La Escuela de Artes de San Telmo pierde una decena de oficios en dos décadas

La jubilación de profesores especializados, la poca demanda y la difícil inserción han hecho desaparecer estos estudios del sistema público

Estudiantes dibujando al natural.
Estudiantes dibujando al natural.
Cristina Fernández Málaga

01 de diciembre 2014 - 01:00

La jubilación de un profesor supuso, en muchos casos, la extinción del estudio de un oficio. Docentes altamente especializados que no se han repuesto, una demanda reducida de alumnos y una difícil inserción en el mercado laboral, cada vez más globalizado y menos tendente a pagar una artesanía bien hecha, han provocado que en las dos últimas décadas hayan desaparecido de la Escuela de Artes de San Telmo casi una decena de oficios. Este centro público, dependiente de la Consejería de Educación, ya no imparte metalistería, ni forja de hierro, ni impresión y fotomecánica, ni encuadernación, ni ebanistería artística, ni tapices, ni bordados y encajes, ni vaciado, ni repujado en cuero y metal.

La lógica modernización en los procesos de fabricación y el uso de las nuevas tecnologías ha hecho desaparecer algunas enseñanzas para dar paso a otras nuevas. "Desaparecen porque en el momento en que se jubila el profesor esas enseñanzas se extinguen, no se repone la especialidad, en algunos casos es que no hay profesores", explica Juan Martín Segura, director del centro al que llegó en 1994. "La mitad de estas especialidades las daban docentes interinos, no había funcionarios de carrera de dichos estudios", agrega, que también señala que "la demanda era muy escasa".

Tenían uno o dos grupos de alumnos de oficios artísticos para impartir las asignaturas comunes como Historia del Arte, Dibujo Técnico y Formación y Orientación Laboral. Luego se dividían en talleres específicos. Eran estudios de cuatro o cinco años que tenían en el autoempleo la principal salida. "Han desaparecido por la simple inercia de los tiempos, algunas se las ha cargado la tecnología, como es el caso de delineación artística, que ya no existe porque un programa se encarga de hacer el trabajo que hacía un delineante", afirma el director del centro.

Metalistería era la manufactura del metal, de la plata, el oro y el platino, una variante de la joyería aunque sin la utilización de piedras. En forja se estudiaba el proceso de fabricación del hierro, el vaciado consistía en la creación de moldes y reproducciones para la producción artesana y la ebanistería en el labrado de muebles, en la creación de encajes a madera viva y sin metal. "Un buen carpintero o un ebanista cobra la mano de obra lo que vale, por lo que un mueble te puede costar varios miles de euros", explica Juan Martín Segura y señala que "el concepto ha cambiado, ya no se compran muebles para toda la vida".

Aunque sea poco rentable, el mantenimiento de los oficios "forma parte del patrimonio cultural y sería interesante mantenerlos", considera el director de la escuela, aunque reconoce que ahora tan sólo algunos centros -en Andalucía hay 16 escuelas de arte y oficios- o las escuelas taller de los municipios perpetúan estos conocimientos. Por ejemplo, espartería tan sólo se imparte en Úbeda y forja en metal en Córdoba.

"Se puede mirar al pasado con cierta nostalgia, pero lo interesante es lo que queda por venir, hay que adaptarse a los tiempos y aquí ya estamos pensando en el diseño 3D, en la impresión 3D, en el corte por láser", dice el director del centro que nació en 1851 y que en la actualidad cuenta con 676 alumnos a los que enseñan 59 profesores. El perfil del estudiante es muy diverso y sus edades oscilan entre los 17 ó 19 años y los 80. En las clases de teoría la ratio es de 30 alumnos por docente y en las de prácticas de la mitad, 15 por aula. El centro tiene a 200 alumnos matriculados en el Bachillerato de Artes y cuenta con tres ciclos de Grado Medio y siete de Grado Superior. Ilustración gráfica ha sido el ciclo más demandado este año. Se ofertaron 26 plazas y se presentaron 130 solicitudes.

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