De la Torre 'vende' en París la candidatura de Málaga para organizar una Expo Internacional en 2026
Municipal
El alcalde se reúne con los responsables de la Oficina Internacional de Exposiciones para mostrarles su proyecto
Es el Gobierno central el que tiene que proponer qué ciudad española opta a un evento de este tipo
Málaga/Francisco de la Torre quiere llevar a rajatabla la que parece haberse convertido en su principal máxima para el presente mandato: "queda poco tiempo y muchas cosas por hacer". Con este mensaje por bandera, el alcalde de Málaga sigue activando los resortes técnicos, administrativos y sociales necesarios para avanzar en sus grandes compromisos. Y en la misma medida en que aplica esta línea de pensamiento en el impulso de infraestructuras como el soterramiento del eje litoral o la reflexión sobre el futuro de los terrenos del Cortijo de Torres, ahora hace lo propio en su aspiración de que la capital de la Costa del Sol organice en 2026 una Exposición Internacional vinculada a la innovación y el desarrollo sostenible.
De la Torre pasa de las palabras a los hechos. Muestra de ello es que este jueves ha viajado a París para verse cara a cara con el secretario general de la Oficina Internacional de Exposiciones (la BIE, Bureau International des Expositions), Vicente G. Loscertales. O lo que es lo mismo, con el máximo responsable del organismo encargado de tomar la decisión última respecto a las candidaturas para la celebración de este tipo de eventos. De la celebración de dicha reunión ha dado buena cuenta el mandatario local a primera hora con la publicación de la cita en su agenda oficial, publicada en la web del Consistorio.
En la visita ha estado acompañado de la concejala de Nuevas Tecnologías y primera teniente de alcalde, Susana Carillo, muy implicada en la apuesta del regidor. Si bien el mandatario local no tiene previsto detallar el contenido del encuentro hasta mañana, fuentes municipales sí han confirmado que el propósito del viaje no ha sido otro que explicar a los responsables de la BIE el contenido del proyecto y conocer la hoja de ruta que ha de superar la ciudad.
El modus operandi seguido por el regidor se asemeja al que ya probó años atrás cuando acudió a Londres para vender las bondades de la capital de la Costa del Sol como potencial sede de la Agencia Europea del Medicamento en caso de que ésta abandonase la capital inglesa con motivo del Brexit.
Aunque el acercamiento protagonizado por De la Torre tiene un valor simbólico evidente, en su afán por anticiparse, la decisión última respecto al futuro de la Expo Internacional de Málaga depende directamente del Gobierno central. Es el Ejecutivo el que tiene la competencia para proponer o no una candidatura nacional para una evento de este tipo.
Que se sepa, el movimiento de pieza realizado por el alcalde se produce sin disponer de un aval oficial por parte de la Administración estatal. Hace cinco meses, cuando aprovechó el primer día de la campaña de las pasadas elecciones municipales para dar a conocer su apuesta por la Expo, ya anunció su intención de iniciar negociaciones con el Gobierno de Pedro Sánchez y con la Junta de Andalucía con el objetivo de lograr los apoyos necesarios.
Si bien caben pocas dudas respecto a la disposición del Gobierno andaluz, se ignora por el momento cuál será la respuesta del Ejecutivo ahora en funciones a nivel nacional. Un interrogante que no parece que vaya tener respuesta inmediata dado el periodo de incertidumbre que ahora se abre con la convocatoria formal de elecciones generales para el próximo 10 de noviembre. Será con el gabinete que salga de las urnas, si es que los resultados facilitan su conformación, con el que deberá retomar el contacto el alcalde.
No es la primera vez que De la Torre pone sobre la mesa la idea de que Málaga sea sede de un acontecimiento de este tipo. Ya lo hizo en 2008, cuando planteó una evento relacionado con la tecnología. De acuerdo con los calendarios fijados, España tiene la obligación de esperar al menos hasta el año 2023 para solicitar ante la Oficina Internacional de Exposiciones de París la candidatura de una de sus urbes. Y ello es porque deben transcurrir 15 años desde la última ocasión en la que un país es sede de una exposición, en el caso español con Zaragoza como protagonista, en 2008.
A este condicionante se suma otro relacionado con el emplazamiento elegido para plantear la Expo, un espacio situado en el entorno de Buenavista, al sur de la autovía del Guadalhorce, en las proximidades de la Universidad, del Parque Tecnológico de Andalucía (PTA) y del aeropuerto. Un punto "estratégico" de la ciudad, tal y como dijo en campaña. Pero que no es propiedad municipal, sino de Sepes, Entidad Pública Empresarial de Suelo, dependiente del Ministerio de Fomento.
Aunque la superficie mínima exigida para optar a un Expo es de 250.000 metros cuadrados, la estrategia del Ayuntamiento pasa por ampliarla a 800.000 metros cuadrados, de manera que a los terrenos destinados a los pabellones e instalaciones de los países participantes, se sumen otras 36 hectáreas (originalmente planteadas como ampliación del Centro de Transportes de Mercancía), de uso logístico, y otras 20 hectáreas para usos residenciales complementarios.
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