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Málaga/El Ayuntamiento de Málaga tiene ya un aval sustancial en su apuesta por impulsar la construcción de cuatro torres y un gran parque de hasta 130.000 metros cuadrados en los antiguos suelos de Repsol. Los dos informes encargados por el Consistorio para analizar el estado de salud de la parcela, que durante varias décadas acogieron depósitos de petróleo, concluyen que los niveles de hidrocarburo detectados en el terreno no suponen un riesgo para la salud de las personas. No obstante, dada la localización de cuatro puntos donde se identifica un "riesgo inaceptable por inhalación de vapores", en ningún caso por contacto dérmico o por ingestión accidental, los expertos recomiendan una "remediación" sobre los suelos localizados al norte y centro del sector, así como sobre las aguas subterráneas con el fin de rebajar los parámetros actuales.
Una intervención de saneamiento que, a la espera de una mayor concreción con ensayos sobre el terreno, podrían estar valorados en entre 2 y 3,5 millones de euros (los datos contrastan con los entre 2 y 20 millones que calculó para la Sareb la empresa Inerco). Y el tiempo estimado para su materialización podría alcanzar el año o año y medio. En el caso de la zona sur, donde se ubica la mayor parte del parque proyectado en este sector, la incidencia de los hidrocaburos es nula, si bien se pone sobre la mesa la idoneidad de, en el marco de los trabajos de ejecución de la zona verde, no excavar y extender una capa de tierra vegetal.
Estos fueron, grosso modo, los principales apuntes realizados ayer por Peter F. Wotuters, de la firma Ramboll, una de las implicadas en los estudios, y Fernando Calvo Redruejo, Ingeniero de Caminos Canales y Puertos, Gestión y Manipulación de Residuos Sólidos Urbanos y asesor del Ayuntamiento en materia de suelos contaminados. "Los futuros residentes del sector no tendrán exposición a contaminantes", expuso Wotuters, quien lanzó otro mensaje de tranquilidad en lo tocante la posible afección de las aguas subterráneas.
Sobre este particular, reconoció la existencia de aguas "saturadas de hidrocarburos" en la parte norte, que podrán ser tratadas, y rechazó la posibilidad de que las mismas hayan podido ser arrastradas hacia la zona sur. En este punto, incidió en la importancia que tuvieron los muros del túnel del AVE, que han actuado "como una especie de barrera, como una presa". "El agua pasa por debajo del túnel y desemboca en la parte sur, pero la contaminación disuelta se queda en la parte norte", expuso el responsable de Ramboll.
Para Calvo, el proyecto de remediación, que podría estar redactado en un plazo de dos o tres meses, a los que sumar un máximo de cuatro meses que tiene la Junta de Andalucía para informar del mismo, está claramente determinado, quedando pendiente fijar las técnicas a emplear para minimizar los niveles las zonas detectadas. Una de ellas, expuso, pasa por la ventilación de los terrenos, inyectando oxígeno por medio de unos aparatos especiales e introduciendo las partículas volátiles en una cámara de depuración.
Asimismo, indicó que la propia presencia de bacterias en esos espacios es en sí misma un mecanismo de mejora ambiental. "Son estudios supersatisfactorios", concluyó este experto, para el que la situación es "óptima" para seguir adelante con el proceso. "Es totalmente viable seguir con el desarrollo; aquí no hay incertidumbre, todos está conocido", aseguró.
Los expertos mostraron los resultados ante los representantes de los grupos municipales, así como de los medios de comunicación. Tras la presentación, portavoces como Ysabel Torralbo, de Málaga Ahora, mostraron sus dudas sobre los resultados finales y sobre el hecho de que el informe de Inerco hubiese detectado al menos un punto de medida en la zona sur con una alta concentración de hidrocarburos.
Asimismo, mostró su preocupación sobre la incidencia que pueda tener a futuro el necesario movimiento de tierras que se realice en el desarrollo de los trabajos de construcción de los aparcamientos previstos en la parte residencial. Sobre ello, el responsable de Ramboll admitió que su análisis "no es una herramienta para analizar riesgos por una excavación, aunque se tratará de una exposición puntual por parte de los trabajadores". Sea como fuere, según los datos obtenidos, las principales trazas de hidrocarburos se situaron a una profundidad de entre 3 y 5,5 metros, siendo poco probable que haya por debajo.
A pesar del respaldo que suponen las conclusiones de estos estudios, la realidad es que la tramitación que tiene ante sí la operación de Repsol es larga. Una vez estén dispuestos los proyectos de remediación y mejora ambiental y el de urbanización, será cuando puedan ser elevados a aprobación de la Junta de Gobierno Local. Tras este primer paso, se solicitarán los preceptivos informes sectoriales a los diferentes organismos estatales y autonómicas implicados, lo que no tiene un plazo cierto. Todo apunta a que, en el mejor de los casos, habrá que esperar a los primeros meses del año que viene para tener listo el proceso administrativo y para empezar a pensar en licitar los trabajos. Las primeras estimaciones elevan a unos 8 millones de euros el coste de la zona verde.
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