Curro Flores: La política, Málaga y la vida

Personajes con sabor

La política fue, es y será la esencia de su vida

Nuestro encuentro, un almuerzo fabuloso en el restaurante El Huesca, actualmente en calle Cañón

José Ignacio González, Curro Flores y Juan Luis Pinto. / Paco Menjivar
Juan Luis Pinto Doblas

03 de octubre 2019 - 07:02

Málaga/Hoy visita nuestra sesión un hombre, un personaje, que por mérito propio pasea su sombra con orgullo por las calles y plazas de nuestra querida Málaga, de su Málaga. Un malagueño de a pie, del Perchel, que desde siempre tuvo el espíritu de servicio al prójimo y que hoy nos trae recuerdos del pasado y apuntes de la actualidad más rabiosa. Curro Flores nunca dejó indiferente a nadie y ahora estoy seguro que tampoco. Ustedes decidirán.

El restaurante: El Huesca

Y si histórico es nuestra invitado, no menos lo es el restaurante que nos acogió: El Huesca, en su actual emplazamiento de la calle Cañón. Allí nos recibió su propietario, José Ignacio González. Cuatro meses lleva este restaurante en su nueva ubicación, ya que, como es de todos conocido, este establecimiento procede de su anterior emplazamiento de la calle Virgen de la Esperanza del malagueñisimo barrio de Carranque.

Un lugar de paso obligado para todo los amantes de la cocina elaborada y tradicional. Es José Ignacio un tabernero, como a él le gusta denominarse, de los de toda la vida. En su establecimiento se hace comida buena, lenta, elaborada y con regusto a lo tradicional. Cinco personas conforman el equipo que acompaña a este entrañable hostelero en su nueva aventura.

Le recomendamos que no dejen de visitar este restaurante-taberna con aires de la Málaga de los años setenta en un clima romántico y desenfadado. Merece la pena. De lo que degustamos a continuación les detallo. Toda una experiencia.

Curro Flores durante el encuentro en el restaurante El Huesca. / Paco Menjivar

El invitado: Curro Flores

Como si el tiempo se hubiese detenido, vi a Curro Flores aparecer por los aledaños de la Catedral con sus inseparables papeles y documentos bajo el brazo y la chaqueta sobre los hombros por aquello del verano que aún estamos disfrutando a pesar de estar en octubre. El mismo aire desenfadado y cordial que le ha acompañado toda su vida. Y de manera inmediata entramos en materia.

Le pregunté si un político, como lo fue él, nunca deja de serlo. “Mi encuentro con la política fue por casualidad. Leí una biografía de Pablo Iglesias y me impactó. Entre él y Gandhi me llevaron a la política. Respondiendo a la pregunta, un político nunca puede dejar de serlo. A la política llegué por vocación y dediqué a ello gran parte de mi vida”. Es entonces un romántico de la política.

“Me llegan evocaciones del pasado pero no soy un romántico. Nosotros no éramos políticos profesionales, éramos unos grandes desconocedores y casi ninguno de los de aquella época –años setenta y tantos y ochenta– teníamos grandes nociones más allá de la ilusión y los deseo de trabajar. Nos presidía la decencia por encima de todo”.

Muy personal

Nacido en el malagueño barrio del Perchel, en la calle Cerrojo, Curro Flores, Francisco Jesús de la Santísima Trinidad, adquirió tan taurino nombre precisamente por su afición infantil a los toros, no en vano en su familia se conocieron novilleros y hasta ganaderos. Sin embargo, su opinión sobre el mundo de los toros es algo que ha cambiado totalmente con el paso de los años. A pesar de no ser muy alto fue un buen jugador de baloncesto. Procedente de una familia humilde y sin medios, perdió su padre cuando solo contaba con cuatro años de edad. Su padre, Pepe Flores, el Paisa era un hombre muy querido en el barrio. Gracias a que su madre trabajaba en la costura para la calle pudo conseguir una beca y estudiar en los Maristas donde destacaba por sus facilidades con las matemáticas y la literatura, pasión ésta que ha desarrollado a lo largo de su vida y que hoy mantiene en sus artículos. “Me encanta escribir. Ya de pequeño redactaba muy bien y desde siempre me recuerdo escribiendo. Comencé un libro, Memorias de un viejo sentado en un banco, sobre mi abuelo. Quizás lo termine algún día”. Un hombre que desmitifica el poder, que ha dejado atrás lo que ha sido y que vive el presente con discreción. Que ha sabido evolucionar y rectificar muchas cosas a lo largo de su vida, y lo que es más importante, reconocerlo. Que no le importa que no cuenten con él y que echa en falta una sociedad mas movilizada y con más atención en la cosa pública. Este hombre es Curro Flores. Hasta siempre.

