Cáritas recibe menos peticiones de ayuda pero la pobreza se cronifica

Acción Social

En 2017 se brindó asistencia directa a 11.237 personas y se vieron beneficiadas cerca de 30.000

Un 24% fueron por primera vez

Gabriel Leal, Isabel García, el obispo Jesús Catalá y Francisco José Sánchez, ayer, en la presentación del balance 2017.
Gabriel Leal, Isabel García, el obispo Jesús Catalá y Francisco José Sánchez, ayer, en la presentación del balance 2017. / M. H.
Cristina Fernández

30 de mayo 2018 - 17:45

Málaga/No fue nada fácil llamar a la puerta para pedir ayuda. Pero la crisis hizo que miles de familias malagueñas de clase media que nunca antes habían recurrido a una institución tuvieran que hacerlo. Los pobres se empobrecieron mucho más y los trabajadores que se quedaron en el desempleo vivieron hasta la pesadilla de perder su casa. Cáritas Diocesana ha sido durante la última década -y en su medio siglo de vida- un termómetro para medir la problemática social y durante años tuvo que contar cómo aumentaban las peticiones de asistencia. Tanto es así que llegaron a estar desbordados. Por fin, el balance de este pasado 2017 refleja lo que dicen las cifras macroeconómicas, las tasas de empleo y el PIB. Hay menos personas que acudieron a las parroquias durante el año pasado. Sin embargo, desde la institución alertan de una cronificación de la pobreza, de una recuperación que no llega para todo el mundo y de una desigualdad que se sigue cebando con los más débiles.

En este nuevo escenario social, pos crisis, fueron menos las personas atendidas de forma directa durante el año pasado. Un total de 11.237 usuarios recibieron asistencia a través de las 150 Cáritas Parroquiales, residencias y centros de acogida, y casi 30.000 resultaron beneficiados de dichas ayudas. Otro dato esperanzador de la mejora económica es que descendió el porcentaje de los malagueños o residentes que acudieron por primera vez a este servicio de la Iglesia. Si en años anteriores suponían más del 30% en 2017 no llegaron al 25. Además, un 16% ha mejorado su situación y, como explicó ayer el director de la entidad, todo aquel que ha conseguido un empleo por precario que sea ha dejado de acudir a solicitar ayuda.

Sin embargo, se enquista la pobreza entre los que sufrieron los peores reveses y un 37% lleva acudiendo a Cáritas más de tres años. "Hay una clara mejoría, así lo dicen la tasa de desempleo y el PIB, pero en cuestiones de desigualdad y pobreza no se da esa dinámica", comentó ayer Francisco José Sánchez en el balance anual de la entidad. "Nos duele que la recuperación económica no llegue a todos por igual y que haya una realidad de personas que viven enquistadas en la pobreza y la exclusión", agregó. Y sobre todo, lo que más les preocupa es que esta imagen se normalice, que sea aceptada y al margen de las soluciones. "Son esas personas atrapadas en la precariedad, trabajadores pobres con dificultad de acceso a la vivienda", apuntó Sánchez. De los atendidos en 2017, el 66% presentaban dificultades permanentes de acceso a sus necesidades básicas. El paro de larga duración, la precariedad del empleo, la escasa formación y la dificultad de acceso a cursos formativos se encuentran entre los principales problemas, seguidos de los relacionados con la destrucción familiar, la vivienda y la salud. Y las solicitudes de ayuda son para alimentación, suministros, formación y búsqueda de empleo, ropa y pagos relacionados con la vivienda y gastos sanitarios. En ayudas directas Cáritas invirtió el año pasado más de 3,1 millones de euros.

Las mujeres siguen siendo las que más se acercan a estos recursos, ya que suponen el 75% de la población atendida. Además predominan las personas de nacionalidad española, un 61%, con respecto a las extranjeras. En los programas de intervención social han participado más de 11.105 personas y en los cursos del centro de formación para el empleo Sagrada Familia un total de 67. Se han incorporado al mercado laboral 25 personas y a cuatro se les han concedido microcréditos de ayuda para el autoempleo. En los centros sociosanitarios han sido atendidas 678 personas, 328 de ellas en Calor y Café, un refugio nocturno para personas sin hogar.

Y todo esto ha sido gracias a los 1.610 voluntarios, los 165 trabajadores contratados -el 82% en los centros sociosanitarios- y los 6.333 socios y donantes con los que cuenta la entidad, que celebra este año su 50 aniversario. El total de recursos aplicados fueron más de 8 millones de euros. De ellos, "91 céntimos de cada euro fueron destinados a la ayuda del que más lo necesita", explicó el director de la entidad. El obispo de Málaga, Jesús Catalá, el vicario para la acción caritativa y social, Gabriel Leal y la secretaria general de Cáritas, Isabel García, participaron en el acto.

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