El Ejército se despliega en Málaga para luchar contra el coronavirus
El II Batallón de la UME llega con 107 agentes desde Morón de la Frontera para informar a los ciudadanos de las medidas adoptadas para frenar el contagio
"Venimos preparados para quedarnos semanas", indica el teniente Espinosa
Las fotos del Ejército desplegado en Málaga
Estupefacción en el aeropuerto: "Esto está peor que en agosto"
Entre la tensa normalidad de un lunes extraordinario, las Fuerzas Armadas han empezado a participar en la lucha contra el coronavirus. La primera en hacerlo ha sido la Unidad Militar de Emergencias (UME), que ha desplegado más de un centenar de efectivos en Málaga para desempeñar funciones de seguridad y llevar a cabo tareas de desinfección.
Siguiendo la senda comenzada ayer en otras ciudades como Madrid, Valencia o León, patrullas procedentes del II Batallón de Emergencias, con base en Morón de la Frontera, realizan desde este lunes en la capital misiones informativas en puntos claves donde pueden darse concentraciones de personas, como la estación de tren o el aeropuerto, así como labores de desinfección.
La llegada del batallón estaba anunciada para las 08:00 pero pasadas las 10:00 aún no había rastro de ellos en el aeropuerto. Ni estaban ni se les esperaban. Pasadas las 10:30 aparecieron en el aparcamiento de Comisaría tres camiones autobombas, dos ligeros y dos vehículos de alta movilidad (VANTAC) con 35 de los 105 efectivos que han llegado a la capital a bordo.
En la mente de muchos aún están las imágenes de despedida de estos mismos efectivos de la UME tras las labores que desempeñaron en las inundaciones de octubre de 2018 en la localidad de Campillos. Precisamente, esas circunstancias son, junto a la lucha contra el fuego o las tormentas invernales, las principales razones que les llevan a salir a la calle. La crisis sanitaria provocada el coronavirus es una razón más excepcional que las excepcionalidades que cubren. Incluso para ellos mismos.
"Venimos preparados para quedarnos semanas"
El teniente Roberto Espinosa recuerda que solo en dos ocasiones se ha decretado el estado de alarma. La primera, en la huelga de controladores del aeropuerto de Madrid, no tiene ápice de comparación con esta. "Venimos preparados para quedarnos semanas", afirma.
En los últimos días, en la base de Morón de la Frontera ha sido instruidos con celeridad para estar preparados en el momento que las autoridades lo requiriese. "Y ha sido muy pronto", señala. El personal sanitario de la base ha trabajado con los agentes desplegados para formarles teóricamente en medidas de protección y acción con el material necesario. Cuentan con suministro suficiente para llevar a cabo las labores de desinfección que sean necesarias y están a disposición de lo que marquen las autoridades, "siempre escalonados y dispuestos a salir".
Por el momento, los 107 agentes se reparten entre el aeropuerto, la estación María Zambrano y el centro de la capital y su principal cometido es desarrollar labores informativas a la ciudadanía así como desinfectar las zonas que estimen necesarias, para lo que tienen dispuesto los vehículos autobombas.
No obstante, el Ayuntamiento ha informado a través de su cuenta de Twitter un aumento de los efectivos, que los elevaría a 130 y 24 vehículos. Según la Administración local, ha solicitado su intervención en una veintena de puntos: al aeropuerto, la estación de tren y las calles del centro se sumarían, por tanto, la estación de autobuses, el puerto, los mercados municipales y el centro municipal de acogida.
Los miembros de las Fuerzas Armadas, según marca el decreto de estado de alarma aprobado el sábado en Consejo de Ministros, tendrán la condición de agentes de la autoridad, por lo que podrán imponer acciones a acatar por la población. Según el teniente Espinosa, este poder aún no es efectivo pero, en cuanto se materialice, están preparados para ejecutarlo ante posibles vulneraciones de lo establecido.
De la indifencia a 'Breaking Bad'
La condición de autoridad será clave, precisamente, en puntos como el aeropuerto, donde en las últimas 48 se están repitiendo escenas que escapan de cualquier ápice de prevención y seguridad ante la propagación del virus. "Es una situación muy difícil", replica el teniente.
Allí, a su llegada, se apelotonaban los pasajeros en filas interminables para embarcar. Al pasar de los efectivos, diferenciados del resto por con un chaleco en el que se lee UME, la muchedumbre continuaba a lo suyo: buscando el punto de atención de tal compañía, la zona de control o esperando al sol con el teléfono en mano.
La indiferencia recibida en al aeropuerto contrasta con el delirio generado a las puertas de la Estación María Zambrano. Allí desembarcaron pasadas las 11:00 y levantaron la expectación del escaso público que había en una Málaga que ruge hoy a media velocidad. Eso sí, entre los presentes, móvil en mano, no hubo ninguno que no se acercara a filmar el momento en el que los efectivos se ataviaron los monos blancos y cargaron las bombas para desinfectar la acera.
La escena, propia de una secuencia de Walter White en Breaking Bad, se trasladó después al interior de la estación cual comitiva seguida por los periodistas. Fuera de la escena, un joven y un Guardia Civil conversaban: "La gente no se está concienciado, esto es muy serio", aseveraba el primero. Nada de películas.
Por el centro, la brigada se paseo por los aledaños del mercado de Atarazanas. Para enojo de los vendedores de los pocos puestos que había abiertos, arengaron a los ciudadanos a marcharse a sus casas.
La ministra Robles, al mando
Según lo anunciado, el despliegue ordenado por el Ministerio de Defensa está destinado a "poner orden" y mantener a los ciudadanos al corriente de todas las medidas adoptadas para evitar la propagación del contagio. La de desplegar a la UME es una de las primeras decisiones de la ministra de Defensa, Margarita Robles, quien contó con la cúpula militar para desarrollar el decreto destinado a gestionar la crisis y frenar la propagación del coronavirus en España.
Para coordinar a las Fuerzas Armadas, acordaron activar un mando único, que será el Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), el general Miguel Ángel Villarroya. Él será quién, a través del Mando de Operaciones, integrará las capacidades operativas, sanitarias, logísticas y de infraestructura pertenecientes a la UME, Igesan y la estructura operativa de Ejércitos y la Armada, que pondrá "a disposición de las autoridades competentes".
Asimismo, el Ministerio de Defensa decretó la activación de médicos militares en la reserva y dio instrucciones a la farmacia militar para que incremente la elaboración de la solución desinfectante hidroalcohólica y de cualquier otro medicamento genérico que fuera necesario.
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