Análisis
Santiago Carbó
Algunas reflexiones sobre las graves consecuencias de la DANA
Tragedia aérea. nuevo siniestro en la zona
Apenas le separaban 500 metros del aeródromo de la localidad malagueña de Vélez-Málaga cuando la avioneta de Francisco Javier Fernández, empresario afincado en Granada y presidente del Real Aero Club de la provincia, se desplomaba ayer en una finca. El accidente le costó la vida al experimentado piloto y a su acompañante, que fue rescatado con vida pero que falleció horas después en un centro hospitalario malagueño. A la espera de que se conozcan las causas por las que el Yak 52 cayó al suelo, según testigos presenciales, podrían haber entrado en barrena plana invertida durante un momento del vuelo, rotando sobre el eje vertical.
El suceso se produjo a las 13:50 horas de la tarde en una finca de subtropicales de Vélez-Málaga donde también se encuentra el aeródromo Leoni Benabú. En el momento del accidente se encontraban en la parcela tres personas que fueron testigos de los hechos. El hijo de uno de los propietarios y un trabajador se encontraban subidos en una higuera recortando las ramas de ésta cuando vieron caer la avioneta. Se encontraban a apenas 300 metros del lugar donde se produjo el accidente. "Estaban cortando las ramas cuando de pronto escucharon un golpe. Vieron que la avioneta había caído e inmediatamente llamaron al 112", explicó Julio Gutiérrez, primo de uno de los testigos. "Se quedaron blancos del susto tan tremendo que vivieron", afirmaba este joven quien según dijo "vieron al copiloto como trataba de salir de la avioneta".
El gerente del Consorcio Provincial de Bomberos de Málaga, Manuel Marmolejo, confirmó que a las 13:57 horas recibieron un aviso de que se había producido un accidente a 500 metros del aeródromo. Hasta la finca se desplazaron efectivos del Servicio de Emergencias Sanitarias 061, la Guardia Civil, el Cuerpo Nacional de Policía, la Policía Local de Vélez-Málaga y el Consorcio Provincial de Bomberos (CPB). Alrededor de las tres de la tarde los bomberos consiguieron sacar el cuerpo del accidentado, que fue conducido en ambulancia hasta el Hospital Comarcal de la Axarquía. Horas más tarde fallecía a causa de las heridas. La avioneta se había desplomado entre la higuera y una plantación de mangos, muy próxima a la vivienda familiar.
Al lugar de los hechos, también se desplazaron compañeros de la patrulla de exhibición a la que pertenecía Francisco Javier Fernández. Entre ellos se encontraba el ex futbolista internacional y actual entrenador del Atlético Malagueño, Salva Ballesta, compañero del fallecido, al que calificó como "un gran piloto" y del que destacó su experiencia y su currículum. El deportista lamentó los hechos a los que tildó de "una gran desgracia" y sobre los que dijo que "ya se verá el motivo del accidente" al tratarse de "cuestiones que son muy técnicas.
"Era una persona muy especializada y campeón de España, pero como todo en la vida cuando tienes un error a veces se paga", afirmó Ballesta, quien corroboró que, según la versión de otro piloto que estaba en vuelo y presenció el suceso, la caída del avión se produjo a plomo y girando sobre su propio eje, lo que en aviación se denomina "barrena plana invertida".
Según explicó, se trata de una maniobra "que se suele hacer en exhibiciones aéreas", aunque en este caso "desconozco la situación, la altura a la que ha entrado y el motivo por el que ha entrado porque Javier es un grandísimo piloto y muy calificado". A su juicio, es muy improbable que el accidente se haya producido por un fallo mecánico. Ballesta apuntó que probablemente estaba haciendo una tabla acrobática. "Ha entrado a plomo, una situación muy delicada para salir vivo", añadió el ex futbolista. "El mundo de la aviación es muy bonito, pero un segundo es vital. Era un piloto con experiencia, pero eso pasa en esta profesión. Hace poco hemos vivido otra desgracia con un compañero que procedía del ejército en el aeródromo de Cuatro Vientos", lamentó Ballesta sobre su "compañero y amigo".
El hecho de que el empresario afincado en Granada contaba con una amplia experiencia fue corroborado por fuentes del Real Aero Club granadino, del que Fernández era presidente desde hacía poco más de un año. Las mismas fuentes indicaron que el fallecido sumaba "más de mil horas de vuelo" desde que obtuvo la licencia de piloto y que su amplia experiencia le permitía volar incluso con condiciones atmosféricas adversas. Ayer, día del accidente, no era el caso. El cielo estaba en condiciones óptimas para el vuelo, por lo que las mismas fuentes consultadas señalan que el suceso sólo puede explicarse por un fallo humano o técnico, aunque desde el Real Aero Club de Granada insistieron en que será necesario esperar a las conclusiones de la comisión técnica que analiza lo ocurrido para determinar qué pudo provocar el accidente que se cobró dos vidas.
Javier Fernández, que tenía licencia para volar desde hace unos seis años, pilotaba una aeronave de su propiedad, modelo Yak 52, biplaza, que tenía su base en el aeródromo Leoni Benabú de El Trapiche de Vélez-Málaga, algo habitual entre los pilotos privados de Granada. El punto de salida y llegada del fatídico vuelo de ayer era precisamente el aeródromo. El fallecido había participado en algunas competiciones de vuelo acrobático a nivel nacional, e incluso se había proclamado campeón de España en 2010 en la categoría de elemental.
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