Hospital Materno de Málaga: Realidad virtual para que los niños no sientan los pinchazos

El Materno desarrolla un proyecto piloto que ayuda a que los pequeños se distraigan con un mundo paralelo mientras reciben ciertos tratamientos

El Regional de Málaga facilita tablets que se manejan con la pupila a pacientes con trastornos del habla

El hijo de Alejandro, mientras le sacaban una muestra de sangre.
El hijo de Alejandro, mientras le sacaban una muestra de sangre. / M. H.

Málaga/Sufren los niños, sufren los sanitarios y sufren los padres. Sacar sangre o aplicar un tratamiento que suponga pinchazos supone un mal trago para todos. De ahí la importancia de una iniciativa piloto del Hospital Materno: realidad virtual para que los niños hagan una inmersión en un mundo paralelo, se distraigan, se relajen y los profesionales puedan hacer su trabajo sin que nadie sufra.

El centro sanitario prefiere no avanzar detalles. Se trata de un proyecto piloto que ha encantado a los padres. Uno de ellos, Alejandro Alés alabó la iniciativa en su cuenta de Twitter. Según explicó a Málaga Hoy, es un videojuego inmersivo. “Al niño le ponen unas gafas de realidad virtual y tiene que fijar la vista en las cosas que le van apareciendo. Eso hace que entre en un mundo paralelo”, explicó Alejandro.

Un mundo paralelo en que no hay pinchazos, sino dinosaurios, leones y otros animales. “Cuando el niño está concentrado en forma inmersiva en el videojuego, con paciencia, le cogen el brazo y le dan el pinchazo”, comentó. “Al mío le cogieron la muestra y ni se enteró”, recuerda.

Cuenta Alejandro que su hijo, de seis años, tiene que hacerse controles periódicos en el hospital. Cada cita era un drama. “Nada más entrar al hospital ya se asustaba. Lo pasaba muy mal. Porque si deja el brazo quieto, es un instante; pero si se mueve, es una situación tensa y traumática. Por eso yo estoy encantado, porque la diferencia es como de la noche al día”, aseguraba.

Después de haber ido muchas veces al Materno, Alejandro sabe que no sólo su hijo, sino la mayoría de los niños lo pasan mal. “Cuando estamos esperando, en la cola, vemos extracciones de otros críos y lo normal es que sean complicadas. El procedimiento es una tontería. Un adulto se queda quieto, pero los niños se mueven y se complica. A veces tienen que sujetarlos entre tres profesionales. Es bastante traumático”, afirma.

“Todo es el miedo, no es el dolor. Otras veces he salido agotado. Esta vez, mientras mi hijo jugaba y veía dinosaurios, le pusieron la aguja y ni se enteró”, relataba el padre. Alejandro estaba tan contento con los resultados, que incluso puso una foto en su cuenta de Twitter con su hijo vestido de hombre araña y con las gafas de realidad virtual, mientras le tomaban la muestra de sangre. Un detalle con el que quiso darle “visibilidad” a un proyecto que pretende humanizar la asistencia para que nadie sufra...

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