Primer caso de tráfico de fentanilo en Málaga: la droga 'zombie', en la Costa del Sol a pequeña escala
La venta ilegal de este opiáceo sintético, 50 veces más potente que la heroína y 100 veces más que la morfina, ha sido detectado en la zona occidental de Málaga
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En Estados Unidos ya no resulta extraño observar a ciudadanos por sus calles que se comportan como auténticos zombies: totalmente encorvados y con los brazos languidecidos. Los movimientos se ralentizan y muchos ni siquiera aciertan a articular palabra. Estas son las consecuencias del consumo de fentanilo, droga protagonista en la crisis de salud pública que azota al país. Al otro lado del charco, mientras España todavía mira de reojo la epidemia de opiáceos, en la Costa del Sol se detecta el primer caso por tráfico ilegal de esta sustancia.
De momento, se ha localizado en la zona occidental "a pequeña escala" con la aprehensión de este tipo de droga a un individuo que supuestamente se dedicaba al tráfico de droga en su domicilio, han informado a Málaga Hoy fuentes jurídicas. Ya se han practicado detenciones por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y el caso seguirá su curso judicial, como cualquier otro, precisan las mismas fuentes.
Desde el Grupo I de Estupefacientes de la Comisaría Provincial de Policía Nacional de Málaga han matizado que, por el momento, no consta que haya grandes redes dedicadas al tráfico de fentanilo en la provincia. Si bien, aseguran que ya han recibido directrices desde la Dirección General sobre cómo actuar y qué precauciones tomar en caso de encontrar fentanilo.
A finales del pasado año, la Policía Nacional ya interceptó ocho comprimidos de fentanilo en posesión de un vendedor de cocaína, de 34 años, en la Línea de La Concepción (Cádiz). En este caso, el presunto responsable de un delito contra la salud pública transportaba la droga a viviendas particulares y fiestas donde reclamaban sus servicios a través de redes sociales, pues él mismo publicaba a través de estas plataformas "ofertas" de los estupefacientes que vendía y daba a conocer los horarios en los que estaba disponible para distribuirlos en su vehículo particular. Tras pasar a disposición judicial, ingresó en prisión provisional.
50 veces más potente que la heroína y 100 veces más que la morfina
Este fármaco sintético, 50 veces más potente que la heroína y 100 veces más que la morfina, fue desarrollado en la década de los 70 como una alternativa durante intervenciones quirúrgicas de mayor complejidad y como analgésico para tratar dolores agudos, como pueden ser lesiones profundas, traumas y cuidados paliativos. Aunque nació para ser administrado y recetado por especialistas médicos a través de inyecciones, pastillas, tabletas o parches transdérmicos, su comercialización ilegal ganó notoriedad especialmente a raíz de la pandemia del coronavirus y constituye hoy un problema social.
En polvo -de color blanco, similar al de otras sustancias estupefacientes-, en pastillas o en líquido. Así se presenta el fentanilo que se fabrica en laboratorios clandestinos y que a menudo se mezcla con otras drogas. En la ciudad de Nueva York, en torno al 80% de las muertes por sobredosis son causadas por esta droga, según desveló hace unos meses el Departamento de Salud de la ciudad. México, por su parte, atendió en 2023 al menos 430 casos por consumo de fentanilo, un aumento de 97 casos respecto a 2022, todos ellos concentrados en los estados del norte del país, según informó la Secretaría de Salud (SSA) del país. Los estados situados al norte -Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Sinaloa y Sonora- fueron los más afectados. Estas cifras se presentaron después de que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, reconociera por primera vez en una entrevista con el programa 60 minutes de Estados Unidos que el fentanilo se produce en este territorio.
En Andalucía, a miles de kilómetros de distancia, las noticias que llegan desde el continente americano no pasan desapercibidas ante una sustancia universal y que mundialmente es utilizada por indicación terapéutica como tratamiento de dolor irruptivo en pacientes adultos que ya reciben tratamiento con opiáceos para tratar dolor crónico en cáncer; también dentro de nuestras fronteras.
De acuerdo con las cifras publicadas por el Observatorio Andaluz sobre Drogas y Adicciones, en 2019 se registraron 16 muertes por sobredosis de opioides en esta comunidad autónoma, de las cuales sólo una fue por fentanilo. Salud recalca, igualmente, que el Plan Nacional sobre Drogas recoge que en 2018 sólo el 0,1% de las personas que acudieron a tratamiento por consumo de drogas en Andalucía lo hicieron por opioides sintético. Durante 2022, los profesionales médicos del Servicio Andaluz de Salud prescribieron opioides a 47.362 pacientes, un 8,8% más que en 2018. Si bien, gracias a la implantación del procedimiento de visado de receta del fentanilo de liberación inmediata en julio del 2021, el consumo de estos medicamentos ha disminuido su crecimiento.
De cara a impedir su extensión fuera de los cauces estrictamente sanitarios, la Consejería de Salud impulsó un procedimiento de actuación en pacientes con adicciones a opioides de prescripción médica con el objetivo de abordar el tratamiento a estas personas y reducir los casos de adicciones. Este plan de acción está dirigido a enfermos que, tras una prescripción médica para combatir el dolor, han desarrollado un patrón de abuso o dependencia del fármaco, lo que conlleva un deterioro o malestar clínicamente significativos. Además, esta situación puede derivar en consumo de opioides ilegales (heroína o fentanilo de origen ilícito) con diversas consecuencias negativas.
El procedimiento establece la identificación de estos usuarios con trastorno por consumo de opioides (TCO). Estas personas se definen como pacientes que han ido aumentando la dosis del fármaco respecto a la prescrita en la unidad de origen y frecuenta los servicios demandando nuevas recetas sin finalidad analgésica. En la mayoría de los casos, no tienen conciencia de tener una dependencia y es posible el rechazo cuando se le plantee en consulta.
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