Jesús Castellanos, verdad y tradición

IN MEMORIAM | 20 AÑOS DE 'MÁLAGA HOY'

Ni en su trazado, ni en su definición ni en su identidad podría entenderse la Semana Santa de Málaga hoy sin la

aportación de quien fuera hermano mayor de Dolores del Puente

Martín Toval, en lucha por la igualdad

Jesús Castellanos, en una entrevista concedida a este periódico.
Jesús Castellanos, en una entrevista concedida a este periódico. / García Vivas

DESPUÉS de permanecer seis días en estado muy grave tras sufrir una hemorragia cerebral, el cofrade Jesús Castellanos falleció el 12 de septiembre de 2012 y dejó tras de sí una memoria inolvidable en la historia reciente de la Semana Santa malagueña. Pocos días antes sorprendía la noticia sobre el ingreso hospitalario del que fuera fundador, y durante muchos años hermano mayor de la cofradía de los Dolores del Puente. Hermandad en la que actualmente ocupaba el cargo de secretario general. El grave percance le sobrevino en la casa hermandad de la corporación del Lunes Santo cuando empezó a sentirse mal: en ese momento pidió a una amiga que se acercara hasta allí y cuando ella llegó, él se encontraba en estado medio inconsciente, por lo que llamaron a los servicios de Urgencias, que lo trasladaron al hospital Carlos Haya de la capital. La noticia se extendió a gran velocidad por la ciudad y las muestras de cariño no dejaron de sucederse a través de las redes sociales. De hecho, la noticia de su ingreso hospitalario y su estado de salud fue trendic topic durante toda la jornada del jueves en las redes sociales. Además, se empezó a usar el hashtag #SoyCastellanista, que pasó a convertirse en un verdadero escudo de armas para el mundo cofrade malagueño.

Los partes médicos sólo llamaban a la paciencia ya que, debido a la localización de la hemorragia, el tratamiento tenía que ser medicamentoso y desde el primer momento se rechazó la intervención quirúrgica. Desde ese instante las informaciones apuntaban a que se encontraba estable dentro de la extrema gravedad. Así hasta el fatal desenlace, cuando de nuevo no tardó en expandirse por toda la ciudad la noticia de su muerte. Sobre las 23:50 de la noche llegaba su féretro a la parroquia de Santo Domingo tras llevar a cabo el protocolo médico de donación de órganos. En el templo perchelero su cuerpo fue velado toda la noche por numerosos hermanos tras oficiarse una misa corpore in sepulto. Jesús Alberto Castellanos Guerrero tenía 58 años y era hermano de varias cofradías de la ciudad de pasión y gloria. Era también el director del Museo de la Semana Santa y autor del diseño de numeroso patrimonio cofrade. Además, fue vicepresidente de la Agrupación de Cofradías durante diversos mandatos y fue pregonero oficial de la Semana Santa de Málaga en el año 2000. Licenciado en Medicina, era profesor de la asignatura de Historia de la Medicina en la Universidad de Málaga donde también presidía la Cátedra de Estudios Cofrades que se desarrolla en colaboración con la Fundación de Lágrimas y Favores presidida por el actor Antonio Banderas. Ni en su trazado, ni en su definición ni en su identidad podría entenderse la Semana Santa de Málaga hoy día sin su aportación, novedosa y fecunda y a la vez fiel con su mejor tradición.

Tal y como escribió Marta Jiménez en el obituario publicado tras su fallecimiento en aquel septiembre de 2012 en Málaga Hoy, “el nombre y la figura de Jesús Castellanos marcaron sus propias claves dentro del mapa cofrade la ciudad y la provincia. Pero sus creaciones, sus ideas y su capacidad resolutiva desembocaron en que su filosofía se haya expandido durante décadas y haya dejado su impronta en diferentes generaciones. En las múltiples facetas que cultivó, fue dejando su sello personal, que fue imborrable. Tanto es así que su intensa actividad creo una corriente cuya valía se ha visto más reforzada en estos días en el que su estado de salud y su fallecimiento han conmovido a la ciudad”. Y continuaba: “Precisamente, recoger el significado de la Semana Santa era el objetivo de crear un museo alrededor de ella. Un proyecto que se hizo realidad en marzo de 2010 y del que había sido nombrado director en la nueva junta de gobierno de la Agrupación de Cofradías encabezada por Eduardo Pastor”. Los que trabajaron hombro con hombro con él cuentan que “de cualquier cosa sacaba una maravilla, no le ponía problemas a nada y para todo tenía una solución”.

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