“Lo razonable para diseñar ciudad es no hacerla a golpe de oferta o de oportunidad”
Francisco Sarabia, decano del Colegio de Arquitectos de Málaga
Se muestra abierto al diálogo para desbloquear el conflicto abierto por el tercer hospital
Habla de un posible recurso al hotel del puerto si la respuesta a las alegaciones presentadas por el Colegio no está justificada
Málaga/–La pasada semana el Ayuntamiento de Málaga dio luz verde provisional al ajuste urbanístico necesario para encajar el hotel del puerto. El colegio fue de los colectivos que formuló alegaciones en su día. ¿Sabe en qué sentido han sido contestadas?
–No lo sabemos. Desde que conocimos la noticia hemos estado interesándonos para verlo. Como aún no conocemos el documento de aprobación. Es verdad que el colegio tomó protagonismo porque una parte de la ciudadanía vio defraudada sus expectativas de defensa de sus intereses por parte de sus representantes, porque sorprendentemente casi todos los grupos políticos estuvieron a favor de la torre. Pero aquello fue durante la tramitación ambiental. Después siguió la tramitación y ahora se resuelve la modificación del planeamiento. Nuestras alegaciones eran bastante formales, no tanto sobre cuestiones de oportunidad, aunque entendemos que esto quiere de un consenso amplio. Lo que hacíamos era poner en evidencia que las referencias numéricas que contenía la modificación estaban mal o que no estaba suscrito por técnico alguno. Hay una serie de aspectos formales que vamos a exigir que sean respondidos.
–¿Hasta qué punto van a ser exigentes?
–Vamos a ser rigurosos y a insistir que se cumpla lo que dice la ley respecto a la tramitación de la modificación de figuras de planeamiento.
–Un dato relevante es que se va a multiplicar por siete el techo que ahora tiene asignado ese suelo.
–Me resultó sorprendente que desde los colectivos que se oponen a ese proyecto no se insistiese sobre ello, porque los números no engañan. Sabemos que muchos contenciosos se resuelven por cuestiones formales. ¿Qué pasa con la diferencia entre los 6.000 metros que hay ahora previstos en ese suelo y los cerca de 45.000 que se proponen en el ajuste? Porque puede haber cuestiones de oportunidad, pero tienen que compensarse los equipamientos, tienen que rehacerse los números del plan para que se cumplan los requisitos y si no se cumple el documento tendrá que ser rehecho. Nosotros hemos destacado ese aspecto. Tengo interés en ver cómo responde la Gerencia de Urbanismo.
–De acuerdo con la documentación, para hacer posible el proyecto el índice de edificabilidad para uso ciudadano de todo el puerto pasará de 0,5 a 0,68. ¿Eso no hubiese justificado una revisión integral del Plan del Puerto?
–Ya son cuestiones de matiz el pensar que eso es tan importante como para no querer esconderlo detrás de una modificación puntual, que parece que es una cosa menor. A lo mejor para ser honestos con la ciudadanía sí se tendría que haber hecho formulando una tramitación de más enjundia que una modificación puntual, que parece que es algo así como ‘vamos a cortar los flecos'. Pero lo cierto es que el alcance es el mismo. Sea de una manera o de otra el contenido tiene que ser el que es y si no es así será nulo o tendrá que ser reformado. Nosotros vamos a llegar hasta las últimas consecuencias con nuestras alegaciones. O sea, una respuesta política en esos aspectos técnicos no nos va a valer.
–¿A qué alegaciones se refiere?
–Sobre la formulación numérica del plan, incluyendo lo de la edificabilidad. No se puede aumentar la edificabilidad a criterio. En su momento se estableció una, ahora se pone otra, habrá que justificarla suficientemente y hay que ver si reúne todos los requisitos y parámetros de equipamientos que exige el reglamento. Si el reglamento dice que tiene que haber tal documento, tal estudio económico-financiero, tal justificación, tendrán que estar. Y si dice que esos documentos los tienen que suscribir los técnicos competentes tendrá que ser así. La parte más formal tiene que cumplirse.
