Los médicos del Hospital Regional de Málaga piden por unanimidad la 'desfusión' del Clínico
Solo quedan unidas Oncología Médica y Anatomía Patológica porque el resto de áreas ya se separó
La junta facultativa eleva su posicionamiento a la gerencia del centro
Cuatro unidades dan marcha atrás en la fusión de los hospitales
Málaga/Por unanimidad, los 21 médicos de la junta facultativa del Regional, que representan a todos los del hospital han pedido la desfusión del Clínico. La posición de este estamento quedó meridianamente clara en la sesión del pasado miércoles 5 de junio ya que la totalidad de sus miembros se pronunciaron por elevar esa petición a la gerencia del centro sanitario.
En la actualidad sólo quedan dos unidades de gestión clínica fusionadas. Estas son Oncología Médica y Anatomía Patológica. El proceso se inició en el otoño de 2012. De las más de 40 áreas del hospital, sobre el papel sólo llegaron a fusionarse 17. Durante la última década, a medida que se fueron produciendo jubilaciones de los jefes de las unidades, en un proceso callado, se fue dando marcha atrás de hecho a la fusión. Por eso, sólo quedan integradas esas dos especialidades.
Fuentes de la junta facultativa aclaran que el sentir de los médicos es que se complete la desfusión, pero que ello no significa que no continúe la colaboración con el Clínico, tanto en asistencia como en investigación. Explican que la petición es que ambos centros corten los dos últimos lazos de la fusión y sean independientes en la gestión, pero mantengan su estrecho vínculo asistencial e investigador.
El pronunciamiento de la junta facultativa –que es el órgano colegiado de representación de los médicos– no es vinculante. Pero está claro que la unanimidad expresada es un mensaje rotundo a la gerencia del hospital. Ésta ahora debe mover ficha. Las fuentes consultadas sostienen que para completar la desfusión no hace falta un pronunciamiento similar de la junta facultativa del Clínico. “Es como un divorcio, que es suficiente con la decisión de una sola de las partes”, apuntaron.
Además, insistieron en que la voluntad es mantener la unión entre ambos hospitales, pero independizar la gestión. “De hecho, la fusión se ha ido disolviendo como un azucarillo en el agua con las jubilaciones”, añadieron.
Los primeros movimientos para pedir la desfusión lo dieron los médicos de Anatomía Patológica, una de las dos áreas que todavía siguen unidas. El pasado 3 de mayo, presentaron por Registro un escrito en el que –tras exponer las especificidades y complejidad de su unidad en relación con otras de la provincia– solicitaron la separación. El documento fue respaldado por 11 de los 12 médicos del servicio. Esgrimían que la unidad tiene una situación de estancamiento y que pretendían recuperar la identidad, tener capacidad organizativa independiente así como presupuesto y recursos propios.
Semanas después de este escrito de los anatomopatólogos, fueron los oncólogos médicos los que manifestaron su apoyo a la desfusión. No lo plasmaron en ningún documento, pero transmitieron ese sentir a la dirección médica. Ésta, recogiendo ese posicionamiento, presentó una propuesta en ese sentido en la última junta faculativa. Finalmente, sus 21 miembros se pronunciaron a favor de pedir que se desfusione lo que se unió hace algo más de una década.
Un proceso impuesto y dinamitado por una sentencia del TSJA
La fusión de centros sanitarios –entre otros del Regional y el Clínico– comenzó en el otoño de 2012. El objetivo de la Consejería de Salud era reducir costes. Fue entonces cuando también se unieron los distritos sanitarios de Málaga y el Guadalhorce y cuando el hospital Costa del Sol unificó su gestión con el de Andújar (Jaén). En el caso del Regional y el Clínico fue Carmen Cortes, por entonces gerente de aquel hospital, la encargada de dirigir este proceso impuesto por la Consejería y de asumir la dirección conjunta de ambos centros.
La iniciativa tuvo más detractores que defensores. Estos esgrimían que la unidad permitiría homogeneizar protocolos de diagnóstico y tratamiento a la vez que fortalecer la estructura investigadora. Sus oponentes reprochaban la imposición y la falta de participación de los profesionales en el proyecto. Entonces auguraron que fracasaría.
La falta de consenso en su aplicación, los egos profesionales de algunos jefes y distintos métodos de trabajo entre un centro y otro dificultaron su puesta en marcha. De 42 unidades que podían fusionarse –otras eran exclusivas del Regional y no cabía esta opción, como Neurocirugía o Cirugía Maxilofacial, entre otras–, sobre el papel sólo 17 llegaron a hacer el proceso. Con aquellos cambios –incluyendo también su aplicación en los distritos sanitarios– se suprimieron 14 puestos de dirección a nivel provincial.
Con el proceso marchando a regañadientes, a finales de noviembre de 2015 llegó una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) que dinamitó una desfusión que aún no estaba ni a medias en cuanto al número de unidades agrupadas. El fallo se refería a dos hospitales sevillanos, pero dejaba en la ilegalidad el proceso. La sentencia concluyó que la gerencia del SAS –que impulsó las fusiones en toda Andalucía– carecía de competencias para unificar unidades de hospitales diferentes ya que esa potestad correspondía al Consejo de Gobierno. Aquello paró en seco el proceso.
Así que la fusión, además de ser polémica, fue desigual. Nació a golpe de Boja (Boletín Oficial de la Junta de Andalucía), sin consenso y quedó congelada con la sentencia del TSJA. Sin ton ni son, unas áreas quedaron unidas y otras no. Luego, con las jubilaciones de jefes de unidades de gestión el tiempo fue deshaciendo la fusión progresiva y sostenidamente. Solo quedaron dos. Las dos que ahora también quieren desfusionarse.
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