Jose Carlos Escribano: "Málaga necesita solucionar el problema de la vivienda si queremos mantener el liderazgo en turismo"
El presidente de la Cámara de Comercio hace balance de la economía malagueña, reclama infraestructuras para paliar la sequía o el tren litoral y se marca como retos la digitalización, internacionalización y la formación en el tejido empresarial
Dcoop bate su récord en exportaciones al alcanzar 635 millones en 2023, un 5,3% más
Málaga es la provincia andaluza donde los asalariados trabajan más horas
Málaga/"¿La Cámara de Comercio? ¿Eso sigue abierto? ¿No es una cosa de mayoreS?", asegura José Carlos Escribano (La Línea de la Concepción, 1963) que le dijo más de un amigo cuando les dio la buena nueva de que se ponía al frente de la entidad el pasado mes de noviembre. Si es capaz de cambiar eso, con todo lo que implica –que se conozca la Cámara por ser útil a los empresarios, rejuvenecer su imagen, ser eficaces en el impulso del tejido económico...–, quedará satisfecho al cierre de su mandato.
En este casi medio año ya ha sacado el comité ejecutivo de la Cámara de Comercio fuera de la capital –primera parada Torremolinos, pero ya señala Ronda o Vélez-Málaga como siguientes destinos– y ha inaugurado un coworking en el céntrico edificio para impulsar el sistema de start ups de la ciudad.
Son los primeros meses al frente de la Cámara de Comercio, en un momento puntero para la economía malagueña. Esta semana conocíamos los datos de paro y ya hay 710.000 afiliados en la provincia.
A nivel institucional y personal está siendo muy ilusionante, estamos implementando una hoja de ruta para ayudar al tejido empresarial, asumiendo que la capacidad de la economía malagueña se traduce en esos datos. Málaga es ya una realidad, el motor de la economía andaluza que, a su vez, es cada vez más el motor de la economía española.
Hay una pequeña pega: no baja el número de parados.
Sí, es un déficit que tenemos todavía. Creamos empleo, hay más población activa, seguimos en la senda de creación de puestos de trabajo, pero esos retos tenemos que seguir trabajándolos en el futuro.
¿En qué momento ve la economía de Málaga, cree que puede seguir con un crecimiento exponencial?
En los últimos 20 años ha habido un crecimiento exponencial necesario, pero normalizado y controlado que se sustentaba en un plan estratégico que se fue renovando y al que se supo unir la sociedad civil, haciendo suyo ese crecimiento. Ahora mismo estamos en un momento de consolidación, de buscar más la cualidad que la cantidad. Ahí la Cámara está disponible para aportar.
La Cámara siempre ha estado muy centrada en la internacionalización y las exportaciones también están en muy buen momento.
El impulso de la internacionalización sigue siendo uno de los objetivos de este nuevo periodo de la Cámara. No solamente que se cree empresas que exporten, sino que se mantengan en el tiempo. Venimos de un 2023 con un récord de exportación, 3.200.000 millones de euros.
Han crecido un 11% respecto al 2022 y reducido el saldo con las importaciones.
Todo eso nos anima a seguir trabajando, tenemos instrumentos importantes como el Hub Málaga Export –que nos pusimos el objetivo en que este año entrasen 40 empresas y ya van 36– en el que damos conocimiento, ayudamos en temas legales, networking entre las empresas acompañamiento... La internacionalización de nuestras empresas es uno de los pilares de la nueva etapa.
El año pasado el agro, con el aceite y el aguacate a la cabeza, supuso el 44% de las exportaciones de Málaga. Este no está siendo su mejor año, sobre todo por la falta de lluvia.
Un sector como el agroalimentario malagueño, ya estabilizado en el tiempo, es normal que vaya y venga. Lo importante es tener recursos, capacidad, para seguir avanzando y solventar estos pequeños déficits de producción. Cuando hay estos vaivenes, las empresas fuertes se mantienen y las malagueñas son fuertes y tienen capacidad para seguir avanzando.
Los expertos ya avisan de que la sequía es estructural, ¿le preocupa que no haya infraestructura que palie sus efectos?
La sequía es un tema que por fin ha entrado en la conciencia de las administraciones y también de la ciudadanía. En la provincia de Málaga no hay escasez de agua, lo que faltan son infraestructuras para redistribuirla y optimizar toda esa agua que se vierte al mar. En Cádiz, el río Guadiaro, expulsa 700 hectómetros de agua, en Málaga necesitamos 100, ¿por qué no hacer una actuación que permite un acúmulo en las cabeceras? Las infraestructuras necesarias para abordar de manera definitiva en el tiempo este problema no tienen por qué ser incompatibles con el medio ambiente. La parte medioambiental no debe ser una excusa para paralizar obras necesarias, se pueden compaginar.
Más que el encaje de la sostenibilidad, parece que falta más financiación y voluntad.
