"Aunque ya se está educando a los niños en igualdad, hay muchos casos de violencia de género en la adolescencia"
ENTREVISTA A ISABEL ESPEJO, INSPECTORA JEFA DE LA UNIDAD DE FAMILIA Y ATENCIÓN A LA MUJER (UFAM) DE LA POLICÍA NACIONAL DE MÁLAGA
La agente señala el mal uso de la tecnología como uno de los factores que provoca que tanto víctimas como agresores sean cada vez más jóvenes
Isabel Espejo, inspectora jefa de la Unidad de Familia y Atención a la Mujer (UFAM) de la Policía Nacional en Málaga, es la primera mujer en liderar esta sección desde que se creara en 2015. Aunque tan solo lleva tres meses ostentando este puesto, asegura que hay "muchas" denuncias relacionadas con la violencia de género y uno de los aspectos que más le sorprende es que tanto víctimas como agresores cada vez son más jóvenes.
-¿Usted ha sufrido alguna traba a lo largo de su trayectoria profesional por el mero hecho de ser mujer?
-No. Dejando al margen que las pruebas físicas son un poco diferentes para los hombres que para las mujeres, el resto es exactamente igual. Según tu categoría el sueldo es igual para hombres y mujeres, e igual ocurre en derechos. Nunca me he sentido discriminada porque creo que también es muy importante que las mujeres, al igual que los hombres, nos ganemos el respeto trabajando y demostrando que somos buenas profesionales. En mi caso, jamás me han infravalorado y, por eso, jamás podré decir que he tenido problemas por ser mujer.
-Es la primera mujer que lidera la UFAM, ¿considera que siempre debería haber sido así desde se creó la sección?
Anteriormente, estos grupos ya existían y ahí sí hubo otras compañeras que fueron jefas. No obstante, no tiene por qué. Por ejemplo, en la UFAM está el grupo de investigación, el grupo de protección y el Grume (grupo de menores). En los dos primeros hay jefas, pero en el tercero hay un hombre, y considero que es indistinto. Son tan válidos los hombres como las mujeres. Tener esas inquietudes y esa delicadeza la puede tener tanto una mujer como un hombre. No creo necesario que estos grupos tengan que ser estrictamente liderados por mujeres.
-¿Cómo ha cambiado la pandemia la violencia de género?
-La pandemia ha cambiado muchas cosas, se han visto cambios en todos los delitos. En general, han bajado mucho. En el caso de la violencia de género ha sido más difícil que muchos casos salgan a la luz porque han ocurrido en el ámbito privado. Si la víctima no se decidía a denunciar, era difícil que nos llegara a la Policía o a cualquier otra autoridad esa información. Durante el tiempo que estuvimos confinados entiendo que habrá muchos delitos que no habrán llegado a nuestro conocimiento, también es cierto que ha habido situaciones que una vez resuelto el confinamiento han salido a la luz.
-¿Cuáles son los protocolos que se siguen cuando recibís una denuncia por violencia de género?
-Lo que se intenta es darle a la víctima una asistencia integral desde el primer momento que ella decide poner la denuncia hasta que se la deriva a algún recurso asistencial que ya pueda hacerle un seguimiento porque nosotros como policías tenemos nuestras competencias, luego son los organismos de las distintas administraciones los que se encargan de la labor asistencial. Dentro de esa asistencia integral, intentamos que se sientan lo más cómodas posible para que pueda denunciar bien y que puedan contar todo, que se sientan arropadas y entendidas. Se le dan toda clase de facilidades para prevenir que vuelvan a sufrir episodios de violencia de género, doméstica o sexual.
-¿Hay algún tipo de protocolo para las víctimas que no quieren denunciar?
