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La marca Dcoop se puede ver en botellas de aceite, aceitunas o embutidos y desde ahora también en gasolineras. La fórmula del éxito de esta cooperativa andaluza, con sede principal en Antequera, es que la unión hace la fuerza. Aglutinan la producción de decenas de cooperativas agrarias de varias provincias andaluzas que antes se buscaban la vida en solitario y así, al acaparar un gran volumen, se puede empezar a tutear a las grandes compañías de distribución y, en definitiva, obtener mejores márgenes para los agricultores. Ahora están repitiendo el esquema en el competitivo y difícil mundo del combustible, llegando incluso a tener ya algunas gasolineras con su nombre.
Las cooperativas tienen de forma habitual estaciones de servicio en las que solo pueden repostar sus socios y, por tanto, no están abiertas al público general. Su precio suele ser inferior al de las gasolineras generales, aunque su escaso tamaño reduce su peso a la hora de negociar y su capacidad para obtener mayores descuentos. Ayer, por ejemplo, nueve de las diez estaciones de servicio con el gasóleo más barato de la provincia eran de cooperativas, según los datos del ministerio de Industria. La más barata está en Almargen y vende el diesel a 1,070 euros el litro. La más barata dentro de las estaciones abiertas al público general está en Marbella y comercializa el litro a 1,118 euros. La más cara está en Fuengirola, a 1,24 euros el litro. La diferencia es más que palpable.
Dcoop ha propuesto unificar la compra de combustible entre las cooperativas para conseguir mejores precios y ya cuenta con 84 asociados. Hay incluso gasolineras en Antequera o Lucena con su marca, aunque la propiedad es de una cooperativa. Empezaron en julio y el año pasado adquirieron 16 millones de litros de distintas empresas. Este año prevén comprar 60 millones de litros por el aumento de cooperativas interesadas y posiblemente se irá a más. "El objetivo es darle la mayor rentabilidad al agricultor y eso se consigue vendiendo su producto al mejor precio posible y abaratando sus costes también lo máximo posible", exponen fuentes de Dcoop, que explican que no obtienen ningún beneficio por la gestión. "Nosotros nos encargamos, a través de la sección de suministros, de comprar el combustible, entregárselo a las cooperativas y cobrarlo, pero no sacamos ningún margen. El precio final del combustible lo pone luego cada cooperativa de forma independiente", apuntan.
El precio final tiene muchos condicionantes, pues depende del operador, del coste del barril de petróleo en ese momento, de la demanda de las cooperativas, etcétera aunque desde Dcoop subrayan que, si adquieren grandes lotes, siempre pueden conseguir mayores descuentos y beneficiar a los agricultores. El año pasado, el combustible que fue más adquirido por los cooperativistas fue el gasóleo A, con un 63%, seguido del gasóleo B (30%) y de la gasolina 95 (7%).
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