“Primará siempre la sanidad y si no se puede garantizar no habrá Feria”
Elias Pérez de Siles, concejala de Comercio del Ayuntamiento de Málaga
Defiende el plan municipal para minimizar el impacto que sufren los hosteleros y garantiza que no habrá una invasión de mesas y sillas
Málaga/–El Ayuntamiento de Málaga acaba de anunciar su plan para permitir ampliar el espacio de terrazas de los bares y restaurantes. ¿Cuál es el propósito?
–Ayudar en la medida de nuestras posibilidades a un sector importante de la economía de Málaga. En la ciudad hay del orden de 8.000 bares y restaurantes que dan empleo a unas 30.000 personas. Suponen el 9% del PIB de la ciudad y tiene una situación de vulnerabilidad en estas circunstancias. Sobre todo porque sale a explotar su actividad en unas condiciones restrictivas, porque solo van a poder disponer del 50% de la superficie de terraza. Eso, en términos generales, viene a representar el 25% de su actividad total, cuando sus costes de explotación son muy altos. Es uno de los sectores que ha tenido que echar el cierre de un día para otro.
–El plan municipal pasa por permitir más ocupación de la que tienen autorizada.
–Desde el minuto uno el Ayuntamiento mantiene conversaciones con este y otros sectores con la idea de que estos negocios puedan al menos explotar ese 50% de la terraza. Esta posibilidad de ampliación será factible en algunos casos, porque hay otros muchos que no podrán aplicar estas medidas debido a los condicionantes urbanísticos que hay o a la necesidad de respetar la normativa de accesibilidad. Por eso se marcan unas exigencias mínimas en el sentido de garantizar el tránsito peatonal o unas condiciones de seguridad.
–¿A usted le parece adecuado ese 50% de ocupación?
–Siempre he sido crítica en los porcentajes. No sé si son acertados o no pero es verdad que se fijan sin conversación alguna con el sector. Son decisiones que nacen al margen de ese diálogo y del conocimiento de la realidad del sector. Es muy difícil que un sector con unos costes tan elevados salga con un 25% del negocio. Por eso hay muchos empresarios que ya afirman que no pueden arrancar en estas condiciones. Los números no salen debido a unos costes de alquiler elevados y si a eso tienes que incorporar personal… Los costes no salen, es casi imposible para muchos. Otros saben que van a abrir en pérdidas pero que lo harán para testar la inquietud del ciudadano y su confianza, pero no porque tengan esperanza en la explotación comercial.
–¿Sabe el área de Comercio a cuántos de los alrededor de 1.500 negocios de hostelería que tienen autorización de terraza puede beneficiar la medida?
–Es complicado decir un número exacto. Hay distritos como el del Centro en el que va a ser complicado ampliar los espacios de esas terrazas debido a las condiciones del urbanismo de la zona; será más fácil en distritos como Teatinos o zonas como Echevarría… Sobre todo es difícil plantear una tramitación de manera unitaria de los posibles solicitantes con los plazos con los que trabajamos. La fórmula jurídica es una resolución genérica, que responda a la declaración responsable del hostelero al montar la terraza, y luego estará la sabor de vigilancia del servicio de control del área y de la Policía Local.
–¿Tiene el Ayuntamiento capacidad para controla eso?
–Existe nuestro compromiso de echar una mano y el de los representantes del sector es el de que se va a responder de manera responsable. Confiamos en que va a ser así y que el sector va a ver la buena fe del Ayuntamiento.
–Una de las primeras medidas anunciadas por el alcalde al poco de iniciarse el estado de alarma fue la exención de la tasa de ocupación de vía pública. ¿A los que abran las terrazas se les va a cobrar la tasa?
–La exención se mantiene en todos los restaurantes que no inicien la actividad. Entendimos y mantenemos que a cero ingresos cero gastos en lo que a la Administración se refiere. No podemos cobrar un servicio que no prestamos. Pero sí estamos analizando qué hacemos con todos los que inician la actividad, porque si cumplimos exhaustivamente la ordenanza, a todos los que ocupan más espacio en metros cuadrados les correspondería una tasa más elevada aunque el porcentaje de actividad sea menor. Estamos analizando qué podemos hacer, buscando la fórmula jurídica para adaptar la tasa al porcentaje de actividad pero no es algo que esté cerrado.
–Usted confirma que la medida se ha llevado de la mano con el sector. ¿Con los vecinos se ha hablado?
–Estamos ante una medida excepcional, que se aplica con un lapso temporal muy concreto, hasta que recuperen su actividad. Y con un motivo que es muy lógico, que es ofrecer ayuda a un sector que da empleo y oportunidades a muchos vecinos de Málaga. Yo trabajo con los sectores productivos, tengo diálogo con determinados colectivos vecinales. Si se refiere a la queja o denuncia de los vecinos del Centro, hay que tener en cuenta que es un decreto que afecta a los once distritos de la ciudad. Y se garantiza el que no se perjudique ni al tránsito peatonal ni a las entradas a las comunidades de propietarios, ni a establecimientos vecinos…
–¿No habrá una invasión de mesas y sillas?
–Nadie habla de eso en absoluto, es una medida excepcional para intentar que cumplan los porcentajes que fija el Gobierno. Hay un tema que se nos olvida, que hay muchos malagueños que están ansiosos de volver a tener el servicio que nos dan los bares y restaurantes. Muchos echamos de menos recuperar eso y la vida de nuestras calles. Los negocios, no solo los bares, también los comercios, son los que le dan vida a nuestras calles. No entiendo que haya ningún colectivo vecinal que no quiera dar vida a sus barrios o que no quiera echar una mano a todas estas personas que están en un Erte o con la inquietud de quedarse en el desempleo.
–¿Está claro lo que va a pasar con los mercadillos?
–En fase 1 se limita la ocupación al 25% en los mercadillos. En los 17 que tenemos en la ciudad el porcentaje de alimentación viene a ser ese. Lo que acordamos es salir en fase 1 con alimentación y ampliar en fase 2. No sabemos cuándo será pero tratamos de anticiparnos. Tratamos de planificar esa fase 2 con la idea de un 50% de actividad. Nos insistían en que tiene que haber dos metros de separación entre puestos. La mayoría de los puestos tiene unos seis metros. Habíamos pensado en reducir su dimensión para garantizar la separación y buscando que el número de empresarios que retomase la actividad fuese el mayor posible. Pero hemos levantado planos y no dan las dimensiones. Al final lo más conveniente es que vayan alternando las semanas: una semana, licencias pares; otra semana, impares.
–Si por usted fuese, ¿habría Feria en agosto?
–No hay una decisión tomada. Ha habido conversaciones, pero no se ha analizado con todas las premisas posibles. No nos debemos solo a la voluntad del Ayuntamiento, sino que dependemos también de las disposiciones del Gobierno. Si estudias los datos que nos pasaban al principio respecto a los plazos, en la fase 3 se permiten artes escénicas, ocio al aire libre… pero con aforos de hasta 800 personas. Cabría la posibilidad en esa fase pero con un formato de feria distinto del ese estamos acostumbrados.
–Pero es evidente el peso de los festejos en la economía local.
–La Feria es un motor económico importante para la ciudad, sin duda. Hay muchos intereses de muchos colectivos pero la decisión se tomará siempre primando la sanidad. Lo prioritario es garantizar que podemos mantener la seguridad de los vecinos. Si no es posible finalmente celebrar la Feria sería un mal menor porque lo importante es que salgamos de ésta. Primará siempre la seguridad y la sanidad y si no se puede garantizar no podremos tener Feria
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