José María Martín Urbano: Maestro de profesión, entrenador de vocación
Un pedagogo del baloncesto y una vida entregada a este deporte
Disfrutamos de un magnífico almuerzo en el restaurante L’experience, en la plaza del Obispo
Nuestro ilustre invitado de hoy es uno de los máximos referentes del baloncesto nacional y de la implantación de este deporte en la sociedad malagueña, utilizando en muchos casos la escuela como vehículo transmisor. A través de esta crónica vamos a conocer más en profundidad a un hombre que atesora un gran conocimiento de sus dos profesiones: maestro y entrenador de baloncesto y que destila humildad y sencillez. José María es un hombre que se sitúa constantemente en segundo plano para dar sitio siempre a los demás, viviendo la vida como uno más de sus innumerables partidos de baloncesto: con auténtica entrega y pasión. Con todos ustedes, José María Martín Urbano, un malagueño de campeonato.
El restaurante: L'expérience
Y quiso el destino que nuestro encuentro se realizase en un lugar emblemático de nuestra ciudad: la Plaza del Obispo, allí se encuentra el restaurante L’expérience, un establecimiento que ha cumplido siete años de grandes éxitos y reconocimiento público, donde su eslogan “sabores compartidos que dejan huella”, nos invita precisamente a eso, a compartir. La recepción por parte de su propietario, Alejandro Ortiz, Alex, no pudo ser más efusiva, como lo fue el trato que nos dispensó en todo momento su metre Gema González. Nueve personas conforman la plantilla del establecimiento, cuatro de ellas en cocina bajo las órdenes del jefe de cocina José Javier Caparrós, quien se preocuparía en todo momento de presentarnos platos de su factoría. Toda una experiencia que le hizo honor al nombre del establecimiento. Ahora les cuento.
El invitado: José María Martín Urbano
Desde luego podemos estar orgullosos los malagueños de personajes de nuestra ciudad como lo es nuestro invitado de hoy. José María Martín Urbano es un hombre de reconocido prestigio en el mundo del baloncesto y en general en medios educativos y deportivos de nuestra ciudad.
Muy personal
Nacido en la calle Ángel en noviembre de 1950, jugaba interminables partido de fútbol en la Plaza de la Constitución y la de Mitjana. “Hoy resulta inimaginable vivir así: internet, la moneda, la tecnología. Son dos mundos diferentes. Viví una infancia muy feliz”. Habla con verdadera devoción de su madre: “Mi madre fue algo muy importante en mi vida. Fue un ejemplo de amor, de sacrificio y de generosidad. Sin pedir nada nunca a cambio. Bueno, y Jesucristo. Mi intención siempre ha sido que Jesucristo sea el centro de mi vida. Ojalá lo consiga”. Estudiando conoció a Maribel y desde entonces pasó a formar parte de su vida. “Gracias a su comprensión y a estar siempre ahí me ha permitido desarrollar toda mi complicada tarea. 45 años casados acompañados todos ellos de una convivencia muy feliz. Eso sí que ha sido una suerte en mi vida”. Amante hasta lo inimaginable de nuestra Semana Santa, es hermano de la Pasión aunque se confiesa un forofo de todas las cofradías. “Soy de los que viven cada día esperando el Domingo de Ramos, al Señor pasando por calle Parra, es el mejor día del año. Y jamás olvidaré un Jueves Santo en Málaga. Yo soy de la Pasión, del Lunes Santo, pero como soy muy tradicional, no dejo de ver el jueves como el día más grande la Semana Santa. La fe le da una dimensión a la vida. Jesucristo es la figura central de mi vida. Mi gran sueño que es que remedien los grandes problemas del mundo a partir de conseguir solucionar las cosas más pequeñas, las que nos son más cercanas. Estoy muy contento con la vida que me ha tocado vivir”. Éste es en esencia José María Martín Urbano, un hombre que cuando finalizó su carrera deportiva solicitó ser trasladado para trabajar en un Centro de Menores, con chicos que llevan una vida bastante complicada. “Tenía la plaza en Málaga pero solicité mi traslado porque me apasionaba el trabajo que había que hacer con niños en una situación muy difícil. Gracias al baloncesto he conseguido que muchos rectifiquen su vida”. Un hombre que se le antoja a uno recorriendo caminos para ayudar a los demás, siguiendo infatigable, el ejemplo de Aquel al que sigue con fervor.
¿Es usted uno de los padres del baloncesto malagueño? “En primer lugar permítame decirle que considerarme a mí un personaje me parece un exceso. En cualquier caso, le estoy muy agradecido. Yo fui un peón en las manos de dos grandes personas, los verdaderos padres del baloncesto malagueño: Paco Moreno, qepd, y Alfonso Queipo. Es difícil hacer algo sin peones y yo estaba a la sombra de ellos, y encantado de estarlo”. Pero usted tiene un prestigio reconocido a lo largo de años de trabajo. “He sido maestro y entrenador y ambas actividades han estado interconectadas continuamente, en una simbiosis perfecta. Era un simple maestro de escuela y con el tiempo me especialicé en Educación Física. He trabajado como maestro con alumnos difíciles y el baloncesto me ha servido siempre para mejorar la educación de estos chicos. Considero que existen dos elementos complementarios indispensables en la educación: una banda de música y el baloncesto. Los jugadores de baloncesto quieren que sus hijos lo practiquen, y esto es así porque saben y conocen la impronta y los valores que aportan en su educación”. La vida de un entrenador es cuando menos un tanto distinta al resto. “Un entrenador no tiene vida, solo baloncesto. Cuando yo estaba en activo no iba a comprar ni una simple corbata. Yo estaba nada más pensando en el entrenamiento, en el próximo partido, en lo que le dije al jugador, en lo que el jugador me dijo a mí… Es un estrés tremendo. Ahora no sería entrenador por nada del mundo, o en todo caso solo con un equipo de niños”. Pues menuda suerte tendrían esos chicos.
