“Esto es una guerra porque hay muerte, pobreza y limitaciones”
María Antonia Estecha | directora médica Hospital Clínico de Málaga
Avanza que existe la intención de ampliar las Urgencias del Clínico y cree que ahora se está apostando por la sanidad porque la pandemia ha puesto en evidencia sus carencias
María Antonia Estecha se formó en Medicina Intensiva en el Hospital Puerta de Hierro de Madrid. Lleva unos 25 años trabajando en el Clínico, donde dirigió Urgencias y después la UCI. De hecho, fue la responsable de Cuidados Intensivos en plena pandemia. Desde hace dos meses ha asumido la dirección médica del Clínico.
–Lleva la dirección médica y la jefatura de la UCI. Mucha responsabilidad, ¿No?
–Estoy de responsable de la UCI, pero he delegado en una persona que está haciendo esas funciones. Evidentemente, la dirección médica es una gran responsabilidad porque hay que tener en cuenta las camas que son necesarias en la UCI, en Urgencias, en hospitalización, en los centros periféricos...
–¿Por qué se ha metido en este berengenal y más en pandemia?
–Porque me ofrecieron la dirección médica. Yo llevo tiempo en el hospital y si puedo contribuir en mejorar alguna cosa y en aportar, pues lo asumo. Es un esfuerzo personal y me satisface, sobre todo, si mejoramos las cosas.
–¿Cuáles son sus retos?
–Intentar mejorar el hospital. Hay muchas cosas que hay que mejorar. Las Urgencias, la UCI y muchas áreas... Neurología, Neumología, Medicina Interna, Digestivo, las partes quirúrgicas... Hay que mejorar las listas de espera, la coordinación con atención primaria, hay muchísimas cosas...
–Uno de los proyectos sin duda más importante es el que duplicará las camas de la UCI, que de 18 pasarán a 36.
–Es uno de los proyectos importantes, aunque hay muchos otros. Las áreas de Cuidados Intensivos son muy importantes en los hospitales y la pandemia lo ha puesto en evidencia. Son importantes porque es donde se manejan los pacientes más críticos. Es una parte muy importante de la sanidad en general. Pero desde siempre, no ahora. En el caso de la ampliación de la UCI, estimamos que esas camas estarán todas operativas para mediados de enero.
–Ahora en Málaga la presión asistencial parece que va bajando, afortunadamente...
–En nuestro hospital y en Málaga en general ahora no está mal. Hay ciudades muy perjudicadas como Granada, Sevilla, Jaén, Almería.
–Está habiendo cambios en las Urgencias del Clínico, se ha sacado la sala de familiares al exterior y el espacio que ocupaba está en obras para separar arquitectónicamente a los pacientes con patologías respiratorias del resto. Cuénteme el proyecto.
–En todas las Urgencias debe haber un circuito respiratorio y otro no respiratorio. Lo que se está haciendo es poner dos circuitos, igual que se ha hecho en el Carlos Haya [Ya existe el doble circuito, pero tras la obra habrá una separación arquitectónica]. En el Carlos Haya se han ampliado mucho las Urgencias. En el Clínico, tenemos un proyecto para el año que viene o los próximos de ampliación. El Clínico necesita la ampliación de las Urgencias.
–¿Hay intención de acometer una ampliación?
–Sí, hay un proyecto para el próximo año. Hay proyecto también de ampliar la zona de Digestivo, de mejorar las consultas externas del patio naranja... También hace falta mejorar la Unidad de Diálisis y Nefrología, el Hospital de Día Oncológico, el área de Urología... Hay muchas cosas...
–¿Qué será lo mas inminente?
–A día de hoy no lo sé, hay varios proyectos que nos hacen falta. Depende del presupuesto que tengamos para el año que viene.
–Incluso el área de Radioterapia está experimentanto una importante transformación...
–Eso ya está hecho, es un proyecto previo a la ampliación de la UCI y ya se está acabando.
–Usted se ha puesto muchas veces el EPI, creo.
–En toda la pandemia. Ahora hay Covid y no Covid, pero en la primera oleada casi todo era Covid.
–¿Tuvo miedo?
–No, no me lo planteaba. Tienes miedo por si eres transmisor del virus para tu familia. Pero miedo... no, ni me lo planteaba. Porque ves a la gente tan mal que lo principal para ti no eres tú, sino intentar atender a todos los pacientes que hiciera falta y que salieran para adelante. Era tal la enfermedad que veíamos... Es que no lo habíamos visto nunca... Para nosotros era tan importante y tan grave que solo pensabas en que los pacientes no fallecieran, sino que salieran para adelante e intentar atender todo lo que podías. Era un trabajo extenuante. Era un enfermo tras otro, no había tiempo ni para descansar. Y con el EPI puesto que sudas, es incómodo, cuesta respirar. Y tienes que seguir ahí.
–¿La gente se da cuenta de esa realidad tan dura que entraña esta enfermedad?
