Expertos de Málaga alertan que el suicidio es un “problema social grave” que necesita “medidas ya”

Cada dos días muere en la provincia una persona por esta causa

En España, es la razón por la que fallecen más jóvenes de 15 a 29 años, por encima de accidentes de tráfico y tumores

Málaga fue la provincia andaluza con más suicidios en el año 2020

Flores y velas por una persona fallecida.
Flores y velas por una persona fallecida. / M. H.

Málaga/Todas las víctimas, sean por la causa que sean, son una tragedia. Duelen igual. No se trata de hacer una comparación frívola. Pero los datos pueden ayudar a comprender la magnitud social del suicidio. A nivel nacional, causa 80 veces más muertes que la violencia de género, 14 más que los homicidios y casi tres más que los accidentes de tráfico.

“Es un problema social grave, un fracaso de la sociedad que necesita medidas urgentes ya. Hay que poner en marcha todas las acciones y estrategias para prevenir las conductas suicidas. No podemos ir por detrás de las cifras”, argumenta el psicólogo de la Unidad de Salud Mental del Clínico y responsable de la Unidad Cicerón de prevención del Suicidio del Hospital Costa del Sol, Miguel Guerrero.

En la provincia –la que tiene la mayor tasa de Andalucía– murieron 134 personas por suicidio en 2018, 122 en 2019, 163 en 2020 y 187 en 2021. La cifra supone que en Málaga fallecen dos personas por esta razón cada dos días. En España las cifras fueron 3.539, 3.671, 3.941 y 4.003, respectivamente. Guerrero sostiene que el análisis debe ir más allá de datos puntuales. “Lo más preocupante es la tendencia al alza. El suicidio crece en España, en Andalucía y en Málaga. Y el drama es que son muertes evitables”, advierte. Entre 2012 y 2014 hubo un repunte de suicidios, achacables probablemente a la crisis que se vivió en esos años. Luego bajó y durante un tiempo fluctuó entre los 3.000 y 4.000 fallecimientos en toda España. “Pero desde 2018 hay cuatro años sucesivos de incremento”, insiste.

Hasta 2008, la principal causa de muerte no natural en España eran los accidentes de tráfico. Las campañas de la Dirección General de Tráfico (DGT) y otras medidas contribuyeron a su descenso. Desde aquel año, el suicidio pasó a ocupar el primer lugar. Guerrero apunta un matiz cualitativo trascendente: es la primera causa absoluta de fallecimiento entre los jóvenes de 15 a 29 años. En España, el año pasado murieron 316 personas entre esas edades por suicidio, 299 por accidentes de tráfico y 295 por tumores. “Supone un coste emocional tremendo y son datos dramáticos”, afirma el también coordinador de la Unidad de Salud Mental Comunitaria de Marbella.

¿Y cuáles son las razones de la tendencia de crecimiento de conductas suicidas? La crisis sanitaria del Covid puede influir en estos datos al alza del suicidio, pero no los explica por sí solos. Guerrero recuerda que “ya venía siendo un problema social grave desde mucho antes de la pandemia”. No obstante, enumera lo que ocurrió después del coronavirus: la guerra de Ucrania, la inflación, la crisis energética... “La sociedad no ha tenido tiempo de reponerse [tras el Covid]. Es un entorno que no permite la recuperación social, sino que incluso la agrava”, manifiesta.

“Hacen falta medidas urgentes para prevenir los suicidios”, insiste. Advierte que la demora en la publicación de los datos “lastra” las estrategias de prevención. De hecho, acaban de conocerse los datos de 2021 cuando empieza ya 2023. De ahí que abogue porque las estadísticas se conozcan en tiempo real, como en otros países, para poder trazar estrategias.

Recuerda que aumenta la mortalidad y también la morbilidad por esta causa. Es decir, también los intentos de suicidio, las lesiones como consecuencia de un intento fallido y las personas con ideas suicidas. Incluso, al incrementarse este tipo de muertes, también crece la cifra de familiares supervivientes, que son también población de riego.

Guerrero explica que se estima que por cada suicida que logra su objetivo hay 20 que lo intentan. Ello supone que a nivel nacional, en 2021 trataron de hacerlo unas 80.000 personas y en Málaga, casi 3.800. “Con estos datos, España no se puede permitir no tener un plan de prevención del suicidio”, opina. Hace poco más de un mes, el Senado votó y rechazó una propuesta en ese sentido.

Hay otro matiz cualitativo que se desprende de los datos. Los hombres son abrumadora mayoría entre los suicidas. De las 187 personas que murieron por esta causa en la provincia en 2021, 137 fueron varones (73%) y 50 mujeres (27%). Una realidad que se repite a nivel nacional y mundial y que se debe en parte a que los hombres utilizan métodos más letales en sus intentos. También a que la mujer suele pedir más ayuda y a que a los hombres les pesa el rol masculino. Por eso, los varones no suelen pedir ayuda y si lo hacen, no son tan claros porque se les penaliza socialmente si expresan debilidad.

Guerrero concluye proponiendo medidas como más apoyo político e institucional para la prevención del suicidio y más inversiones en profesionales; no sólo en psiquiatras y psicólogos, sino también en trabajadores sociales o educadores. También cree que hace falta formación en prevención para sanitarios, periodistas y educadores. E incluso, cursos de sensibilización para políticos y gestores. Durante muchos años, la prensa no hablaba del suicidio para evitar un supuesto efecto contagio. Ahora los sanitarios defienden que hay que sacarlo a la luz para que se conozca su verdadera magnitud, mayor que la de las muertes por accidentes de tráfico u homicidios.

Pedir ayuda, el consejo de los expertos ante las ideas suicidas

Quienes tengan ideas suicidas, deben pedir ayuda. Puede ser a personas del entorno informal –familiares o amigos– o profesional –su médico, sus profesores–. Miguel Guerrero, psicólogo especialista en suicidio, señala que hay salida y que existen recursos que, aunque mejorables, están a su disposición.

En el ámbito sanitario, cuentan con los teléfonos de emergencias, como el 112 o el 061. Incluso, recientemente se ha puesto en marcha el 024, que es específico para estos casos. También están las Urgencias hospitalarias, el médico de cabecera y los servicios de Salud Mental comunitarios.

Recuerda que existen los medios con los que cuentan diferentes asociaciones y también los de la organización de supervivientes que funciona en Málaga. En la lista pone además los recursos sociales comunitarios y los educativos, a los que pueden pedir ayuda las personas que tengan pensamientos suicidas. Guerrero reivindica un plan nacional de prevención del suicidio y que los datos de casos se conozcan en tiempo real para poder definir estrategias de prevención.

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