–En el supuesto de que no haya una justificación adecuada a juicio del Colegio…
–Habría una oposición a la aprobación del plan, mediante un recurso ante el órgano encargado de la aprobación. Eso siempre que no hayan sido atendidas nuestras alegaciones. Muchas veces ocurre que en la tramitación se escapan flecos, pero cuando se llama la atención desde fuera se corrige.
–Sobre la operación en sí del proyecto. ¿Entiende el colegio que lo se propone en ese espacio es lo más adecuado?
–Eso es entrar en juicios de valor. Sabemos a lo que nos estamos enfrentando ahora, que es establecer el marco de trabajo, aunque es cierto que hay un proyecto ya redactado y que todo el planeamiento se adapta a ese proyecto.
–¿Lo adecuado no hubiese sido tener antes la idea sobre esa parcela?
–Sin ninguna duda, pero nuestro ordenamiento jurídico prevé ese funcionamiento, porque los puertos son un tanto especiales. Se les ha dotado de una autonomía muy importante. Todos sabemos que alguien llega con una oportunidad al puerto y se puede hacer, pero lo razonable para diseñar ciudad es no hacerla a golpe de oferta o de oportunidad que surja. En esta ciudad se tienen que fijar los puntos de oportunidad que se quieran potenciar, pero no porque vengan de fuera. Eso no quiere decir que tengamos que renunciar a ellas, pero cuando eso sucede uno cuestiona si hay o no un planteamiento previo. Respetando al equipo que está detrás de este proyecto, lo razonable con ese proyecto es que hubiese sido objeto de concurrencia de más equipos para que tengamos la seguridad de que la opción es la mejor, y no solo la cuestión arquitectónica. A lo mejor el concurso tendría que haber sido sobre que operación se quiere allí.
–¿Falta liderazgo a la hora de dirigir esa planificación y no estar al albur de las propuestas que vienen de fuera?
–Sí. Creo que el gran protagonismo que tiene el alcalde hace que sea así, casi se negocia con el alcalde. Y el equipo que está detrás del desarrollo de la ciudad está como en un segundo plano, no porque no tenga capacidad sino porque el alcalde lo envuelve. Parte del éxito de la ciudad es que el alcalde es muy protagonista y son decisiones en las que tiene más peso el valor político que el desarrollo urbano. Ha tenido muchos aciertos en esas decisiones pero hay algunas sombras. Si esto fuese liderado por un equipo de diseño urbano, como tienen en la Gerencia de Urbanismo, el papel político quedaría en un segundo plano, porque esos hitos se establecerían previamente. No defiendo un diseño de la ciudad al margen de la política, pero sí que establezca su estrategia, que se traslade al equipo de diseño y que éste fije los hitos de oportunidad.
–Pero eso es lo que se hizo en el Plan General…
–Sí, pero cuando se aprobó en 2011, con un desarrollo previo, se tuvo un poco de precipitación, tampoco estábamos en la situación en la que estamos ahora. La Málaga de ahora ha sobrepasado al Plan General. Abordar ahora un nuevo plan paralizaría muchas operaciones, por lo que se ha optado por impulsar actuaciones puntuales.
–Hablando de torres. Ya se están desarrollando proyectos de este tipo en Martiricos, Torre del Río… ¿Son proyectos de calidad suficiente a juicio del Colegio?
–Es verdad que se han impulsado concursos restringidos, pero con una concurrencia menor. Y a eso no pueden acceder estudios de Málaga. Eso se echa de menos, porque a nivel institucional el colegio está sorteando la crisis, pero no puedo decir lo mismo de los colegiados. Nosotros disfrutamos de las actuaciones de estudios de fuera por los ingresos de visado y tramitación de expedientes, pero nuestros colegiados notan una bajada en el trabajo. La fórmula no es fácil, porque para proyectos de esa envergadura se requieren estudios que tengan solvencia y experiencia en actuaciones de ese tipo. A los estudios de Málaga no les queda otra que asociarse. Es a lo que lleva la inercia actual.