–Quien se da cuenta de la realidad, como siempre, es el que la sufre o la ha sufrido; el paciente enfermo, sus familiares, los profesionales de los centros sanitarios, sea el médico, el enfermero, el celador... El que se da cuenta es el que lo vive. El que no, no es consciente del tema, como todo en esta vida. Si tú sabes que hay un país en guerra, te da pena; pero el que lo sufre es el que lo padece y quien es realmente consciente de lo que está pasando. Sabemos que estamos en pandemia, que estuvimos confinados y que te ponen una serie de límites. Pero hasta que tú no lo sufres en tus carnes –como familiar, paciente o sanitario– no te das cuenta realmente de lo que pasa.
–¿Y esto es una guerra?
–Yo creo que sí, es una guerra distinta. Al final hay muerte, hay pobreza, hay limitaciones. No es una guerra con pistolas. Es distinta. Pero ha habido muertes, hay gente que se ha quedado sin trabajo, hay limitaciones. Es otro tipo de guerra.
–El Clínico ha sustituido su cafetería por 22 camas de hospitalización. ¿La mejor noticia será que no hagan falta?
–La mejor noticia es que si son necesarias, las tenemos. Porque si hacen falta y no las tienes, habría gente a la que no se le podría dar asistencia... La mejor noticia es que ya están ahí. A lo mejor nos hacen falta muchas más... Eso no lo sabemos. Según los sistemas de alerta sanitaria mundial hay que tener disponibles el doble de camas que antes del Covid y previstas, hasta el triple.
–¿Eso quién lo dice?
–Son los criterios de la Organización Mundial de la Salud. Hay que tener disponibles el doble [que antes de la pandemia] y previstas donde pondrías más camas hasta llegar el triple de la época pre Covid. Por eso se ha montado Carranque. Es para tener una previsión de futuro por si acaso nos hiciera falta. No sabemos lo que pasará en enero o en febrero, cuando hayamos tenido la época navideña, hayamos estado más unos con otros y cuando tengamos la gripe y las neumonías como ocurre todos los años en época de invierno.
–¿Hay temor a ese momento en el ámbito sanitario?
–De lo que se trata es de tener previsión. Ya sabemos lo que puede pasar y hay que tener previsión por si acaso hace falta. En la primera ola es que no teníamos previsto nada. Ahora hemos tenido tiempo de tener cierta previsión.
–¿Y temen una tercera ola?
–Yo creo que va a haber una tercera ola. Cada vez que nos confinan, el número de contagios y pacientes en las UCI disminuyen. Y cada vez que volvemos a estar en reuniones familiares, en grupos, en aglomeraciones se vuelven a disparar los contagios, los pacientes graves, los ingresados en UCI. Hasta que no pase un tiempo y llegue la vacuna, estaremos así. Lo mismo que pasó con la gripe o con otras pandemias.
–Volviendo a la dirección médica. ¿Desea comentar algo más?
–Hay que seguir mejorando el hospital y seguir mejorando la asistencia que damos a los pacientes. Para eso se necesita la ayuda de los profesionales, de la dirección médica, del gerente y de los Servicios Centrales [del SAS]. Creo que estamos viviendo una época en la que se está apostando por la sanidad en general y por los Cuidados Críticos y las UCI. Es algo que se necesitaba realmente porque cuando el paciente se pone muy malo, necesitamos tener unas UCI dimensionadas y a la última porque son necesarias para sacar adelante a los pacientes más graves. Esta pandemia ha puesto en evidencia las carencias que tenía la sanidad y los Cuidados Intensivos. Creo que realmente se está apostando por todo eso.
–¿A los profesionales qué les diría?
–A los profesionales... Hay grandes profesionales en nuestro hospital y en todo el sistema sanitario. Grandes profesionales que han luchado y siguen luchando en esta época de pandemia y crisis. Se han volcado los unos con los otros. Se ha puesto en evidencia el compañerismo y el trabajo duro. Se intenta sacar el trabajo adelante y que todo salga bien, muchas veces a costa del esfuerzo personal de mucha gente. Las personas que hemos tenido ingresadas y sus familias se han dado cuenta y son los mejores testimonios de lo que estoy diciendo.
–¿Es la misma después de todo lo que ha vivido en una UCI?
–Soy la misma, pero te das cuenta del sufrimiento de mucha gente. Y del sufrimiento de nosotros mismos, porque cuando tienes a los pacientes que lo están pasando tan mal, que están solos, te das cuenta de la soledad de las personas enfermas, que se agarran al médico o a la enfermera... También ves el sufrimiento de los familiares que lo viven en soledad en sus casas. No pueden ir al hospital porque a lo mejor están confinados o porque no pueden acompañar a los pacientes. El sufrimiento, la soledad... Todo eso te hace meditar y pensar que somos humanos y al fin de cuentas nos tenemos los unos a los otros. Y que aquí estamos para ayudarnos, cada uno desde el lugar donde le toca. De eso tenemos que ser conscientes cuando salimos a la calle. Si yo no me pongo la mascarilla, aunque a mí me dé igual contagiarme, puedo ser luego el transmisor para que se contagie otra persona. A lo mejor yo puedo sobrevivir, pero la otra persona no; y va a morir por mi irresponsabilidad o inconsciencia.
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