Filología Clásica se agrupa a otros títulos para sobrevivir a Bolonia
Al tener menos de 20 alumnos en primer curso ha tenido que elegir esta opción que le hará perder el 50% de su contenido específico · Los profesores de Clásicas son los más valorados en la UMA por su alumnado
El profesor de la Universidad de Málaga (UMA) Cristóbal Macías explica el papel propagandístico que jugó la religión en una Roma que hacía frente al general cartaginés Aníbal en la segunda Guerra Púnica. Una docena de alumnos atienden. Todo un récord porque se trata de una asignatura de libre configuración a la que no sólo asisten estudiantes de Filología Clásica.
Este curso Filología Clásica ha cosechado nueve matrículas. Queda, por tanto, lejos de las 20 que, por acuerdo del Consejo Andaluz de Universidades, se exige para mantener activa una carrera en la oferta académica. Ante estas circunstancias esta titulación se ofertará agrupada a otras en el inminente Espacio Europeo de Educación Superior, conocido popularmente como plan Bolonia. Esto significa que los contenidos específicos se reducirán al 50%, ya que la otra mitad de los créditos corresponderán a las titulaciones a las que se agrupen.
El profesor Macías, director del departamento de Filología Latina, reconoce que el desánimo cunde entre una plantilla docente de Latín (10 profesores) y griego (ocho docentes) que se ve abocada a aplicar un recorte importante de unos contenidos que hasta ahora se distribuían en cinco cursos académicos. "Nos obliga a diseñar unos estudios que comprendan sólo lo esencial y fundamental de la lengua, literatura y sintaxis latina y griega". En este momento la pretensión es agrupar el título "con la gran mayoría de los que se imparten en Filosofía y Letras".
No obstante, se esfuerza en hacer "una lectura positiva" porque aún cuando ve lógico que se asista con inquietud a esta etapa de cambios, opina que la agrupación es "una tabla de salvación" que en el fondo devuelve al escenario que existía antes del actual plan de estudios, cuando las carreras clásicas se conformaban con tres años de formación generalista y dos de especialización.
A pesar de este ejercicio de optimismo, el director del departamento de Filología Latina echa en falta un pacto nacional por la educación "porque lo que no puede ser es que con cada cambio de Gobierno se modifiquen los planes de estudios". Y en ese contexto es donde cree que debería enmarcarse la reflexión sobre las carreras minoritarias porque "el problema es que se aplican criterios economicistas sobre si valen la pena o no estos títulos".
La falta de alumnos en Filología Clásica es una circunstancia general en todas las universidades españolas. En Málaga este año cuenta en conjunto con 40 alumnos matriculados en todos los cursos de la carrera, una cifra que se mantiene prácticamente inamovible desde 2004, puesto que en 2003 sólo había 23 estudiantes. ¿Qué ha pasado? Por una parte es posiblemente la titulación más estigmatizada de las Humanidades. Se da por hecho que carece de pocas salidas profesionales, a pesar de que "entre nuestros titulados no existe el paro", apunta Cristóbal Macías. Los titulados hallan enseguida hueco en los bachilleratos de letras. Y desde el año pasado todos los estudiantes de la rama de Humanidades y Ciencias Sociales de cuarto de ESO deben cursar obligatoriamente latín.
Además, en la actualidad se imparte en cuatro universidades andaluzas (Málaga, Granada, Sevilla y Cádiz) de ahí que sea difícil que se superen las 20 matrículas en los diferentes centros.
Al tratarse de una carrera minoritaria, además, exige un alto grado de vocación. "Esta es nuestra ventaja y nuestro inconveniente", apunta Macías, porque son pocos los estudiantes que sienten la llamada de las lenguas muertas, pero, en contrapartida, "llegan sabiendo lo que quieren y lo que se van a encontrar". Pese a todo, el volumen de abandono en el transcurso de los estudios es importante en gran medida porque "los alumnos llegan peor preparados por culpa de un sistema que no empieza a exigir fuerte hasta que llegan al Bachillerato", apunta este profesor que fue docente en el centro piloto de Málaga en el que se implantó la Logse, un sistema que cree que no ha fallado porque sea malo "sino porque no ha tenido recursos".
Pese a a las sombras de este escenario, los alumnos de Filología Clásica son los más satisfechos de toda la Universidad de Málaga. Están contentos con su titulación y con sus profesores. En la última encuesta realizada por la UMA para que los estudiantes valoren tanto a sus profesores como sus carreras, Filología Clásica y el departamento de Filología Latina son los que logran mejor nota entre un total de 1.787 profesores de 80 departamentos.
"Posiblemente se valora el trato directo y personal. Aquí, por ejemplo, si un alumno tiene un problema para acudir el día del examen se le cambia la fecha. Si no comprende algo se le proporciona material adicional". Además, la metodología interactiva que plantea Bolonia está a la orden del día: la lección magistral está en franca desventaja frente a las clases participativas, más aún en una disciplina que exige muchas prácticas.
Juan Jesús Fernández es uno de estos alumnos satisfechos. El año pasado estudiaba Bachillerato en Estepona en clases de hasta 30 alumnos y ahora reconoce las oportunidades de un aula de nueve alumnos: "Se aprende más, los profesores te conocen y se centran más en tus necesidades. Las clases son muy participativas". Decidió estudiar Clásicas por vocación "porque estudié latín y griego en el bachillerato y quería seguir con estas lenguas en la universidad". Respecto a la falta de salidas coincide con el profesor Macías al señalar que no es así, pero aún en el peor de los casos recuerda que "las salidas se las busca uno mismo".
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