–Uno de los espacios que está pendiente de desarrollo es el muelle 4.
–Lo que conozco es que el Puerto ha renunciado a aumentar edificabilidad, ha aceptado las reglas del juego actuales, que están consensuadas y aceptadas por todos. Tengo la duda de qué ocurrirá cuando esta operación se active, porque probablemente habrá mucha gente que se oponga. Porque todo Muelle Heredia va a pasar a una segunda linea. Y habrá muchos colectivos que son reacios a edificar que también se opondrán. Muchos nos llaman para adherirnos a corrientes contrarias a edificios en altura en Repsol o Martiricos por el hecho de estar en contra de la torre del puerto, pero estamos a favor de edificios en altura que permitan liberar el espacio. Tendremos que analizar cada caso. Pero si el puerto continúa con las reglas del juego actual solo nos enfrentaremos a la propuesta arquitectónica y de uso. Tradicionalmente en la ciudad lo que no era residencial era comercial, pero ahora se abre esa oportunidad del terciario y eso es interesante para dar a Málaga otro cariz, una tercera vía que no sea la turística o la construcción.
–Hablando de alturas. Estamos en un momento crítico con las nuevas servidumbres del aeropuerto.
–Nos afecta porque ahora llegan casi hasta El Palo. Lo más trascendente para nuestra práctica es que las servidumbres han abierto su campo, afectan a más edificios y de manera más significativa. Hay una queja de inseguridad jurídica. Porque aunque no hayan visto la luz aún si nos pueden afectar en ciertos proyectos. Como te caiga la servidumbre te obliga a rehacer todo.
–Y sobre el Astoria , hasta el momento han sido concluyentes en la defensa de cerrar la plaza.
–Y lo mantenemos. Lo que no debe ser es que hemos tirado el Astoria para hacer las excavaciones, que pase por allí alguien y que le guste cómo se ve el Monte Gibralfaro y diga que mejor la dejamos abierta. Eso requiere un análisis más profundo. La Plaza de la Merced debe ser considerada, quizás no por sus diferencias con la Catedral y la Alcazaba, pero por qué no con la Plaza de la Constitución. A nadie se le ocurriría decir que se dejase abierta esa plaza. Ese paso requiere de unas cautelas y unos análisis que no toman en consideración quienes proponen una consulta popular. Eso es tan disparatado como someter a votación si quitamos o no la torre de la Catedral o ponemos la otra torre. Hay cuestiones que deben ser sometidas a un rigor técnico-científico. Es verdad que como la pateamos, montamos casetas, hacemos mercadillo parece que no tiene valor histórico-patrimonial pero lo tiene y su valor es el de plaza cerrada.
–Ustedes ya han dado el paso de llevar a la vía judicial el proyecto del tercer hospital. ¿Tiene marcha atrás este tema?
–Se están dando los paso que para se produzca el diálogo, estamos abiertos no sólo a negociación sino a apoyar e impulsar el tercer hospital. Cada uno ha establecido posiciones y una vez presentado el recurso se abrirá el plazo de negociación. Lo que pretendemos es que las licitaciones, no esta en concreto, se ajusten a criterios de calidad. Con un compromiso de que la Junta va a asumir la misma interpretación que hacemos nosotros no tendremos inconveniente en retirar el recurso.
–¿No le preocupa la corriente de opinión negativa que puede recibir el Colegio?
–Estoy recibiendo muchas llamadas, presiones de toda índole. Me dicen que el colegio es el que pone trabas. Pero no va a ser el colegio. Hemos hecho una propuesta a la justicia y será el juez el que decidirá si atiende o no nuestras demandas. En conversaciones con altos cargos de la Junta ya dije que no iba a haber problema porque el interés de la Junta por el tercer hospital no puede ser mayor que el que tiene el colegio. Pero el camino no es el mismo, creemos que el fin no puede justificar los medios, pongamos los medios adecuados para llegar al fin que perseguimos los dos.
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