Enfermeros de Málaga amenazan con plantarse por su “dignidad profesional”
Reclaman su correcta reclasificación, una ratio que limite el número de pacientes a atender y el derecho a la jubilación voluntaria anticipada
Barajan la huelga para lograr sus demandas
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Málaga/Indignación y hartazgo. Eso es lo que sienten muchos de los más de 9.300 enfermeros colegiados en la provincia de Málaga que amenazan con plantarse por su “dignidad profesional”. Llevan años luchando por una serie de reivindicaciones y en las redes sociales puede palparse que están hartos. El Sindicato de Enfermería (Satse) incluso desliza la palabra huelga “como herramienta para exteriorizar el descontento”.
Las demandas que enarbolan son muchas, pero hay tres que son las prioritarias: la correcta reclasificación profesional, una ratio por ley que limite el número de pacientes a atender y el derecho a la jubilación anticipada voluntaria. Los cambios dependen del Gobierno central.
El malestar se exterioriza a través de las redes sociales. Ante estas manifestaciones de descontento, el secretario provincial de Satse, Juan José Sánchez, comenta: “Hay situaciones que nos cabrean mucho, reivindicaciones con las que llevamos demasiado tiempo; pero estamos dando los pasos más apropiados para que se conviertan en realidad, no sólo para mostrar nuestra frustración”.
Una de esas demandas es la adecuada clasificación profesional. Los enfermeros están en el subgrupo A2. Ellos defienden que pertenecen al grupo A a secas, sin subgrupos. Denuncian que el encasillamiento actual es incorrecto y les impide su acceso a puestos de dirección, reservados al subgrupo A1.
El problema radica en el Estatuto Básico del Empleado Público (EBEP)que en su artículo 76 establece los subgrupos A1, en el que están los licenciados, y A2, al que pertenecen los diplomados. Pero Satse recuerda tras los Acuerdos de Bolonia, esas titulaciones están obsoletas. Ahora no hay licenciados y diplomados, sino solo graduados. Por ello, el sindicato exige que se modifique el artículo 76 para que se elimine la vigente división en subgrupos. De modo que sólo quedaría el grupo A en el que entrarían los enfermeros por su título de grado. El conflicto es con la Administración central que es la que tiene potestad para cambiar el EBEP. Satse indica que en una reciente reunión con la ministra de Sanidad, Mónica García se comprometió a abordar la reforma del Estatuto. “No es una reivindicación económica, es de dignidad profesional”, asegura el secretario provincial de Satse.
Pero esta reclasificación de los enfermeros parece que no vendrá exenta de conflicto. El Sindicato Médico Andaluz (SMA) emitió recientemente un comunicado en el que recordó que los facultativos son el “único” colectivo del ámbito sanitario con “una formación especializada de 10 u 11 años”. La carrera de los enfermeros es de cuatro. Así que mientras estos reclaman pertenecer al grupo A a secas –lo que los dejaría en el mismo nivel que los médicos–, el SMA exige que se cree “un grupo específico A1+” para los facultativos. El SMA lo pide en “reconocimiento a nuestra especial cualificación, superior a la de cualquier otro profesional” en el ámbito sanitario.
Otra reivindicación por la que están dispuestos a luchar los enfermeros es el establecimiento por ley una ratio de profesional por enfermos. El colectivo ha impulsado una iniciativa legislativa popular en ese sentido y la Ley de Seguridad del Paciente que incluye esas ratio ya está en trámite en el Congreso. La propuesta de Satse es que haya un enfermero por cada seis u ocho pacientes hospitalizados en planta, uno por cada enfermo de UCI o uno por cada 1.500 cartillas asignadas en Atención Primaria.
Estos sanitarios explican que esos límites en la actualidad no están fijados por ley, sino que son solo recomendaciones de sociedades científicas. “No hay ningún texto legal para exigir más contratación y el día a día demuestra que los profesionales tienen asignados a su cargo demasiados pacientes”, sostiene Sánchez. El colectivo esgrime que establecer una ratio tope por ley no sólo pretende evitar la sobrecarga de las plantillas, sino también garantizar la seguridad del paciente. Satse recuerda que una encuesta interna recogió como primera reivindicación, por encima de la salarial, que se pusiera fin a la sobrecarga laboral.
Jubilación anticipada a los 60 años
Tener la posibilidad de jubilarse de forma anticipada y voluntaria a los 60 años sin que ese beneficio entrañe una penalización económica. Esa es otra de las reivindicaciones que desde hace años viene defendiendo el Colegio de Enfermería de Málaga y el Sindicato de Enfermería (Satse). Una demanda que también plantea a nivel nacional todo el colectivo.
Estos profesionales argumentan que realizan un trabajo de riesgo. En la actualidad, los enfermeros pueden pedir la jubilación anticipada y voluntaria a partir de los 63 años. Pero quienes se acogen a ella deben reunir una serie de requisitos difíciles de cumplir y, si la obtienen, el adelanto de su retiro les supone una importante pérdida en sus retribuciones.
De manera que lo que plantea tanto Satse como el Colegio de Enfermería es la anticipación de la edad de jubilación, pero sin merma económica. “Es una profesión de riesgo por los turnos rotatorios, el contacto con enfermedades infecciosas, con citostáticos, con medicamentos peligrosos”, justifica el secretario provincial de Satse. Es decir, razones de penosidad, peligrosidad, toxicidad e insalubridad en las condiciones de trabajo. Desde la organización sindical se recuerda que hay estudios que aseguran que el trabajo a turnos y por la noche reduce la esperanza de vida. La jubilación anticipada sería voluntaria, no forzosa. Sólo se aplicaría a quien quisiera acogerse a ella. La reivindicación se fundamenta en el Real Decreto 1968/2011. Se aplicaría estableciendo unos coeficientes reductores de la edad del retiro.
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