Espadas reta en Málaga al PP a que "firme ante notario que no va a pactar con Vox"

Málaga/En el parque Huelin los niños jugaban, los perros paseaban tirando de sus dueños, parejas de adolescentes se conocían en los mismos bancos que metros más allá conversaban jubilados. La primavera emergía ajena al mitin de Juan Espadas en Málaga. Mientras, una burbuja de varios centenares de socialistas escuchaba las arengas del candidato a la presidencia, aunque él centraba su discurso en aquellos que permanecían fuera: misión recuperar al votante socialista perdido o indeciso.

En el centro del aparato socialista en la capital de Málaga, Carretera de Cádiz, los socialistas han enfocado su discurso en varias premisas clave: azuzar el miedo a la ultraderecha y relacionarla con el PP, intentar sacar de su casa al votante "que alguna vez votó al partido socialista", recordar los casos de corrupción del PP y criticar la gestión de la sanidad andaluza.

En ese tándem han participado, Josele Aguilar, cabeza de lista por Málaga, Isabel Aguilera, la número 2 y Dani Pérez, secretario general del partido en Málaga, además del propio Espadas. Todos han intentado poner en marcha y recordar los momentos de máximo esplendor del aparato socialista, recordando la superioridad de alcaldes y concejales en la comunidad. Según la última encuesta del Centra –el CIS andaluz–, eso no les valdría y es por eso que Espadas y ha asegurado que si "uno de cada tres andaluces que está indeciso va a votar ganaremos las elecciones".

Una alta participación y el miedo a la ultraderecha, recrearse en el posible pacto del Partido Popular con Vox, son las dos grandes bazas socialistas, "reto a Moreno Bonilla a que venga conmigo a un notario y firme que no va a pactar con Vox ya que no quiere un debate cara a cara", para más tarde afirmar que "Olona y Moreno Bonilla es lo mismo y van juntos, es el gran engaño de la campaña".

Además, sacaron a relucir las siglas del partido. En el PSOE, con un candidato al que se le ha achacado poco conocimiento en la Andalucía al este de Sevilla se intenta reflotar los casi cuarenta años de gobierno socialista; en frente, un candidato ampliamente conocido y que tapa las siglas de su partido "porque no quiere que se le asocie al partido de la corrupción", aseguraba Josele Aguilar.

Por su parte, el PSOE saca a relucir la bandera andaluza y se enorgullece de una campaña activa, de visitar pueblos, mientras que echa en cara al PP que su campaña sea "plana, porque no quieren responder preguntas de difícil respuesta"; en relación a la gestión de la sanidad y la educación, otros de sus pilares.

"En 2014, la sanidad privada era la joya de la corona, éramos la quinta comunidad autónoma que más invertía en sanidad per cápita", asegura Espadas. Sin embargo, achaca la pérdida de servicios del 2015 a 2018 "porque teníamos un presidente del gobierno, Mariano Rajoy, que no daba a los andaluces lo que merecíamos".

En eso estaba Espadas, que ha llegado media hora tarde después de parar a por un helado en calle Larios y ha cerrado el acto, puño en alto y con el himno de Andalucía. Después de haber comenzado con una instrumental con ritmos rockeros, insuflando carácter a unas elecciones en las que deben conseguir la remontada si quieren volver a ser el PSOE que "presentaba una cabra y gana la cabra". En volver a engrasar el aparato sin la inercia de encarar unas elecciones por primera vez sin estar gobernando se ha centrado la arenga de Espadas en Huelin. El centro del socialismo en Málaga como termómetro de ese uno de cada tres indecisos que seguían disfrutando de la primavera.