“No volveremos a la normalidad de antes; el Hospital Regional tendrá muchas reorganizaciones”
María del Mar Vázquez |gerente Hospital Regional
Avanza que serán necesarios “cambios de todo tipo” para adaptar el centro sanitario a la nueva realidad
Niega que se actuara sin previsión y destaca la labor y el compromiso de los profesionales
Málaga/María del Mar Vázquez dirige el mayor centro de trabajo de la provincia: el Hospital Regional de Málaga. Y le ha tocado estar al frente en el momento más difícil porque el coronavirus ha ejercido una presión asistencial brutal sobre el sistema sanitario. Junto con su equipo, ha tenido que tomar decisiones sin precedentes para poder garantizar tanto la atención de los pacientes afectados por la pandemia como de los demás.
-¿Esta es la situación más extrema que ha vivido?
–Desde el punto de vista sanitario, nadie en España ha vivido una situación como esta con anterioridad. Nunca habíamos vivido una situación que pusiera a prueba al sistema sanitario de esta forma.
–¿Cómo se ha reforzado el área de epidemiólogos?
–En el hospital la Epidemiología es responsabilidad del Servicio de Medicina Preventiva y Salud Pública. Tratamos de aumentar el número de facultativos pero no había disponibilidad en la bolsa y tuvimos que aumentar turnos, incluyendo algunos fines de semana en los momentos de mayor intensidad de la epidemia. Sí que se reforzó el área de enfermería. La atención a los profesionales es responsabilidad de la Sección de Vigilancia de la Salud. El equipo trabaja mañanas, tardes y fines de semanas desde el inicio. Recientemente se pudieron incorporar dos médicos del trabajo y han contado con el apoyo de enfermería para realizar este gran esfuerzo.
–Ocurrió en China, Italia… ¿Se podría haber actuado en España con más previsión?
–En mi opinión, se actuó con bastante más previsión que en los dos países que menciona. No es fácil tomar decisiones tan importantes como las que se han tomado. Visto desde fuera, podría parecer que se podría haber actuado antes. Se actuó rápido, pero hacer determinadas actuaciones lleva reuniones, planificaciones, mediciones del impacto que puedan tener… y esto lógicamente lleva su tiempo. En Andalucía conseguimos anticiparnos más que en otras comunidades, porque nuestro Sistema de Vigilancia Epidemiológica funciona de forma muy rápida. Y tanto la Consejería de Salud y Familias como la Dirección Gerencia del SAS, estaban muy implicadas desde el principio. Cuando echo la vista atrás, a la última semana de febrero y primera de marzo, donde aún en Andalucía había casos esporádicos, y recuerdo las primeras reuniones de planificación para un escenario epidémico que aún no existía en nuestras provincias, me doy cuenta de que en aquel momento cualquiera que hubiera sabido de nuestro trabajo nos hubiera llamado exagerados.
–Hemos aprendido que debemos lavarnos las manos...
–La correcta higiene de manos es muy importante para el control de cualquier infección. Pero hay muchas más cosas positivas en esta crisis. Yo destacaría la conciencia social de la población en Málaga, cómo la población se ha hecho corresponsable de la situación. Son conscientes de que cada uno de nosotros tenemos una parte que hacer para que todo vaya bien. Estar confinados en el domicilio, no tocarnos, mantener las distancias, todo esto va en contra directamente de la forma de ser de los malagueños. Nosotros somos bulliciosos, nos gusta salir, estar con la familia, con los amigos. No estábamos preparados para un confinamiento tan estricto de toda la población. Y sin embargo, Málaga ha sabido cumplir con su parte. Si no se hubiera conseguido, el sistema sanitario hubiera estado tensionado tanto como para llegar al colapso. Han demostrado esa responsabilidad social que tienen. Estamos viviendo a diario las muestras de generosidad, de la gente de a pie, de empresas, todos quieren hacer lo que esté en su mano para ayudar. Se han volcado para ayudarnos, y para ayudar a los más necesitados en esta crisis. Lo más positivo para mí como responsable del hospital es la respuesta del personal ante esta crisis. Están volcados en la atención de los pacientes, están dando su tiempo y a veces su salud para cuidar a todos los pacientes. Con unos profesionales así creo que la población debería sentirse tranquila. Hicieron posible la transformación del hospital como antes se conocía, en un hospital centrado en atención a los pacientes con Covid-19. Y lo hicieron en tiempo récord. Todos han tenido que sacrificar mucho en esta crisis, unos estando en la primera línea de atención a los pacientes y otros saliendo de sus espacios habituales para ubicarse en otras áreas para dar sitio a la atención a esta nueva patología.
