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Los cerca de 200 militares de la Brigada de la Legión Rey Alfonso XIII, un centenar con sede en la base de Viator y otros cien del Tercio Alejandro Farnesio del acuartelamiento de Ronda, están agrupados en su totalidad y han pasado su primera semana en el Building Partner Capability, denominación para el centro de instrucción del ejército iraquí en el que ya conviven con las tropas norteamericanas, en la ciudad de Besmayah que está situada a 57 kilómetros al sur de Bagdad. El contingente español, por su alta disponibilidad y pese al retraso de los vuelos previstos días antes, ha sido el primero que de forma íntegra se ha desplegado en esta zona de aparente normalidad, alejada de las atrocidades que a diario comete el Estado Islámico, que los ha recibido con días de lluvia y sus primeras horas tras el despliegue están orientadas a la instalación y fortificación de la base, liderada por las unidades de logística y zapadores, con la ayuda también de los ingenieros de Salamanca con los que han compartido el largo viaje desde Almería. Maratonianas jornadas de 6:00 hasta más allá de las 23:00 están marcando los primeros días de la Legión en el árido suelo iraquí, días de intenso trabajo en los que los helicópteros desplegados en Bagdad resultan fundamentales para la rápida puesta a punto del campamento en el transporte de los medios materiales.
Su labor de formación de una brigada de infantería del ejército local comenzará el 10 de marzo y hasta esa fecha corre a cargo de los estadounidenses. Además de los instructores y del resto del personal de apoyo integrado en el contingente, se ha desplegado en el acuartelamiento iraquí una unidad de protección formada por casi un centenar de hombres y mujeres de la X Bandera de la Legión Millán Astray. Son los guardianes de la base española y su principal reto es velar por la seguridad de los adiestradores que dentro de sólo unos días ya estarán formando a la maltrecha milicia local, principalmente en técnicas de combate convencional, así como en reconocimiento y desactivación de los artefactos explosivos y control de fronteras en periodos de entrenamiento de unas seis semanas. Para que su cometido llegue a buen puerto cuentan con especialistas que ya tuvieron la ocasión de adiestrar a las tropas en Afganistán. En estos primeros días de despliegue en el Golfo, mientras se completa la instalación en Besmayah, siguen con su plan de formación y ayer precisamente trabajaban en el aislamiento y reconocimiento de una vivienda. Su formación no ha cesado desde que el Congreso aprobara en octubre el envío de militares a Irak una década después del repliegue forzado por el compromiso electoral del entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de abandonar este país del Golfo en el que venían desarrollando una de sus misiones internacionales más comprometidas integrados en la brigada multinacional Plus Ultra entre los meses de agosto de 2003 y mayo de 2004.
Los casi doscientos legionarios tuvieron una fase de preparación en la base Álvarez de Sotomayor de Viator hasta finales de enero, cuando se produjo el acto oficial de despedida del contingente, si bien la primera salida se retrasó al 7 de febrero al cancelarse el vuelo previsto porque Air Europa entendió que el Aeropuerto de Bagdad no reunía condiciones de seguridad suficientes para poder operar. El segundo se realizó al fin de semana siguiente. En los próximos seis meses que dura la operación de Apoyo a Iraq, en la que Defensa ha previsto invertir 35 millones de euros dentro de la coalición internacional Inherent Resolve(firmeza inquebrantable), la Legión trabajará en formar al ejército regular iraquí para que pueda hacerse cargo de la defensa de su propio país.
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