Fin de la mascarilla en centros sanitarios y farmacias: La hora de la sonrisa y la responsabilidad

Málaga/Por fin... Después de 1.207 días, deja de ser obligatorio el uso de la mascarilla en ámbitos sanitarios. "Tenemos ganas de verle la cara a nuestros clientes, de verles sonreír", comentaba la empleada de una farmacia del centro que prefería guardar el anonimato. Y añadía: "Nosotros estamos contando los minutos para quitárnosla porque con el calor es mortal. Ya es hora de que se recupere la normalidad".

Según el acuerdo del Consejo de Ministros de este martes, en cuanto se publique en el Boletín Oficial del Estado (BOE), decaen las medidas extraordinarias ligadas a la pandemia, entre ellas, el uso del tapabocas en centros sanitarios, sociosanitarios y farmacias. No obstante, siguen siendo "altamente recomendables" en entornos con personas vulnerables, como UCI, Urgencias o salas comunes de centros hospitalarios.

La empleada de la botica reconocía que últimamente ya resultaba difícil hacer cumplir la obligación de utilizar esta protección dentro del establecimiento. En unos casos porque los clientes se olvidaban y en otros porque se negaban a emplearla. Néstor Hugo, que llegaba a la farmacia en ese momento, se ponía la mascarilla como mandan, todavía las normas. "Me parece bien la medida de que se quite. Ya está superada ampliamente la pandemia. Aunque habrá ciertos lugares en que tendremos que utilizarla, sobre todo para proteger a los mayores porque podemos ser asintomáticos", recalcaba.

Y ese es precisamente el mensaje de las autoridades sanitarias y de los profesionales: que el adiós a la mascarilla debe venir acompañado, más que nunca, de un hola a la responsabilidad. Porque aunque deje de ser obligatoria, en centros sanitarios y sociosanitarios, es aconsejable para proteger a las personas más vulnerables.

El presidente del Colegio de Médicos de Málaga, Pedro Navarro, daba su opinión en esa línea: "La baja incidencia de patologías infecciosas en estos momentos justifica la retirada de mascarillas en los centros sanitarios y oficinas de farmacia. Lo que sí es conveniente es que los pacientes inmunodeprimidos o personas con procesos infecciosos continúen utilizándolas para protegerse". Y aconsejaba a los facultativos: "Lo mismo digo para los médicos, especialmente los de Familia y Pediatría, a los que recomendamos su uso en épocas como el otoño, donde sube la incidencia de gripe y los resfriados comunes. En estos casos, desde el Colegio de Médicos recomendamos la utilización de mascarilla aunque no sea obligatorio por Ley". Además, Navarro insistía en que "no hay que olvidar que en cualquier momento del año hay que colocarse la mascarilla en caso de dar positivo en Ccovid-19". Y resumía una idea que repetían desde el ministro de Sanidad, José Miñones, hasta los empleados de la farmacia ansiosos de dejar atrás la mascarilla: "En definitiva, se trata de que seamos responsables".

"La medida es proporcionada a los indicadores de contagios", consideraba el presidente en funciones del Colegio de Farmacéuticos de Málaga, Francisco Florido. "La situación actual ya no presenta la gravedad de 2020", recordaba. Igual que el resto de los sanitarios consultados, apelaba a la "responsabilidad individual" para evitar la propagación del virus en caso de estar infectados y para proteger a las personas mayores y vulnerables.

También el Sindicato Médico de Málaga (SMM) consideraba acertada la medida. El vocal de hospitales de esta organización, Rafael Maese, opinaba sobre el fin de la obligatoriedad de la mascarilla en ámbitos sanitarios: "Tenía que haberse hecho ya. En la actualidad, hay criterios epidemiológicos y científicos para que ya se hubiera quitado. Se ha retrasado por motivos ajenos a la ciencia".

Así que en cuanto el BOE publique la decisión del Consejo de Ministros comienza una nueva etapa en los centros sanitarios y sociosanitarios: la mostrar sonrisa y responsabilidad.