La Farola del puerto de Málaga, declarada Bien de Interés Cultural
El edificio gozará a partir de ahora del máximo nivel de protección que existe para el patrimonio
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Málaga/La Farola del puerto de Málaga, símbolo de la ciudad y único faro marítimo de la península con nombre de mujer, ha sido declarada este martes durante el Consejo de Ministros como nuevo Bien de Interés Cultural (BIC) con objeto de proteger su valor patrimonial histórico, artístico y técnico.
La propuesta llega hasta el gabinete a petición del titular de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, y concede al edificio un distintivo que supone el máximo grado de protección del que pueden disponer los bienes patrimoniales y además le otorga la categoría de monumento. La medida no supone interferencia alguna en las competencias previstas en la Ley de Puertos del Estado y Marina Mercante.
Un trámite que desde la plataforma Defendamos Nuestro Horizonte (que se opone a la construcción de la torre del puerto por su impacto paisajístico en la bahía) ven "muy positivo". Al respecto, uno de los integrantes de la misma, el catedrático de Análisis Geográfico Regional de la UMA Matías Mérida, estima que la consideración actual del faro constituía "una anomalía patrimonial", puesto que se trata de "uno de los edificios más icónicos de la ciudad si no el que más".
Mérida también destaca que la nueva categoría BIC será "un elemento añadido, casi un reclamo publicitario", para atraer a más público interesado por el patrimonio al entorno portuario. Aspecto que beneficiará tanto a "la moral de los ciudadanos" por este nuevo "hito" como "a las empresas en una dimensión económica".
Y recuerda que "hace apenas unos años", cuando comenzó a movilizarse por este tema, el faro "ni siquiera aparecía en muchos de los recorridos turísticos" de la ciudad. No obstante, se muestra cauto a la espera de conocer todos los detalles, toda vez que en ellos reside otro asunto importante, "el perímetro concreto de protección".
En esta misma línea, el profesor del departamento de Historia del Arte de la UMA Francisco Rodríguez Marín detalla que la catalogación como BIC impediría erigir cualquier edificio que "altere su función o su visibilidad", por lo que, a su juicio, la hipotética construcción de la torre del puerto, proyectada próxima a este emplazamiento, podría quedar "anulada", ya que violaría los dos preceptos al ser necesario "tanto apagarla" como "alterar las vistas". Aunque, insiste, "la salvaguarda del entorno no tiene tiene reglas fijas".
Rodríguez Marín, además, vería con buenos ojos que se implementara un museo en su interior, aunando los bienes muebles que posee, "los mecanismos para su funcionamiento", y otros añadidos ornamentales.
Y es que La Farola, levantada en 1817 y por tanto con 206 años de historia a sus espaldas, posee asimismo un carácter emblemático en su función y arquitectura en el marco urbano de Málaga, según recoge el informe de la Real Academia de la Historia que justifica su declaración como BIC. Esta declaración tiene precisamente como objetivo el fomento de este espacio y su protección, preservación y puesta en valor de los valores históricos, artísticos y técnicos que posee.
El edificio destaca también por su alto valor dentro de la historia de los faros españoles. Y no ya por su antigüedad sino por haber sido proyectado por el brigadier de la Armada, ingeniero naval y director del Puerto de Málaga, Joaquín María Pery y Guzmán, así como por formar parte del escaso números de faros de reverbero existentes en España con luz giratoria. Aunque ha sufrido algunas modificaciones a lo largo del tiempo. En 1853 se añadió a la torre una base cuadrada que albergaba viviendas para que el personal viviera allí, la cual fue ampliada entre 1909 y 1913 con una segunda planta.
En su día la estructura del inmueble debía estar bien adecuada con el fin de sustentar en alto una linterna giratoria y había de tener 120 pies de altitud. El aparato óptico tenía 21 platillos de reverberos distribuidos en tres caras que giraban en un periodo de un minuto de duración. Los 20 segundos primeros eran de una luz muy viva y los restantes de oscuridad. A partir de esa primera solución técnica, se buscaron otras para actualizar su mecanismo de encendido.
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