-Tenemos un Protocolo 0. En estos casos la Policía sigue los mismos protocolos que si ella hubiese denunciado. Por ejemplo, unos vecinos llaman porque han escuchado una pelea fuerte, cuando llegan los agentes muchas veces la mujer empieza a minimizar. En ese momento, los investigadores comienzan a fijarse en todos los detalles, si la presunta víctima tiene heridas, cómo se encuentra la casa y en qué estado se encuentra el supuesto agresor. En una visual rápida deben toda la información para poder determinar si efectivamente ahí estaba habiendo un episodio de violencia de género o simplemente era una discusión de pareja. Aunque ella no quiera denunciar, con esa información que hemos recopilado se inicia el Protocolo 0. Se le hace a la víctima una valoración de riesgo a través de una herramienta del Ministerio de Interior. Se trata de un algoritmo basado en una serie de ítems que rellenamos partir de la información que da la mujer o, en este caso, a partir de lo que nosotros hemos visto. El programa te da un riesgo, que puede ser de no apreciado hasta extremo, y según el grado de este se toman una serie de medidas policiales que se aplican tanto a la víctima como al autor. En el Protocolo 0 se sigue el mismo procedimiento que si ella hubiera denunciado, pero con la información que los agentes han podido recopilar cuando han sido comisionados a la llamada de los testigos.
-Cuando son los testigos los que alertan de una situación de violencia hacia la mujer, ¿son más las que denuncian o las que se echan para atrás?
-Cuando hay llamadas al 091 de vecinos o de gente que ha visto alguna situación violenta, suele haber más reticencia por parte de ellas. Por eso el policía tiene que observar los signos o no de violencia que haya podido haber, porque es cierto que no todas las peleas de pareja son violencia de género.
-¿Cómo está la situación en Málaga en materia de denuncias por violencia de género? En el último año, según datos del Portal de Estadística del Ministerio de Igualdad, hubo en torno a 19 por día.
-No sabría decir cifras exactas, pero es verdad que diario hay bastantes denuncias por violencia de género. Es un delito que copa bastante los recursos policiales de determinados grupos porque.
-¿Está habiendo un repunte?
-Estamos saliendo de una pandemia, no podemos comparar este año con el 2020 ni con el 2021, pero sí estamos observando que hay muchos casos de violencia de este tipo.
-Si bien, ahora hay muchas más testigos que dan la voz de alerta en cuanto notan alguna situación extrañan, ¿no? ¿Hay más conciencia que antes?
-Es lo que se intenta. Desde los colegios se están dando charlas, pero aunque ya se les está educando en igualdad, es curioso que, sobre todo, en la adolescencia se están dando muchos casos de violencia de género. Aquí la culpa no la tiene solo un factor, sino muchos. Las redes sociales a las que están enganchados todo el día tiene cosas buenas, pero otras no lo son tanto. Estamos viendo que en este aspecto está afectando para mal porque están creando unas circunstancias que a lo mejor no son las reales o que las están viviendo en un momento muy pronto de su vida para entenderlas y las están interpretando mal. Por ejemplo, se consume pornografía por niños muy pequeños que todavía no son maduros para entender cómo deben ser las relaciones sexuales, confunden mucho por culpa de estos avances, que si no se saben utilizar o gestionar bien son malos.
-Entonces, ¿tanto agresores como víctimas cada vez son más jóvenes?
-Hay un tanto por ciento que llama la atención porque hay muchos casos de este tipo de violencia en la adolescencia. Él cree que es normal, ella normaliza esa situación y es una cosa que no se entiende.
-¿Hay un perfil del maltratador?
-Ni de maltratador ni de víctima. Se puede dar en cualquier clase social y ámbito cultural. No existe un perfil. Nosotros como policías vemos casos muy sangrantes y quiero pensar que no es la generalidad, pero sí coincide que las mujeres cuando viene aquí es porque han alcanzado su límite. Pero insisto, lo que más me llama la atención son los adolescentes de 14 o 15 años. Estamos viendo muchos casos de abusos sexuales. Niños y niñas denunciando situaciones muy fuertes. Esto ha cambiado mucho desde mi época y me impresiona.
-Un sector de la población habla mucho sobre denuncias falsas, ¿qué hay de cierto en esto?
-Evidentemente claro que es cierto, hay un tanto por cierto de denuncias que son falsas. Aunque la mayoría de denuncias son reales, un tanto por ciento de los casos es una instrumentalización de la ley, de los recursos y de los protocolos por gente que no tiene escrúpulos.
-¿El porcentaje?
-No sabría decir. Afortunadamente no es muy alto, pero claro que existe por diferentes motivaciones y por sacar diferentes beneficios, igual que los hay con el resto de delitos. Evidentemente, y como se recoge en el Código Penal, siempre que se detecta una denuncia falsa acusando de un delito a otra también se va contra esa persona. Eso no sale gratis. Tanto se investiga una cosa como se investiga la otra.
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