Faenón de Fortes; robo del palco

Toros · Feria de Málaga · 4ª de abono

El palco le niega a Fortes la segunda oreja tras una gran faena. Joselito Adame se llevó el mejor lote y paseó un premio de cada toro. Diego Urdiales y Miguel Ángel Perera toparon con un lote imposible y peligroso. Casi lleno en los tendidos.

Faenón de Fortes; robo del palco
Faenón de Fortes; robo del palco
Irene Martín Moya

18 de agosto 2016 - 12:06

Plaza de toros de la malagueta

Ganadería: Ocho toros deTorrealta, serios, con mejores hechuras, tercero y octavo. Los mejores en juego fueron tercero, séptimo y octavo, el último de mayor clase, el séptimo podría haber sido premiado con la vuelta al ruedo.

Diego Urdiales, silencio tras aviso y silencio; Miguel Ángel Perera, silencio y silencio; Joselito Adame, oreja y oreja; Fortes, ovación y oreja con petición de la segunda.

Incidencias: Casi lleno. La Malagueta lució la escenografía de Loren, en color blanco y elaborada con trajes de luces para la Corrida Picassiana. Los toreros también lucieron trajes de luces específicos para homenajear al pintor malagueño.

La faena soñada por Fortes en Málaga se hizo realidad en la Corrida Picassiana. Un toro de mucha clase y entrega, le inspiró para torear despacio, reunido, en redondo, con muletazos interminables, hondos y profundos. Además, ya lo había saludado con verónicas situándose en los medios y había galleado hacia el caballo. Tuvo la imperfecta perfección de intentar una arrucina y un molinete imposibles, que desdibujaron algo el final. Errores asumibles cuando se crea una obra de arte en movimiento e instantánea. Irrecuperable para los ojos pero no para la memoria puesto que la recordará. La recordaremos. Y el robo del palco será sólo una anécdota que pasará al olvido. Quedará lo bueno y de eso hubo mucho. Aunque la puerta grande permanezca cerrada bajo guardia y custodia de un palco , que olvida lo vivido y vive ajeno a lo ocurrido en el ruedo. Ya ni siquiera sirve ser malagueño.

La presidencia sí parece tener controlada la calculadora y al menos en la concesión de la primera oreja se ajusta al reglamento obedeciendo a la mayoría de los tendidos. Así, Fortes cortó una oreja y también Adame paseó un premio de sus dos toros, en una perfecta definición de lo que es "llevarse el lote". El resto de la corrida, un conjunto de toros infames y peligrosos que echaron por tierra la voluntad de Diego Urdiales, que se presentaba en La Malagueta, y el ánimo de Miguel Ángel Perera, que no pasó un apuro. No hacía falta porque además todavía tiene otra tarde en Málaga por delante.

El séptimo, que lidió Joselito Adame, bien podría haber sido premiado con la vuelta al ruedo. Con clase y transmisión, se desplazó por ambos pitones y fue a más en una faena del mexicano mal rematada. Quiso dejar una estocada recibiendo y le hizo guardia. No fue así con el tercero de la tarde, un toro de embestida rebrincada que se fue atemperando y que tuvo alegría y ritmo. Adornó la labor, con ambas manos, con pases del desdén y terminó con pases por alto; pero lo mejor fue la estocada, posiblemente la mejor de la feria.

A Diego Urdiales le tocó en la mala suerte un primer toro criminal por el pitón derecho, cuesta arriba, serio y astifino, al que le extrajo algunas tandas por el izquierdo. El quinto embistió con mal aire, cuando lo hizo, porque, además, en la suma de defectos, fue tardo.

La misma desdicha que corrió Miguel Ángel Perera con un lote con peligro, no ya sin opciones de triunfo, sino sin opciones para torear. Al menos a él le quedaba el consuelo de volver otro día.

Esos tres toros salvaron una corrida que iba camino de ser la peor de la feria. Unos tan malos por otros tan buenos, dispares de hechuras y remate, compusieron una Corrida Picassiana, iluminada de blanco por la escenografía de Loren creada con trajes de luces.

A veces se nos olvida que somos arte. Somos sensibilidad y somos cultura. Aspirando a que la decisión de una persona nuble los recuerdos. Las faenas bellas se cantan y se lucen por sí solas.

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