El Hospital Carlos Haya supera ya los 3.000 trasplantes
El incremento de donantes en 2012 permitió una cifra récord de operaciones y que la lista de espera sea la más baja Aún así hay 151 pacientes esperando un órgano
El pasado 17 de enero se cumplieron 34 años del primer trasplante hecho en Málaga. Desde entonces estas intervenciones han llevado la alegría de prolongar una vida a más de 3.000 familias. A 3.245, para ser más exactos. Ese es el total de trasplantes realizados por el Hospital Carlos Haya desde 1979. Una actividad de la sanidad pública que ha sido posible gracias a que más de mil familias en ese periodo han aceptado una donación y a que otros siete hospitales -Clínico, Costa del Sol, comarcal de la Axarquía, de Antequera, Torrecárdenas de Almería, los de Ceuta y Melilla- han trabajado a favor de que haya donantes.
El balance de 34 años es el siguiente: 2.415 trasplantes renales, 702 de hígado y 128 de páncreas. Estos dos últimos son menos numerosos porque tratan patologías menos frecuentes y porque además se iniciaron con posterioridad. Al comienzo, el programa de trasplantes solo incluía los de riñón. Desde su puesta en marcha, estas operaciones no han parado de crecer. El año pasado se realizaron 201 trasplantes -144 renales, 50 hepáticos y 7 de páncreas-. La cifra fue récord. Ningún año se había alcanzado ese número. Entre 2008 y 2011, el total de intervenciones se había estabilizado entre 172 y 178. En 2012 dio un salto hasta llegar a las 201. "Hubo más donantes y más órganos válidos por donante", explica el coordinador de trasplantes del sector Málaga, Miguel Ángel Frutos.
De las 79 donaciones registradas en 2011, en 2012 se pasó a 92. Además, de 2,3 órganos válidos por donante en aquel año se subió en el pasado ejercicio a 2,5. En 34 años ha pasado mucha agua bajo el río. Ha mejorado la Medicina y ha cambiado la sociedad. Entre los avances técnicos, farmacológicos y la mayor aceptación de la donación, los trasplantes se han convertido en una actividad quirúrgica rutinaria: en el Carlos Haya se hace uno cada dos días. La clave de toda esta labor asistencial son las donaciones. "Para que haya trasplantes tiene que haber donantes", recuerda Frutos. Y solo el 15% de las familias a las que se les solicita una donación la rechazan. Es decir, que el 85% dice que sí en un momento muy duro en el que pierden a un ser querido.
El elevado número de donaciones y el consecuente récord de trasplantes tienen su correlación en un dato que anima a los profesionales a seguir trabajando: la lista de espera es la más baja de la historia del programa de trasplantes del Carlos Haya. Aún así, en la actualidad hay 151 personas aguardando un órgano para ser trasplantadas. La cifra supone un descenso de un 27% con respecto a 2009, año en el que había 206 pacientes en lista de espera. Al siguiente apenas bajó. El 2010, los enfermos que aguardaban un órgano eran 204 y en 2011, 193. En estos casos, lo único que condiciona la lista de espera es -pese a la alta tasa de donaciones- la falta de más órganos.
En todos estos años, también ha cambiado el perfil del donante. De un joven fallecido en accidente de tráfico o de trabajo se ha pasado a una persona mayor que muere por un accidente cerebro vascular. Hay donantes hasta octogenarios. Pero la edad promedio en Andalucía es de 61 años. En 1992, la media era de 35. Dos décadas después, casi se ha duplicado. "Ha aumentado la edad de los donantes, pero también la de los receptores", aclara el coordinador. "El límite para un trasplante ya no es la edad del paciente, sino su situación clínica; cómo está su corazón, su hígado, su cerebro", añade.
Frutos -que recuerda que cuando hacía su residencia como nefrólogo no se trasplantaban personas de más de 60 años- apunta que ahora un paciente de 75 años sí se interviene si su situación clínica lo permite porque con un trasplante renal "va a vivir más y mejor que con diálisis". Tras desgranar el balance, Frutos no se olvida del primer eslabón de la cadena de los trasplantes, los donantes y sus familias: "Hay que agradecer su solidaridad y su confianza en el sistema sanitario y en los profesionales".
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