–¿De qué manera puede ayudar la ciudadanía?
–Primero, quisiera que todos supieran que su esfuerzo ha sido fundamental. Era tan importante como que no faltaran efectivos en los centros sanitarios. A veces me preguntan por qué el personal del hospital sale a la puerta a las ocho cada día y aplaude. Pues sale a aplaudir a todos los que están en sus casas. Sin ellos, no hubiera sido la misma situación. Ahora viene un nuevo escenario para todos. Imagino que puedan tener incertidumbre e incluso miedo. Miedo a salir, a contagiarse, etc. Me gustaría aprovechar estas líneas para transmitir un mensaje muy importante para todos: que no tengan miedo. El hospital en la fase más aguda de la epidemia ha estado siempre preparado para atender a todos. No nos han faltado camas, hemos estado siempre atentos. Ahora estamos terminando de prepararnos para seguir velando por todos. No deben tener miedo porque nosotros estamos preparados de nuevo para esta nueva fase y las que vayan a venir. El Hospital Regional se ha comprometido con Málaga y aquí vamos a estar al lado de todos sirviéndoles. Es verdad, que la nueva situación nos obliga a hacer cambios estructurales y organizativos, que estamos ultimando para cuando llegue el momento de recuperar la actividad nuestro centro sea un hospital seguro, y toda la población pueda acudir a sus pruebas, a sus consultas y a sus intervenciones quirúrgicas sin miedo ni preocupación por el Covid. Encontrarán algunas normas nuevas dentro del hospital, algunos circuitos diferentes y procedimientos internos que esta epidemia nos ha enseñado que hay que tener. Pero no deben tener preocupación por eso, si han cumplido de manera tan fantástica algo tan duro como el confinamiento, ¿cómo no van a conseguir las demás cosas?
–¿Cuántos trabajadores están contagiados del coronavirus?
–Este es un dato cambiante a lo largo del tiempo porque no es lo mismo hablar de contagiados totales, que de contagiados en un momento u otro. Hay que tener siempre en cuenta el contexto epidémico, no solo de cada centro sino del entorno poblacional de los profesionales. Y todo esto es fundamental para valorar una cifra que sola y puntual es fría y se puede interpretar de una forma u otra, si no se tienen en cuenta todos los parámetros de las que depende. Hay un dato mucho más relevante y al que no se le presta tanta atención como es el número de curados. No obstante, los datos por centros se han ido comunicando puntualmente a todos los organismos competentes.
-¿Tiene miedo a contagiarse?
-La verdad es que no. Quizás sea por estar todo el día en el hospital, creo que hace que vea la enfermedad de otra forma. La mayoría de los casos son cuadros de pocos síntomas.
–¿Qué es ha sido lo más difícil de la gestión de esta crisis?
–Gestionar el miedo y la incertidumbre. En un hospital tan grande como el Regional se convive habitualmente con situaciones graves. El personal está habituado a todo tipo de enfermedades e infecciones muy graves e incluso letales. Cuando comenzó la epidemia, se trataba de afrontar una enfermedad infecciosa nueva, con muy pocos datos basados en una evidencia científica de peso, y esto siempre genera en los profesionales un nivel de incertidumbre muy alto. Nos encontrábamos además a la población con miedo al contagio, de hecho la afluencia al hospital por otras dolencias urgentes bajó de forma alarmante, básicamente no acudían por miedo. Para los sanitarios esta situación fue y es muy preocupante porque sabemos que puede haber personas enfermas en casa que deberían haber acudido a urgencias y no lo han hecho o han acudido más tarde, con el consiguiente riesgo de complicación.
–¿Tienen dificultades para contratar profesionales?
–Depende de la categoría y dentro de los facultativos de la especialidad. Hemos reforzado las áreas vinculadas a la atención de los pacientes con Covid-19. No dudo de que aquellos que han aceptado los contratos pudieran venir a priori con miedo. Nadie ha rechazado venir ni tampoco ninguno ha eludido el trabajo y la responsabilidad. Todos los hospitales tenemos inculcado una forma de ser que nos caracteriza. Siempre se dice que cada hospital tiene su carácter. Y es en las situaciones límites donde se muestra ese carácter. El Hospital Regional se caracteriza por tener un personal con un nivel muy alto de cualificación, un sentido extremo de la responsabilidad. Y lo han demostrado día tras día, cuidando los detalles para que los que tenían que ingresar en aislamiento tuvieran un trato cercano. No puedo estar más orgullosa de cada uno de los trabajadores del hospital, de todas las categorías sin excepción.
