Estrangula a su pareja en Rincón y asegura que fue un accidente mientras mantenían sexo con una cuerda

El acusado de matar y quemar a Oxana hace tres años ha declarado ante un jurado popular que no contó antes esta versión por "pura vergüenza" ya que era profesor en un colegio religioso

El acusado de estrangular y quemar a su pareja en Rincón se sienta en el banquillo: le piden 15 años de cárcel

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Zona quemada en la que ha sido encontrado el cuerpo sin vida de la mujer.
Zona quemada en la que ha sido encontrado el cuerpo sin vida de la mujer. / Daniel Pérez / Efe

José Luis R. reconoció haber matado y quemado a su pareja en el domicilio que compartían en Rincón de la Victoria tras ser interceptado por la Guardia Civil y escuchar por la emisora de los agentes el hallazgo de un cuerpo carbonizado en Nerja. Se vino abajo, contó que habían tenido una pelea y había acabado con su vida. Casi tres años después de aquello, el hombre, de 56 años, se ha sentado este lunes en el banquillo de los acusados para negar que el motivo fuese una riña previa desencadenada por celos. Ha asegurado que todo fue un accidente mientras mantenían sexo con una cuerda. El motivo del cambio de versión: "Pura vergüenza de admitir que realizo determinadas prácticas sexuales cuando era profesor en un colegio religioso", ha defendido.

Mantenían una relación sentimental desde hacía un año. "Discutían como cualquier pareja", pero ella era "bastante celosa" y "tóxica". Durante su declaración, ante un jurado popular -que será el encargado de emitir un veredicto de culpabilidad o no culpabilidad-, José Luis R. ha aseverado que Oxana (37) lo "maltrataba físicamente" y que, en consecuencia, presentaba lesiones en brazos y torso. Sin embargo, también ha expresado en todo momento que cuando ocurrieron los hechos "la quería" y que era su "opción de vida".

El 1 de agosto de 2021 el procesado ha relatado que tuvieron una pelea. La convenció para salir a pasear y ahí "la intenté coger de la cintura y ella se deshizo de mi brazo violentamente". La Policía Local de Rincón de la Victoria se detuvo para preguntar si había algún problema. Aquella noche, siempre según la declaración del acusado, durmieron separados; él en el cuarto principal y ella en el salón. A la mañana siguiente la mujer "entró a la habitación con un par de copas y me dijo que si hacíamos las paces". En ese contexto, ha detallado, comenzaron a practicar relaciones sexuales.

"Me asusté muchísimo, me di cuenta de que tenía sangre que le corría por la nariz"

En un hilo de voz debido a su estado de salud aparentemente delicado, ha narrado que empleó una cuerda para presionarle el cuello. No era la primera vez -ha apuntado- que llevaban a cabo estas prácticas sadomasoquistas, sino que lo hacían cada mes y medio aproximadamente. "Las aportó ella a la pareja", ha remarcado. Aquel 2 de agosto apretó "como las veces anteriores". Pero, unos 15 minutos después del inicio de las relaciones, ha manifestado que vio que "no estaba consciente". "Me asusté muchísimo, me di cuenta de que tenía sangre que le corría por la nariz".

También ha defendido que trató de reanimarla, aunque sin éxito, y entonces fue a la academia a la que asistía normalmente para recibir clases de inglés en un intento de mostrar "una apariencia de tranquilidad", pues su intención nunca fue informar a la Policía, ha reconocido. A continuación, se dirigió hacia un supermercado a comprar dos botes de alcohol. Su idea, ha declarado, era quemar solo sus enseres y viajar hasta la localidad granadina de Armilla, de donde era originaria la víctima y allí depositar su cuerpo para "ver si alguien podía cargar con la culpa". Por el camino, el coche se averió y entonces decidió quemar el cadáver en Nerja.

Cuestionado por la acusación particular, que representa al hijo de la víctima -y está ejercida por los abogado Antonio José García y Guzel Zamaltdinova, del despacho Garzalex- sobre el cambio de declaración, el procesado se ha justificado manifestando que la primera declaración ante los agentes el día de los hechos "la hizo presionado. Me preguntaban continuamente qué había pasado, me encañonaban con la pistola en la cabeza", extremo que han negado los seis guardias civiles que han testificado.

El agente que empuñó el arma ha defendido que apuntó al bloque motor del coche en el que José Carlos se había desplazado hasta Maro y desenfundó la pistola porque no sabía las intenciones que podía tener el acusado, que "se quedó petrificado" y no salía en un primer momento del coche. "No apagó el vehículo, podría haber arremetido contra nosotros". En esta línea, ha declarado que le preguntaron por el cuerpo que había introducido en el maletero y que "se derrumbó" cuando escuchó que había sido hallado un cadáver en Nerja, negando rotundamente que fuese presionado y encañonado con un arma de fuego en la cabeza. "No es nuestra forma de actuar. Nosotros no hacemos esas cosas".

Un vecino alertó al 112 cuando la metió en el coche para quemar su cuerpo

El día en el que ocurrieron los hechos fue un vecino el que llamó al Servicio de Emergencias 112 alertando de que había visto en el garaje de su edificio en Rincón de la Victoria a una mujer en el suelo tapada con una camiseta negra y cómo un hombre la metía en el maletero de un coche gris. El testigo aseguró que el individuo le dijo que la llevaba al hospital porque "se había golpeado en la cabeza". "Él no se quedó muy convencido cuando lo vio salir con el coche por el garaje", comentaron otros vecinos de esta urbanización de Camino Viejo de Vélez.

Momentos más tarde, un vecino de Maro, al ver la humareda en una escombrera, cerca de una zona de cultivos, se acercó para ver qué ocurría. Entonces descubrió un cuerpo carbonizado y avisó también al 112. Los investigadores hallaron allí a una mujer en ropa interior con quemaduras de segundo y tercer grado en toda la superficie corporal y en el cuello.

Para la Fiscalía y para la acusación particular los hechos son constitutivos de un delito de homicidio con agravantes de parentesco y de género, por el que solicitan una pena de 15 años de prisión e inhabilitación especial para el ejercicio de derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condena. Además, solicita que el acusado indemnice al hijo mayor de la víctima -fruto de una relación anterior- con 100.000 euros.

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