Intervienen 2.400 dosis de gas de la risa cerca de un local de Marbella

Fueron halladas por la Policía Local en el maletero de un turista, que ahora se enfrenta a una multa

Las dosis intervenidas por la Policía. / M. H.
Celina Clavijo

29 de junio 2017 - 02:02

Málaga/Su consumidor, que busca un efecto euforizante, puede caer en un ataque de risa incontrolada, provocando en algunos casos la pérdida del sentido crítico y del conocimiento, además de perjuicios para el sistema nervioso y pulmonar. Pese a ello, la distribución parece mantenerse. La Policía Local de Marbella ha intervenido un total de 2.400 dosis de óxido nitroso, también conocido como gas de la risa, en las inmediaciones de un local de moda próximo a la zona de Puerto Banús.

Fueron agentes pertenecientes al Grupo de Prevención -unidad de paisano- los que, según fuentes policiales, hallaron el martes por la tarde las sustancias en el maletero del vehículo de un extranjero que se encontraba de vacaciones. Los efectivos levantaron un acta de denuncia al individuo, que ahora se enfrenta a una sanción como supuesto autor de una infracción administrativa. En este caso no se ha tramitado como un delito y no ha procedido la detención.

Ya en 2013 la Policía Nacional alertó de que el óxido nitroso se había convertido desde hacía unos años en una de las drogas más populares consumidas en las zonas de ocio de Marbella por su bajo coste. Los agentes arrestaron entonces al responsable de un local y a dos camareras, que portaban los sifones expansores con las cápsulas correspondientes. Los clientes adquirían globos, con efectos similares al pegamento, a un precio de cinco euros. Las empleadas distribuían el gas "sin ningún tipo de disimulo" y como parte de su trabajo, "bajo la supervisión del responsable del local, que controlaba la actividad".

Un año después, la Policía detuvo a otras cinco personas acusadas de un presunto delito contra la salud pública al entender que comercializaban globos de óxido nitroso también en locales de Marbella.

El responsable del proyecto Energy Control de la asociación Bienestar y Desarrollo, Claudio Vidal, explicó a este periódico que la inhalación de este gas provoca hilaridad. Los primeros efectos suelen producirse en cuestión de un minuto, pero en torno a los cinco tienden a desaparecer. El principal riesgo que el uso recreativo conlleva no es otro que el de sufrir una caída ya que "el estado que induce" puede afectar a la coordinación. También son habituales las náuseas, los vómitos y el dolor de cabeza. Otra posible consecuencia es la asfixia, no por la toxicidad de la sustancia sino por el peligro de conservarla en los pulmones durante demasiado tiempo. En función de cómo se administre, también pueden aparecer quemaduras. El consumo continuado, además, se relaciona con un déficit de la vitamina B12.

El gas de la risa se vende en pequeñas botellas, desde donde se inhala directamente -de ahí que suponga un riesgo de quemadura por la baja temperatura- . La otra alternativa es introducir la sustancia en un globo y aspirar su contenido.

Su uso como sedante se permite en el dentista

El gas de la risa puede emplearse como sedante en las consultas de los odontólogos que lo estimen oportuno, aunque, en palabras del presidente del Colegio de Dentistas de Málaga, Lucas Bermudo, se recomienda que siempre esté presente un anestesista ante la posibilidad de que se "comprometa la vía respiratoria". El efecto de la pequeña dosis utilizada provoca en el paciente un "estado de enajenación" que permite eliminar la situación de "estrés" y "tensión". El problema, precisó el portavoz del colectivo, estriba en el hecho de que los jóvenes que lo consumen a su libre albedrío "no controlan" la cantidad que se administran.

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