–¿Cómo están de material de protección? Porque ha habido muchas quejas del personal.
–No nos ha faltado material de protección. A veces hemos estado con una cifra muy ajustada de equipos de protección y el miedo a que pudieran aumentar los casos de forma importante nos generaba la inquietud de que llegado el caso no tuviéramos, pero nunca llegó a ocurrir. Otra cosa es que al recibir una gran cantidad de volumen de equipos, no todos han podido ser lógicamente del mismo proveedor, y así hemos ido viendo diferentes materiales, con diferentes formas y diferentes colores. Y a esto se une lo que antes le contaba del miedo y la incertidumbre. Al inicio de la epidemia el miedo hizo que en ocasiones hubiera personal que quisiera acceder al equipo de protección que no le correspondía por el nivel de acceso a la zona de riesgo que le tocaba en su turno, o por el nivel de riesgo de la atención que tenía que prestar. Poco a poco, el conocimiento ha puesto todo en su sitio. Todos reciben el equipo de protección que se adapta al nivel de riesgo al que se exponen.
–¿Tiene gente querida afectada por el coronavirus?
–Todos hemos tenido casos en la familia y entre los compañeros. Para mí ha sido duro porque siento a los compañeros como parte de esta familia del hospital. Saber que habían enfermado, incluso que habían tenido que quedar ingresado… ha sido muy duro. Esto me llevó a pensar en el resto de pacientes que tenían a sus familias muy preocupadas en los domicilios.
–¿Por qué hay que confinarse?
–El confinamiento persigue escalonar el contacto con el virus. Se trata de un virus que nunca había existido, nadie podía tener defensas frente a él. El confinamiento reduce la movilidad de la población y de esta forma las posibilidades de transmisión. Levantar el confinamiento no es volver a la situación de antes. Cada fase del desconfinamiento vendrá con una serie de medidas que hay que incorporar. Tendremos que adaptarnos. No hay que tener miedo al desconfinamiento, solo hay que seguir siendo responsables y seguir las instrucciones y recomendaciones. Por la parte del hospital, a nosotros nos toca reorganizarnos y adaptarnos a la nueva realidad.
–¿Qué garantías hay de que no vuelva ahora que salimos más?
–Las ondas epidémicas dependen de muchos factores, no solo de salir a la calle o no. Tendremos alguna que otra oleada, es normal ante un virus nuevo. La parte que podemos controlar es la que ha hecho que nuestra curva se aplanase más que en otras comunidades y es el comportamiento ejemplar de la población andaluza. Estoy segura de que la población interiorizará las normas que hay que seguir para no poner en riesgo de enfermar a los demás ni a uno mismo.
–¿Cómo se ha organizado el hospital?
–El hospital ha afrontado la primera fase de la epidemia con la premisa de anticiparse a la actuación del virus en la población. El objetivo de esta primera fase era garantizar que no faltaran camas en las plantas ni en la UCI. Para ello se tomaron medidas históricas, nunca antes vividas en el hospital y que estaban recogidas en el plan de contingencia que se elaboró para tal efecto y en el que se contaba con recursos internos y externos, además del establecimiento de circuitos diferenciados en Urgencias, traslados de especialidades al Materno y el Civil... Ahora estamos ya en el siguiente plan de contingencia, para recuperar la actividad al mismo tiempo que convivimos con el Covid.
–¿Cómo se hace la vuelta a la normalidad en el hospital?
–La normalidad no va a ser nunca más la normalidad de octubre o de noviembre de 2019. Es una nueva normalidad, en la que recuperaremos toda la actividad de antes pero con nuevos circuitos, nuevos procedimientos dentro del hospital para garantizar la seguridad de todo el que tenga que ser asistido, acudir a una prueba o a una consulta. Esto va a ocurrir poco a poco, manteniendo siempre la vigilancia estrecha de la situación epidemiológica y su impacto en la asistencia. El plan ya está preparado, pero no es un plan de regreso a cómo era todo antes. Este plan que vamos a desarrollar en esta segunda fase de la epidemia va a implicar cambios de todo tipo. Algunas especialidades podrán regresar a su sitio original, otras tendrán que recuperar su actividad sin haber regresado a su sitio original. El plan contiene muchas reorganizaciones, todas dirigidas a los objetivos que nos hemos marcado: que el hospital sea un centro seguro, que si hay un repunte, estemos preparados para actuar y, en tercer lugar, recuperar de forma progresiva la actividad ordinaria.