¿Y los políticos de ahora? “Ahora hay mucho político de piscifactoria, y los hay también de pecera automática. Quiero decir que están acostumbrados a matarse para comer cada día en sus peceras pero luego no son capaces de navegar en aguas bravas”. Curiosa metáfora la que nos regala nuestra invitado. ¿Ahí incluye a los de todos los partidos? “Casado y Sánchez están sometidos a la angustia de pertenecer a una cultura muy hecha en sus respectivos partidos. Una cultura que ellos intentan cambiar”.

¿Siempre hay que estar a la orden de lo que dicta el partido? “Si hablamos de política local, como era mi caso, uno no debe abandonar sus principios, pero tampoco puede vivir permanentemente atado a ellos. Hay que abandonar las letanías políticas especialmente, como te decía, en política local. Cuando estás gobernando, discurso político poquito, se trata de trabajar”.

Estuvo mas de 15 años en las concejalías de Turismo, Cultura y Deporte. Ha llovido muchos en esas áreas desde aquella época. “Por poner un ejemplo, Christine Picasso nos propuso hacer un museo y aquello fue el inicio de todo lo que hay hoy. He tenido que pedir perdón varias veces a lo largo de varias legislaturas por no hacer el prometido Auditorio, y mira cómo seguimos todavía. Y es que desde que inicias un proceso hasta que este se hace pasa muchísimo tiempo. Es inevitable que se te vayan toros sin torear. Y a mí me ha pasado, claro que me ha pasado, pero no se deben tener frustraciones por lo que no se pueda hacer. Tuvimos la mejor orquesta de música de España pero sin Auditorio”. Honestas palabras de un hombre que lo fue todo en áreas tan importantes como las de Turismo o Cultura.

Ahora Málaga ¿es una ciudad cultural con mayúsculas? “Solo puedo decir que nosotros ganamos un premio de la Unesco por la creación de los centros para adultos. Cuando llegamos había en Málaga 37.000 analfabetos absolutos. Después todo ha ido evolucionando. Tener muchos museos está genial pero lo realmente importante es la calidad en la formación de los futuros creadores, eso es lo que hay que cuidar. La formación es elemental para enfrentarse a retos superiores. Hay que crear artistas y no adocenarlos. Crear afecto a la cultura y no dar gato por liebre, eso es cultura con mayúsculas, esa es la verdadera explosión cultura”.

Por desgracia los ciudadanos no tienen una visión muy elevada de los políticos. “Luz más luz es igual a oscuridad. Lo que ha sucedido para la repetición de las elecciones, por ejemplo, es que todos tienen clara su postura y al final todo ha sido luz, o sea, oscuridad. Los políticos, sobre todo los de primera línea, corren un elevado factor de riesgo. Algunos basan su presencia en la popularidad, o ser públicos, cuando la base está en la comunicación. En política hay que saber oponerse a tus propias filas. Hay que creer por encima de todo en lo que se hace. En primera línea de la sociedad deben estar lo mejores, ser el objetivo a seguir”.

¿Tenemos en Málaga políticos de esa pasta especial? “Sí, Teresa Porras es una concejala que tiene lo que hay que tener, lee al público mejor que ninguno de los políticos de nuestra ciudad. Está las 24 horas del día en la arena, y no solo en las fotos. Esa es la clave. Ojalá hubiese más como ella”. Como pueden comprobar las palabras de Curro Flores no pueden ser más sinceras y directas. Durante la comida les sigo contando.

