Fracaso en el intento de cumplir el horario de la Feria del centro
La iniciativa municipal de plazas con música en directo no disuade a los jóvenes que realizan el 'botellón'. Los vecinos, un año más, vuelven a mostrar su indignación.
Alcanza todos los rincones que existen en esta Feria. Allá por el Centro o por el Cortijo de Torres, vasos de plástico, hielos y cubatas invaden algunas calles acompañados de un público masivo -juvenil, en su mayoría-. Es difícil hablar del botellón como un "fenómeno": ya es tan habitual en la fiesta de agosto como el baile y el calor, pero conlleva una parte negativa: la limpieza brilla por su ausencia allá donde se extiende, y a eso se le suman los puntuales problemas de seguridad y sanidad de una ingesta excesiva de alcohol. El horario para la bebida en el centro queda claro para consumidores y comerciantes. A partir de las 18:00 se detiene la música en todas las plazas del casco histórico. Es el momento para que los presentes se dirijan al Cortijo de Torres y continúen la fiesta allí. La realidad es bien distinta, ya que la mayoría de personas llega dos horas antes del límite legal, y consideran que a las 18:00 no han tenido fiesta suficiente. Esto conlleva que la limpieza no pueda realizarse adecuadamente y que la fiesta perdure hasta que los feriantes se debiliten. Como demuestran las imágenes que acompañan este reportaje, las principales plazas del centro están llenas de jóvenes bebiendo alcohol más allá de las 18:00.
Este año, el Ayuntamiento presentaba una novedad para intentar disuadir el botellón en la Feria del Centro, el lugar más problemático por la dificultad de limpieza -los camiones de Limasa se abren paso escoltados por la Policía- y las molestias a los vecinos. La propuesta de instalar escenarios con música en vivo en diferentes plazas para que los jovenes no dediquen su tiempo en Feria únicamente a beber, sino que tenga una actividad más que le disuada de la ingesta. La principal razón para realizar el botellón es el ahorro económico. Esto lo aseguran Cristina y Laura dos madrileñas que pasan las vacaciones en Málaga. Por otro lado, creen que si los bares redujeran sus precios de consumo, preferirían ir a los locales "sin ninguna duda".
Tanto Cristina y Laura como otros consumidores en el botellón aprueban la propuesta del Área de Fiestas. "Me parece una buena idea", comentan Juanma y Carmen, una pareja malagueña. Sin embargo, su eficacia está bastante discutida. "La música incita al botellón. Si es para quitarme de beber, se están equivocando" apostilla Sergio, un joven que bebía en plaza Mitjana . "Si tienes música, vas a beber más a gusto", añade.
La iniciativa municipal también es cuestionada por los vecinos. Óscar Agudo, secretario de la Asociación de Vecinos del Centro Antiguo, asegura que es imposible controlar el botellón en la Feria con los recursos que existen. "Sigue siendo un desmadre, por mucho que hayan querido hacer lo de las plazas", añade. Este vecino, residente en calle Mitjana, afirma que ha tenido que abandonar el centro durante la semana de fiestas: "No se puede vivir". Como él, hay muchos vecinos que deciden marcharse una semana de agosto para evitar ruidos y suciedad a raudales.
Edel mira, por otro lado, es una vecina que no se ha podido marchar este año. Ella nota menos botellón este año debido a la iniciativa municipal, aunque eso no quita que el problema desaparezca: "Es la peor semana para vivir en el Centro". Instaló en su casa ventanas de insonorización para poder descansar y aislarse del ruido de la calle. "Aquí te las tienes que poner, sobre todo para Feria".
La Asociación de Vecinos del Centro denuncia la existencia de un "botellón encubierto". En palabras de su secretario, el Ayuntamiento "no toma ningún tipo de medida" para evitar que los locales deje a sus consumidores beber en la vía pública. Según Agudo, los bares rentabilizan su escaso espacio interior dejando que los clientes lleven sus bebidas a la calle. La alternativa que encuentra la Asociación es "multar, concienciar y hacer partícipe a la gente de que no se puede estar bebiendo en la calle". Consideran que no se cumple la ordenanza municipal y que la policía no pone multas. A fecha de hoy, el Ayuntamiento no se ha reunido con la Asociación de Vecinos para paliar este problema.
Por otra parte, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, al ser preguntado ayer por las quejas de los vecinos del Centro sobre el botellón, apeló a la responsabilidad de los consumidores y a la necesidad de educar "desde pequeño" hacia el civismo. "Lo importante es que los jóvenes sepan divertirse sin perder el control. Si pierdes el control te conviertes en algo inerte", manifestó el primer edil.
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