Felicidad y lágrimas para los niños; alivio para los padres
Málaga/Las nuevas emociones que el primer día de clase dejan en los niños sacan a relucir la personalidad más íntima de cada uno, antes de que la rutina y la cotidianidad diarias acabe engullendo las mariposas en el estómago del estreno. Hay niños más tímidos, esos que necesitan que sus padres les acompañen hasta la puerta de la misma clase para irse sin montar jaleo. Hay otros más extrovertidos, que corren en cuanto se abren las puertas a la cola de la fila (alguno, del éxtasis por empezar, con tropezón incluido).
Sea como sea, no es fácil romper con la costumbre de estar tres meses pegado a los padres, y claro, algunos lo llevan mejor que otros. Lo que no sigue faltando, pasen los años que pasen, son los chavales jugando al fútbol con la lata de refresco o el cartón de zumo de naranja. Hay costumbres que ni los smartphones pueden matar, aunque cada vez lleguen antes a las manos de los críos.
Coincidió que la jornada inaugural en el colegio Doctor Fleming, en la que estuvo presente la representación institucional, apareció el inspector de educación, esa figura con la que tantos profesores asustan a los alumnos como último recurso para enderezar su conducta. "Hacemos mucho más que las inspecciones, también tenemos un montón de trabajo a distancia con los centros", reveló el inspector.
Buena parte de los padres se erigieron como los grandes triunfadores de la jornada de ayer. Muchos, tras aguantar a los pequeños durante tres meses de vacaciones, estaban esperando este día con creces. "El colegio y el comedor es una descarga de trabajo importante para nosotros. Tenemos dos hijos y la verdad es que lo agradecemos", contaba con alivio una pareja. Otra madre, que dejaba por primera vez a su niño en el colegio, se encontraba más dubitativa: "Siempre cuesta el primer día, es su primera vez y le ha costado despegarse de la madre", decía la progenitora entre risas. Algunos sostienen que con el comienzo de las clases de Secundaria este viernes se dará inicio de manera oficial con la rutina del año escolar. Hasta entonces, queda por aguantar unos días más a los mayores, que no siempre son los más dóciles.
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