Guadalhorce, punto crítico
El río Guadalhorce alcanzó una altura máxima de más cinco metros en Cártama, a su paso por una de las zonas más sensibles y donde había un proyecto de encauzamiento
Málaga/El río Guadalhorce es uno de los puntos críticos de la provincia de Málaga cada vez que llueve con intensidad. Son muchas las ocasiones en las que su desbordamiento aguas abajo de la presas que lo regulan en su parte alta ha protagonizado trágicas inundaciones. Sólo en los últimos seis años se ha desbordado en tres ocasiones. Febrero de 2010, septiembre de 2012 y ayer, y en todas ellas siempre muestra los mismos puntos débiles. Cártama es uno de ellos y el desbordamiento del río a su paso por este municipio un clásico cuando llueve como ayer por la mañana, cuando se vivieron momentos de gran preocupación por el nivel que llegó a alcanzar. Más de cinco metros de altura fue su cota en este punto y sus consecuencias catastróficas en sus alrededores.
Sólo gracias a que la lluvia dio una tregua la tragedia no fue mayor y ya por la tarde el nivel fue descendiendo hasta los 4,13 metros en torno a las 17:00 de la tarde, según los datos de la Delegación Territorial de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio. La de Cártama fue la cota máxima alcanzada, pero también el río alcanzó alturas significativas a su paso por el azud de Paredones en Álora con una altura de 3,3 metros en el momento de más caudal y 3,25 en Aljaima. Precisamente es en esta zona donde hace décadas se planteó una posible solución para evitar que el desbordamiento de este caudaloso río fuese recurrente. pero como tantos otros, se trata de un proyecto que únicamente sale a la luz cuando la naturaleza muestra su peor cara y el Guadalhorce termina por imponerse.
Pero por más daños que su desbordamiento provoca cada vez que se produce un fenómeno de lluvias torrenciales, no parece que vaya a tener una solución inmediata y ni siquiera a largo plazo. La Junta de Andalucía se escudaba tras las últimas inundaciones de 2012 en la situación económica actual para asegurar que ninguna de las actuaciones previstas desde hace décadas en este río se llevarán a cabo a medio plazo.
Más concretamente, eso implica que no hay lugar en las inversiones futuras para actuaciones como la que tras las inundaciones de 1989 planteó para este río la entonces Confederación Hidrográfica del Sur, cuando las competencias en materia de agua estaban en manos del Gobierno central. Solamente se llevó a cabo el encauzamiento en los últimos nueve kilómetros del cauce hasta la desembocadura, con la construcción de dos brazos en forma de y capaces de evacuar un caudal de hasta 4.000 metros cúbicos por segundo. Esa obra costó casi 90 millones de euros y terminó en 1999, con siete años de retraso.
Pero contemplaba una segunda fase para encauzar otro tramo más, de unos cuatro kilómetros entre Cártama y Alhaurín de la Torre, los más afectados por las inundaciones de ayer. La extinta CHS llegó incluso a redactar un anteproyecto en 1995, aunque nada se ha hecho desde entonces. Tras el desbordamiento que sufrió el río en febrero de 2010 precisamente a esa altura, el Gobierno autonómico aseguró que la obra que se hizo cerca de la desembocadura era suficiente para garantizar la seguridad de las zonas cercanas al río. A la vista está que no.
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