Detenido un pasajero en la estación de autobuses de Málaga con cocaína rosa en su equipaje

Málaga/Agentes de la Policía Nacional han detenido en la estación de autobuses de Málaga a un pasajero de 28 años como presunto responsable de un delito de tráfico de drogas. El individuo llevaba 60 gramos de cocaína rosa en su equipaje.

La actitud vigilante que mostraba esta persona puso en alerta a una patrulla de paisano adscrita a la Brigada Móvil. Tras la identificación del sospechoso y el registro de su equipaje, la Policía le intervino 60 gramos de cocaína rosa, ha indicado la Policía Nacional en un comunicado.

La actuación policial tuvo lugar el pasado lunes, 21 de agosto, sobre las 12.00 horas en la estación de autobuses de Málaga. Agentes de paisano realizaban un control de personas y equipajes cuando se percataron de la actitud vigilante y a la vez huidiza de un joven, procediendo a su identificación.

Tras al chequeo de las pertenencias del sospechoso, los agentes localizaron varias bolsitas transparentes conteniendo una sustancia de color rosáceo, en un bolsillo de una mochila.

Por último, y tras las pesquisas correspondientes, los agentes incautaron 60 gramos de cocaína rosa, dispuesta para su venta al menudeo, y, además, 625 euros en efectivo.

Venta de droga en el Centro de Málaga

El pasado lunes la Policía Nacional también informó de la detención de una pareja dedicada, supuestamente, al menudeo de droga en el Centro de Málaga. Los arrestados, un hombre y una mujer de 39 y 41 años, respectivamente, realizaban esta actividad ilícita desde su domicilio, en pleno centro de la capital, donde acudían toxicómanos que, de forma ininterrumpida, acudían a la vivienda para adquirir sus dosis.

En un registro en el inmueble de los sospechosos, los agentes intervinieron 12 gramos de cocaína, 100 gramos de hachís, 200 gramos de marihuana, 20 armas blancas, una báscula de precisión, varios dispositivos electrónicos de posible procedencia ilícita y 955 euros en efectivo.

Los sospechosos utilizaban su casa para distribuir la droga, sin limitaciones horarias, mientras que los compradores acudían hasta allí y, tras adquirir sus dosis, consumían las sustancias estupefacientes en la vía pública, situación que generaba cierta alarma social en el vecindario.