'Fría', pero con el aval de los pediatras

Los especialistas apuestan por la dieta mediterránea aunque aseguran que los 'caterings' distribuyen "comida segura"

Educación defiende que la implantación de la línea fría es por una cuestión de seguridad alimentaria.
Esperanza Ruiz / Málaga

24 de octubre 2010 - 01:00

Hace más de un año que comenzó la polémica con la línea fría. Educación defiende que se ha adoptado la decisión de implantar este sistema por una cuestión de "seguridad alimentaria, para que los menús estén suficientemente controlados y homogeneizados". La consideran "la fórmula adecuada, eficiente, moderna y controlada desde el punto de vista nutritivo y sanitario". Para las setenta Ampas integrantes de la Plataforma Pro-comedores escolares de Calidad la línea fría, "además de cara, sólo ofrece platos precocinados y recalentados al baño maría o en microondas". Pero, ¿qué opinan los pediatras de este sistema? Los especialistas consultados por este periódico defiende la dieta mediterránea como el modelo alimentario adecuado así como dar a los niños comida recién hecha.

El doctor Manuel Vaca afirmó que "si todo está suficientemente controlado no pasa nada que se sustituya por comida precocinada que atienda a un patrón de calidad y sanidad", aunque matizó que como médico no aconseja "que se emplee como una alimentación diaria". Preguntado por la sustitución de las cocinas in situ por el sistema de catering, Vaca afirmó que si un centro escolar cuenta con las infraestructuras adecuadas, "lo lógico" sería mantenerlas y ofrecer así a los estudiantes comida recién hecha.

En esta misma premisa coincide el doctor Carlos Sierra Salinas. "Siempre es bueno que la comida se elabore en el mismo momento en el que se va a ingerir y no que esté elaborada con días de antelación". No obstante, quiso puntualizar que los alimentos que distribuyen en los comedores escolares estos sistemas de catering "cumplen con las garantías de seguridad alimentaria".

El doctor Sierra Salinas manifestó que "no se puede demonizar la línea fría". Agregó que si "hay algunos fallos", habrá que estudiar el proceso desde que se elaboran los alimentos hasta que llegan a los comedores escolares. "La comida de la línea fría es segura. Cumple los parámetros alimentarios establecidos de suministrar más fruta y verdura y evita el consumo de fritos. De esta forma se está incentivando desde los colegios los buenos hábitos de alimentación", afirmó. No obstante, quiso puntualizar que no cree que los padres protesten "por capricho". "Si hay quejas de que el sabor es diferente por algo será, no creo que los padres se quejen por gusto", aseveró.

Otros de los pediatras consultados, el doctor Pedro Navarro aseveró que desde el punto de vista nutricional la comida que distribuye la línea fría y la que unos padres puedan dar en la casa "es lo mismo". "Es exactamente igual que la comida recién hecha", recalcó. Navarro indicó que "no hay que incidir" tanto en la línea fría ya que es una de las cinco comidas que debe de hacer una persona al día y no debe suponer más del 30% de la aportaciones nutricionales. "Los padres deben saber lo que comen sus hijos en los comedores escolares y a partir de ahí, complementar la alimentación", afirmó el doctor, quien insistió en que estos alimentos "no tienen carencias alimenticias".

El pediatra quiso hacer hincapié en que el niño debe comer sano y equilibrado durante todo el día. "Los padres deben apostar por el pescado, la fruta, los cereales y las legumbres y dejar de lado otros productos como la bollería", afirmó el doctor Navarro, quien se mostró satisfecho con que en los centros escolares se haya retirado las máquinas expendedoras. Por su parte, algunos sindicatos defienden la posición de la Plataforma Pro-comedores de Calidad. En concreto, el responsable de comedores escolares en el Sindicato de Enseñanza de CCOO Málaga, Rafael Guadamuro, afirma que el tipo de comida plastic food es un ataque directo a la dieta mediterránea que va contra el sabor, el color y el olor. Por ello, desde el sindicato defienden la gestión directa "como garante de calidad, de una alimentación sana, equilibrada y con sabor".

La premisa de comida recién elaborada también la defiende la Junta de Andalucía en el Programa del control del niño sano, que quedó formalmente estructurado en 1990, año en el que el gobierno andaluz publica la Guía para la salud infantil en atención primaria. Quizás en este punto haya una disyuntiva entre lo que se defienden en el programa y lo que la Junta de Andalucía lleva a la práctica después. Los tres médicos consultados aseveran que en el programa Niño sano se recomienda a los padres dar a sus hijos comida recién elaborada. Extraña que esa misma recomendación se deje a un lado en los comedores escolares, en los que se está sustituyendo poco a poco la cocina in situ por la línea fría, que distribuye dos veces por semana la comida, que se conserva en frío, y que posteriormente debe ser calentada en hornos o microondas para la posterior ingesta de los menores.

La Junta de Andalucía puso en marcha en 2007 la página web www.comedoressaludables.org para asesorar a los padres y responsables de los comedores escolares sobre las pautas de alimentación equilibrada para niños y adolescentes. Un año antes de que saltara la polémica sobre la línea fría, durante el curso escolar 2008-2009, los expertos de esta web recomendaban a los centros escolares "reducir el consumo de alimentos precocinados a una vez por semana como máximo". Un año después de estos consejos, Educación sustituyó algunas de las cocinas in situ por el sistema de la línea fría. En tan sólo dos años se ha pasado de aconsejar la ingesta de precocinados a una vez a la semana a consumirlos una media de cinco veces en siete días.

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