Hagamos Hogar, la plataforma malagueña para compartir piso y acabar con la soledad de los mayores
Fundalogy Unicaja acaba de firmar como socio inversor de la startup, lo que prevé acelerar su crecimiento
Más de 74.000 mayores de 60 viven solos en Málaga y la mitad de ellos cobra menos de 1.000 euros al mes
Tres spin-off de la UMA quedan finalistas en un concurso internacional de proyectos emprendedores
La colombiana Natalia Cerón llegó a Málaga con 20 años con el propósito de estudiar e iniciar aquí una carrera profesional. Sin soporte familiar que la ayudara en sus comienzos, a miles de kilómetros de distancia, Natalia empezó "como muchos que emigramos, limpiando casas, acompañando y cuidando a personas mayores", relata. Una de las ancianas con las que trabajaba le ofreció compartir piso y, aunque la idea no prosperó, sí que sembró la semilla de lo que hoy es Hagamos Hogar. Se trata de una plataforma que reúne mediante algoritmos de compatibilidad a propietarios mayores de 55 años que quieren compartir su vivienda con personas que buscan casa. Fundalogy Unicaja acaba de firmar con sus creadores como socio inversor y la startup prevé acelerar su crecimiento.
"En mi tiempo de cuidadora me fui dando cuenta de que muchos mayores estaban en la misma situación, que vivían solos en una casa con varias habitaciones libres, sin pareja, sin hijos cerca, y empaticé mucho con la situación porque también estaba sola, buscándome la vida", recuerda Natalia y asegura que comenzó a juntarlos para tomar un café, "para que pudieran charlar y compartir sus cosas", dice. Esa idea de unir a gente que se necesita fue dando vueltas en su cabeza hasta hacerse realidad.
La CEO e ideóloga es Natalia, pero la profesionalización y evolución del proyecto viene, afirma, por la formación del equipo con Ismael Moreno, director de tecnología y desarrollador, y Ricardo Pagán, catedrático de la Universidad de Málaga, economista y experto en investigación sobre envejecimiento activo y soledad no deseada. Pagán es el director de operaciones y financiero de la empresa que surgió del trabajo fin de grado de Natalia, titulada en Márketing e Investigación de Mercados.
En junio de 2021 ganaron el premio Spin-Off de la UMA, recibieron 12.000 euros y la mentorización en el Link-by-UMA durante seis meses. "Ya habíamos desarrollado investigaciones y teníamos algunos pilotos, pero con ese premio conseguimos hacer el primer prototipo de plataforma y arrancamos, las personas empezaron a registrarse", cuenta la CEO de Hagamos Hogar. Un tiempo después, en 2022, el programa de Juan y Medio le dedicó un espacio y fue el espaldarazo definitivo que necesitaban.
"Eso nos posicionó, ya teníamos clientes pero a partir de salir en televisión hicimos una validación bastante grande, hubo más registros, más llamadas, más volumen", apunta Natalia Cerón. A raíz de eso se presentaron a los premios de Emprendimiento e Impacto Social de la Diputación de Málaga y ganaron el primer premio. Esto supuso una puerta abierta a establecer relaciones con entidades públicas "que nos están permitiendo tener desarrollo de proyectos piloto en distintas áreas de Málaga", dice.
Comenta la CEO que han ido creciendo "muy despacito, tenemos que darles todas las garantías a los usuarios, algunos ya llevan año y medio de convivencia y estamos creciendo con ellos, escuchándolos, nos cuentan sus necesidades y estudiamos cómo nosotros podemos resolvérselas". Y subraya Cerón que "Hagamos Hogar es un proyecto que tiene que tener ese mimo y esa garantía para que usuarios estén tranquilos".
Cómo funciona la plataforma Hagamos Hogar
Los usuarios que quieran compartir piso o abrir su casa a otras personas se registran en la página web. Tienen que rellenar un extenso formulario que se convierte en el primer filtro. "Cuando ya tenemos eso hacemos las verificaciones, vamos a la vivienda, comprobamos que esté en condiciones y adecuada para recibir a otras personas" y los propietarios vuelven a ser entrevistados, explica Natalia. "A partir de estos datos comenzamos a hacer match entre la gente que tenga afinidades", dice la CEO y comenta que "cada vez que sacamos una habitación nos llegan 80 ó 100 solicitudes".
"Gracias al sistema que desarrollamos, a nuestra tecnología, podemos saber quiénes tienen el porcentaje de compatibilidad más alto, el sistema nos arroja resultados que son muy eficientes, afina muchísimo", destaca Cerón. Cuando tienen el perfil, con el match de la plataforma y las verificaciones completas, ellos mismos hacen la presentación entre los propietarios y los nuevos compañeros. "Cuando son muy mayores, intentamos que sus hijos o familiares participen en el proceso", agrega. Además, su trabajo no acaba aquí. También tienen un periodo de seguimiento cuando empieza la convivencia para conocer la adaptación de ambas partes.
"El punto de partida de Hagamos Hogar es poner en el centro al mayor, al propietario, él delimita con qué persona se sienta a gusto en su casa, si quiere estar con gente de su generación o más joven, para que estén acompañados pero por alguien con quien se sientan afines, tranquilos y con quien quieran compartir cosas", incide Natalia. También destaca que se trata de una "tecnología muy humanizada". "Hay procesos que van a irse digitalizando cada vez más, estamos trabajando en ello, pero siempre queremos tener esta parte humana como soporte y acompañamiento en el proceso", añade.
Una solución al problema del alquiler
Y si la primera intención, por encima de todas, es acabar con una soledad que no se desea, la segunda puede ser un provecho económico para ambas partes. Los propietarios, algunos con pensiones muy escuetas, pueden contar con un dinero extra del alquiler de la habitación, que siempre suele estar por debajo del precio de mercado. Así, también los que buscan casa tienen una fórmula para ahorrar al mismo tiempo que comparten su vida con un compañero o compañera de piso ideal.
"Lo que promovemos es el compañerismo, personas que entienden que se está buscando un ganar ganar entre los que participan en Hagamos Hogar", señala la CEO. La relación entre ambos es de total independencia, "pero al tener afinidades en común, terminan convirtiéndose en un apoyo el uno para el otro, y en los mayores se genera un sentimiento muy positivo de utilidad, de que ellos también aportan", apunta y destaca que el perfil con el que trabajan es el de "compañeros sociables, amables, si no se sienten bien compartiendo Hagamos Hogar no es para ellos".
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