Glúteos desde 6.000 euros para no envidiar a Kim Kardashian
Hay cirugías plásticas que aunque no son las más demandadas, son las que más aumentan Entre ellas están los rellenos faciales con grasa del paciente y otras que retocan los genitales
El culto al cuerpo de la sociedad actual, los avances en cirugía estética y el abaratamiento de sus precios casi no dejan parte de la anatomía que no se pueda corregir. Desde hace décadas, los cirujanos plásticos aumentan pechos, quitan barriga, moldean narices, rejuvenecen caras y embellecen orejas, entre otras cosas. Esta demanda es conocida y está más o menos estabilizada. Pero hay otras técnicas relativamente nuevas, que aunque no son las más solicitadas, sí son las que más crecen. A saber: aumento de glúteos, rellenos faciales con grasa, reducción de los labios menores de la vagina y alargamiento de pene.
La Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (Secpre) estima por ejemplo que las intervenciones para aumentar los glúteos se han incrementado entre un 20 y un 30%; un crecimiento que achaca a la influencia mediática de celebridades como Kim Kardashian o Beyoncé. El aumento puede hacerse con grasa, con prótesis o con una técnica mixta. En el primer caso, los cirujanos extraen tejido adiposo generalmente del abdomen o los muslos y, tras procesarlo, lo infiltran en los glúteos. Como si fueran hilos superpuestos construyen una trama tridimensional que moldea esa parte del cuerpo. Los resultados no son tan perfectos como los de las prótesis, pero son más duraderos. Éstas en cambio, tienen resultados más estéticos, pero más limitados en el tiempo.
Los rellenos faciales (lipofilling) también se demandan cada día más. En esta técnica, los cirujanos utilizan grasa del propio paciente para llenar las partes de la cara que pierden tejido adiposo, con lo que le dan un aspecto rejuvenecido.
Los genitales también se han incorporado al listado de zonas del cuerpo a moldear con el bisturí. Entre los hombres aumenta la demanda de alargamiento del pene. Suelen conseguirse entre dos y cuatro centímetros. Entre las mujeres, la ninfoplastia, nombre con el que se alude a la reducción de los labios menores de la vagina.
Dada la amplitud de técnicas, las edades también son muy variables. El aumento de mamas suele demandarse de los 20 a los 30 porque la mujer casi no tiene pecho o en torno a los 40 para combatir los efectos de los años y la lactancia. En el caso del rejuvenecimiento facial, hace unos años los pacientes superaban los 60, mientras que en la actualidad la edad se ha rebajado. Ahora acuden personas de hasta 45 años con lo que los resultados son mejores porque el rostro no está tan deteriorado.
El cirujano plástico Leopoldo Cagigal intenta transmitir que la sociedad no debe ver estas técnicas con frivolidad. "A la gente le cuesta pasar por el quirófano. El 99% de las personas que lo hacen es porque tienen dificultades con su imagen corporal a la hora de relacionarse consigo mismo y con los demás", explica. Las consecuencias pueden ser desde que alguien no quiera ir a la playa para huir de comparaciones hasta que, en casos muy extremos, intente suicidarse. "No operamos a la gente para que esté más guapa, sino para que se sienta mejor. Es una medicina del alma. Hacemos a la gente muy feliz. Tú no le cambias la vida; es su misma vida, pero ellos se sienten muchísimo mejor. Funciona y la demanda existe porque funciona", agrega.
Los precios pueden ir desde 1.400 euros para corregir los párpados hasta 9.000 por aumentar los glúteos. Dentro de una misma técnica, la horquilla es muy variable por la competencia entre profesionales. "Puede haber diferencias del 100%", asegura el facultativo. Málaga, con una treintena de especialistas, es una de las plazas donde la competencia es más dura. En cuanto al sexo, la demanda es mayoritariamente femenina. Pero cada vez más hombres piden ayuda a un cirujano plástico. Cagigal estima que si hace un par de décadas la relación era de un varón por cada 19 mujeres, ahora la relación es de uno a nueve.
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