Por eso le decía que por fin hay conciencia, que se traduce en los públicos con presupuesto, con recursos. Hay un Plan Hidrológico Andaluz que se está cumpliendo y hay que seguir apostando porque tenga continuidad. En la gestión de estos planes deben estar todas las administraciones, tanto la autonómica como la estatal.
Viene usted del turismo, también un sector en máximos históricos.
Cuando hablo de turismo no me gusta hablar de cifras contundentes, esto no va de récord. El turismo va de personas, va de mejorar de ingreso medio por cliente, los servicios que le ofrecemos a este turista, de tener una oferta amplia para cualquier persona que nos quiera visitar. También ampliar el periodo de vacaciones, no sólo la estancia media, también la estacionalidad. Estamos llegando a un mercado con mayor poder adquisitivo, incorporando turismo en momentos donde había menos afluencia y mejorando los servicios. Esto hace que el residente también note que gracias al turismo mejoran los servicios, las infraestructuras, la innovación. También el turismo activo, hay más rutas de senderismo. Habría que imaginar Málaga cómo sería sin el turismo: tendríamos monumentos descuidados, menos oferta gastronómica o de salud, tampoco el aeropuerto que tenemos.
¿Qué falta para seguir creciendo en la calidad?
Hay que apostar por la diversificación de la oferta, ir a la capilaridad en todo el territorio, en toda la provincia. Adaptarse y tener claro cuáles son las nuevas tendencias que hay o los nuevos criterios para elegir vacaciones en torno a la sostenibilidad. No queremos un turista que no entienda que para estar en Andalucía, en Málaga, hay que tener respeto por el medio ambiente y por lo sostenible. Ahí podemos trabajar más.
¿Y en infraestructuras?
Inversiones. El tren litoral es una necesidad urgente, mejorar la conectividad por carretera y muy concretamente entre Málaga y Marbella. Habría que llegar hasta el campo de Gibraltar, pero más adelante. Y no es infraestructura, pero sí necesitamos es vivienda. Aunque pueda parecer que el turismo no es sensible a la vivienda, es muy sensible. Nuestra gente, nuestro personal, la necesita. Es una demanda en la que nos unimos a la sociedad civil la de la falta de vivienda. Las VPO deben estar ya funcionando, hay que poner más suelo en el mercado y mejorar la ley de vivienda dando más seguridad a los propietarios que puedan poner ese parque de vivienda cerrada por miedo a okupaciones ilegales en el mercado.
El año pasado el sector tuvo ciertos problemas para contratar al nivel que requería y eso puede suponer un techo.
Es limitante, claro, un problema a gestionar. Necesitamos captar ese talento en las plantillas malagueñas y para eso tenemos que tener también resuelto el tema de la vivienda.
¿Teme que dejemos de ser un destino atractivo no sólo para el turista, sino también para el trabajador y que sea un lastre para las empresas?
Entiendo que tenemos capacidad para solucionar el problema, podemos resolverlo y ahora no lo pondría en solfa. No diría que está en riesgo perder el liderazgo, pero sí es necesario solucionarlo para mantenerlo que lo solucionemos. El sector tiene que marcar el camino del futuro y es el de la sostenibilidad, la mejora de las conexiones, la vivienda para tener al personal y al resto de la población, para que el residente esté cómodo. Son impulsos que estamos haciendo, son cosas que no solamente competen a la industria turística, también al residente.
¿Le preocupa que pueda estar desarrollándose cierta turismofobia? En una encuesta de la Junta sobre vivienda turista los menores de treinta años señalaban como aspecto negativo el precio de la vivienda. También hay una manifestación en junio como las que estamos viendo en Canarias.
En esa encuesta el 90% de los andaluces entienden la importancia del turismo en su vida diaria, no sólo en economía o empleos, también en la oferta o en la infraestructura. Hay un problema de vivienda, pero el turismo no es responsable de esa escasez. En el pasado tuvimos una proliferación de oferta ilegal, pero ahora hay instrumentos como el decreto de la Junta que utilizados con racionalidad también puede normalizar el segmento necesario que es la vivienda turística.
Hablábamos antes de la internacionalización de la Cámara, pero ahora han montado un coworking, ¿además de exportar talento quieren generarlo aquí?
Cuando uno habla de empresas exportadoras piensa en aceitunas, zapatos, material tangible, pero también queremos impulsar la exportación de conocimiento, de talento de consultoría. Este es un pilar, pero tenemos otro pilar fundamental es la digitalización. El impulso que quiere hacer la Cámara y la apuesta clara en el tejido empresarial malagueño es el uso de lo digital, entrar en la transdormación digital. Para eso hemos puesto el coworking. Todo el que quiera iniciar el camino o mantenerse en el tiempo o mejorar en su gestión, vam a tener en la Cámara un aliado.
Imagino que en esto de exportar recibirán con los brazos abiertos la llegada de IMEC.
Cuando una empresa de ese calibra se fija en Málaga nos posiciona en el mundo. Es una señal de que la apuesta por la planificación que se hizo en el PTA está dando sus frutos.
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