

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