El IES Benalmádena, implicado en la tarea de ganar vocaciones femeninas para la ciencia

Magistradas, médicas, ministras, catedráticas, investigadoras, ingenieras, expertas en ciberseguridad. A estas alturas no debería de haber duda alguna sobre la igualdad de capacidades para acceder a puestos de trabajo en los sectores más diversos, incluidos los masculinizados. Pero en la práctica, las carreras STEAM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemáticas) acogen menos vocaciones femeninas y revertir esa tendencia lleva tiempo y esfuerzo. En esa tarea está implicado el IES Benalmádena, ganador del primer premio en la modalidad de Enseñanza Secundaria en los galardones Alianza STEAM por el talento femenino. Niñas en pie de ciencia, convocado por el Ministerio de Educación.

Varios representantes del centro recogieron el sábado en Castellón el reconocimiento, dotado con 5.000 euros, además del diploma que acredita el éxito del proyecto Aparcando estereotipos. La coordinación la ha realizado la profesora de tecnología Gloria Moreno Fontiveros, y el equipo ha estado formado por Pedro Labella Montes y Noemí Martínez Cobo profesores de tecnología, Alicia Jurado Moreno, profesora de matemáticas y Hortensia Durán Cádiz, orientadora y coordinadora este curso escolar del Plan de Igualdad.

La propuesta educativa ha consistido en una unidad didáctica que se impartió el pasado curso 2021/2022 en la materia de Tecnología y en la de Computación y Robótica, una asignatura de libre configuración que se estrenó el pasado año en los centros andaluces. Han participado estudiantes de segundo y tercero de Secundaria. "El objetivo fundamental es que aprendan contenidos de la materia, concretamente sobre programación, y sensibilizar sobre los estereotipos de géneros que hay en el ámbito STEAM", comenta Gloria Moreno Fontiveros, docente y coordinadora de la propuesta didáctica.

"Queríamos romper con las desigualdades de género que hay en este ámbito y lo que conseguimos fue que las chicas, que eran pocas en el aula, tuvieran un papel más activo, motivarlas y que, a través de la ayuda entre iguales, los chicos se sensibilizaran e interiorizaran que las chicas pueden, para nosotros lo fundamental es la inclusión, la igualdad real y efectiva", agrega la coordinadora.

Y para comenzar y elegir el ámbito de acción se hizo una puesta en común de ideas. La primera clase, como relata Moreno Fontiveros, fue de reflexión grupal y escucha activa. Se decidió trabajar sobre el ámbito de los coches y se debatió en el grupo sobre los estereotipos de género en este campo. Con esa perspectiva, con las gafas violetas bien puestas, reconociendo creencias asumidas y clichés heredados, el grupo se puso a trabajar. Se crearon equipos mixtos en los que no hubo segregación por sexos. De forma natural los propios alumnos se mezclaron, según explica la coordinadora, y comenzaron a programar.

"Se trataba de elegir la resolución de un problema real e interesante para el alumnado, de su vida diaria, lo que se denomina situaciones de aprendizaje, resolver problemas de su entorno social y familiar", destaca la docente, que también pertenece al grupo de investigación de la UMA Encic. "El grupo de profesores elegimos un aparcamiento de coches con una barrera que se mueve cuando detecta la presencia del coche y el control de ocupación con luces led, el clásico rojo o verde", añade.

El alumnado tenía que hacer tareas de programar con lenguaje C++, con IDE de Arduino. Y tras las prácticas de programación se pasaba a realizar un prototipo en el taller. "En la parte de programación las chicas estuvieron muy motivadas, plenamente implicadas en el proceso", subraya. Además, durante el desarrollo de las sesiones se trabajó sobre la brecha de género a través de artículos de prensa, se recibieron charlas de Silvana Teresa Tapia, doctora en microbiología de la Universidad de Málaga, y se dio a conocer el Campus Tech chicas de la Universidad de Málaga, para el que fueron seleccionadas varias alumnas.

"Ha sido un trabajo en equipo en el que la orientadora, Hortensia Durán, ha tenido un papel fundamental para fomentar la igualdad de género en nuestro centro, nos ha sensibilizado y ha promovido el trabajo en esa línea", detalla la profesora de tecnología. "Ahora veo más necesario que nunca este tipo de iniciativas, es una forma de despertar en ellas el cambio, siempre de igual a igual, con los chicos de la mano", agrega.

De no ser así, si las niñas disminuyen su presencia en las materias científicas y tecnológicas, "las estamos dejando de lado" en un presente y un futuro en el que la programación va a ser esencial en muchos ámbitos. "Tienen que ver referentes, animarlas, despertar en ellas el interés y deben de saber que hay un hueco para ellas, esto es una carrera de fondo, no hay que forzarlo, pero el mensaje va calando poco a poco en la sociedad", estima la profesora.

De hecho, apunta, en su centro ha crecido el número de alumnas en la asignatura de Programación y Robótica. El premio, además, les supone como equipo un espaldarazo "para seguir trabajando en esta línea como eje vertebrador de nuestra tarea, conseguir ese ambiente en el centro, reforzarlo con proyectos, con charlas, estamos muy ilusionados", concluye.