–Es preventivista, ¿Cómo está afrontando este reto?
–Cada uno lleva consigo su forma de ser y los conocimientos que ha adquirido a lo largo de su carrera. Es inevitable separarse de ambas cosas. Los planes del Hospital Regional tienen mucho de asistencial y mucho de preventivista. Así se trazaron las líneas maestras sobre las que se diseñaron y se llevaron a la práctica. Y los planes de las siguientes fases también. Anticiparse, extremar las precauciones en los circuitos, etc. Los preventivistas siempre decimos que somos los especialistas que solemos pasar inadvertidos entre el resto de especialidades del hospital, porque vemos la medicina desde otra perspectiva, hasta que surge una crisis y de pronto estamos en la primera línea apoyando al que tiene que tomar las decisiones. Estamos preparados por nuestra formación para afrontar crisis, aunque ninguno hayamos vivido una epidemia como esta. Así que por un lado este reto lo afronto con el estímulo científico que a día de hoy sentimos todos los preventivistas del mundo y, por otra parte, con la satisfacción personal de haber aportado mis conocimientos a la gestión del hospital.
–¿Aciertos y errores?
–El mayor acierto fue anticiparse, organizar todo pensando en el peor de los escenarios para estar preparados y desarrollar un plan de contingencia atrevido y con medidas encaminadas a la asistencia. Este gran acierto no hubiera sido posible sin esa gran Atención Primaria que tenemos. Ellos han soportado una gran carga en esta crisis, que nunca agradeceremos lo suficiente. Sin su esfuerzo con el seguimiento estrecho domiciliario no hubiéramos tenido el tiempo necesario para desplegar muestro plan de contingencia.
–¿Qué mejoraría?
–Pues algo que de hecho estamos ya mejorando: las instalaciones e infraestructuras. Nuestros edificios tienen ya muchos años y hemos tenido que hacer grandes esfuerzos para poder garantizar la asistencia segura, pese a las dificultades arquitectónicas que no podíamos modificar. Ahora ya estamos trabajando en la mejora de las infraestructuras, con obras y reformas urgentes, para que se pueda desarrollar la misma asistencia segura pero con los obstáculos estructurales resueltos.
-¿Cuánto puede tardar una vacuna?
-Una vacuna puede tardar quizás más de un año. Depende del tipo de vacuna que demuestre ser capaz de inmunizar a un individuo, después lleva un proceso de prueba en animales, pruebas de seguridad y de todo tipo antes de comenzar a probarse en humanos. Superar estos procesos lleva su tiempo y todas las pruebas que pasa una vacuna antes de ponerse en un calendario vacunal son muchas, todas necesarias. Es verdad que la sensibilización mundial hace que haya muchas líneas de investigación y de desarrollo de prototipos de vacunas, y seguro que los tiempos en esta vacuna serán más cortos que en otros, pero desde luego no serán tan cortos como menos de un año.
-¿Algo que desee añadir?
-Pues solo quisiera añadir agradecimientos. A todos y cada uno de los trabajadores del Hospital Regional de Málaga, a toda la población que cumple cada día con su parte, tan difícil como la nuestra. Agradecerles sus muestras de apoyo y de cariño, con sus aplausos, con los dibujos y cartas que recibimos. A todos los que nos han donado todo lo que tenían para hacernos la crisis más llevadera, desde los que nos han traídos equipos de protección a los que nos han traído flores, a todos les agradecemos sus muestras de cariño. Al Colegio de Médicos que siempre ha estado muy pendiente de todos, no solo de los facultativos, sino de todos los compañeros del hospital. A la Agrupación de Cofradías y a todas y cada una de las Cofradías, Archicofradías y Hermandades, que en su Semana Santa más triste han estado a nuestro lado y sobre todo al de los pacientes. Por último agradecer a nuestro presidente y al consejero de Salud su respaldo y apoyo a nuestros proyectos, pensando siempre en el bien común, al consejero de la Presidencia y al gerente del SAS por tantas visitas y llamadas que nos han hecho en privado simplemente para saber cómo estábamos y si necesitábamos algo. A nuestro delegado de Salud, siempre incansable como si fuera uno más de la familia de nuestro hospital.
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