La comida

Uno de los platos.

Una muestra muy especial de la cocina de El Huesca nos tenía preparada José Ignacio y rápidamente comenzamos a descubrirla. Tras el descorche de una botella de blanco, fresco, de Javier Sanz, degustamos una ensaladilla rusa con pescado ahumado. Un plato elaborado y sabroso que vino acompañado por otro no menos apetitoso: patés de aceitunas y ave ,verdaderamente original.

Durante mucho tiempo fue la cara del partido. Y a veces fue el centro de muchas críticas. ¿Cómo lleva eso? “[Risas] La vida, el mundo, es muy grande. No tengo tiempo para perderlo con el rencor”. Pero ¿se sientes reconocido, cuentan con usted para algo? “[Risas] Cuando estuve de concejal tuve un 84% de reconocimiento, pero ése era el momento de serlo, era mi trabajo y mi obligación. Hoy en día soy un ciudadano que pasea su sombra por la ciudad. Nada más. Nunca dejé de reconocer cuando dejé cosas por hacer, posiblemente por la realidad de cada momento. Soy de izquierdas, no izquierdista. En cuanto a si cuentan conmigo, bueno, cuando me ven me saludan con mucho cariño [risas]. La sociedad tiene una memoria muy frágil. Yo no sufro por no tener cargos, ya fui concejal con 27 años y durante más de quince años”.

Otro de los platos.

La llegada de una porra verde y morá, especialidad de la casa, nos rescató de la interesante charla. Es este un plato hecho a base de remolacha y espinacas y coronado por naranja confitada que no deben dejar de probar. Realmente bueno. Y como de comida tradicional se trataba, nos presentó José Ignacio unos cuencos de callos de ternera con garbanzos de chuparse los dedos. Realmente buenos.

¿Hay alguien que le haya marcado especialmente? “Aparte de los mencionados Pablo Iglesias y Gandhi, sin lugar a dudas Pedro Aparicio. Él lo fue todo como político en esta ciudad. Y en mi trayectoria y en la de muchos otros. De él inculqué que la política se aprende, como muchos oficios, a base de trabajo”. ¿Iría a un mitin? “No, no soportaría un mitin de los de hoy en día, no son divertidos. Solo se grita, se cuentan milongas y se dan consignas y más consignas”.

La apertura de una botella de tinto Carlos Moro sirvió para maridar con el plato que vino a continuación: entrecot de vaca vieja madurada. Extraordinario. Para cerrar tan elaborado recorrido, nos fue servida una milhojas con helado de vainilla y canela.

El postre.

Fue el colofón perfecto para una comida original a la vez que sencilla y sabrosa. Felicitaciones a José Ignacio González y a todo el equipo de El Huesca. Y para terminar esta conversación tan política, le pedí que me dijese su opinión sobre el fallido pacto del PSOE con Podemos. “Ningún socialista que se precie sueña en gobernar con Podemos, y la figura de Pablo Iglesias ayuda todavía menos a plantearlo”.

Y con estas palabras finalizamos el encuentro con un hombre que dedicó gran parte de su vida a trabajar por nuestra ciudad, que hoy en día continúa , a través de su afilada pluma, vertiendo opiniones, que nunca consejos, sobre política y temas de actualidad de nuestra ciudad.

Un hombre que lleva la palabra Málaga por bandera y no duda un segundo en reconocer errores propios y victorias ajenas. Y se le agradece, sobre todo en los tiempos que corren. Hasta siempre.

Los vinos

Blanco: Javier Sanz. Magnifico vino de la D.O. Rueda. Monovarietal de cabernet-sauvignon, estructurado y perfectamente equilibrado. Un vino fresco y sabroso y muy recomendable.

Tinto: Carlos Moro crianza. Extraordinario vino de la D.O. Rioja de la variedad tempranillo. Un vino intenso, brillante y equilibrado que maridó a la perfección con los guidos y carnes que degustamos.

Bodegas Lara

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