¿Han sido muchos años como entrenador? “He sido entrenador casi 30 años y si a lo largo de toda esa carrera he hecho algo por que se me debería destacar es por haber contactado en su día con la Caja de Ahorros de Ronda. He entrenado a miles de jugadores, a decenas de equipos, he ganado y perdido títulos, pero, insisto, si tengo que destacar por algo es por haber contactado en su día con Paco Moreno y haber animado y ayudado a crear lo que después sería el Caja de Ronda y hoy en día el Unicaja Baloncesto. La apuesta de la Caja de Ahorros de Ronda por el baloncesto hizo que este deporte llegara a todos. Pasar de jugar con equipos andaluces a disputar la Final Four lo dice todo”.
Está claro que el actual Unicaja ha sido esencial para el baloncesto en nuestra ciudad. “Y la Universidad. La Universidad marcó muchas cosas en la sociedad malagueña, pero donde más influyó fue en el baloncesto. Antes de existir la Universidad de Málaga, los chicos a determinada edad se marchaban a estudiar fuera de Málaga, a Granada o Madrid principalmente y perdíamos grandes jugadores”.
¿A quién debemos considerar el padre del baloncesto entonces? “[Silencio] Más que a quién es a quiénes. Al mencionado Paco Moreno, que es el padre del baloncesto profesional malagueño, pero sobre todo a Alfonso Queipo de Llano. Él es el padre del baloncesto moderno de Málaga. Fue sencillamente un adelantado a su época y un auténtico mecenas cuando nadie apostaba por ese deporte”. Veo que tiene verdadero efecto y admiración a Alfonso Queipo. “Claro. Me ha marcado como entrenador, como persona y como hombre. Siempre he tenido la ilusión de parecerme a él”.
Recibió hace unos años el premio Raimundo Saporta. ¿Qué significó para usted? “[Silencio] Pues una enorme satisfacción. Es un reconocimiento que premia a los entrenadores que han sido capaces de promover el baloncesto. Fue un día inolvidable. A pesar de realizarse la entrega en Huelva, y un día 2 de enero, estuvieron presentes muchísimos jugadores que había entrenado hacía varias décadas”.
¿Qué hace de especial a este deporte? “Lo más grande, lo más bello de este deporte es la emoción y la incertidumbre que hay alrededor de un partido. Que muchos de ellos se resuelvan en los últimos minutos cuando no en los últimos segundos lo hacen grandioso”. ¿Se siente reconocido por el baloncesto de Málaga, por la propia ciudad? “Sí, rotundamente. He sido muy feliz. El baloncesto me ha dado una proyección personal que no hubiese soñado jamás. Estoy muy agradecido. He trabajado mucho, pero el baloncesto también me ha dado mucho a mí. Y en cuanto a Málaga, me siento muy reconocido, no tengo la más mínima queja. No merezco más”.
La comida
Pronto nos rescataría Gema González de nuestra interesante charla y tras servirnos una copa de vino blanco Habla de ti, nos presentó uno de los platos estrella de la casa: langostinos crujientes con rebosado de pan panko y salsa de chile agridulce y de soja. Extraordinario. Pero no quería perder detalle y continuamos a lo nuestro. En la actualidad está como comentarista.
¿Cómo se lleva estar sentado al otro lado en un partido? Me refiero al de los informadores. “Tengo muy en cuenta mi trayectoria como entrenador a la hora de hacer una crítica, soy muy consciente de cómo afecta al entrenador y al club, por eso soy muy suave y respetuoso. Mi obsesión es que el aficionado entienda los porqués del juego para que de esa manera disfrute mucho más. Intento ser un pedagogo del baloncesto y que el espectador sepa lo que está ocurriendo y por qué en cada momento”.
De nuevo nos sorprendió Gema con otro plato de la factoría L’experience: rollito de salmón relleno de aguacate y cebolla caramelizada con crema de queso de cabra. Una mezcla de sabores algo especial. Para continuar, y tras servirnos una copa de vino tinto Habla del silencio, selección de bodegas Lara, nos sorprendió con una presa a la plancha con un salteado de champiñones, tomate cherry y rúcula.
Para finalizar, una muestra de algunos postres de la casa: brownie de chocolate, tarde de queso y tatin de manzana con base de hojaldre y helado. Sencillamente extraordinarios. Nuestra felicitación a José Javier Caparros por su trabajo en los fogones y un agradecimiento muy especial a todo el equipo de L’experience con Gema González al frente, por sus continuas atenciones.
Hoy en día tenemos más de 20.000 chicos y chicas jugando todos los fines de semana al baloncesto. ¿No puede dejar de preguntarle qué opina sobre la polémica del año pasado sobre las denuncias por ruidos en las canchas? “[Silencio] Pues que fue algo decepcionante, que es algo incomprensible. Que no se valore su aportación a la educación. Es algo increíble. No se puede entender. Me pareció algo descabellado. No merece más comentario”.
Después de tan clara respuesta, y para finalizar le pregunté por aquella época, aquellos años, del trabajo de manera altruista. “[Silencio] La entrada del dinero era necesaria para la explosión del deporte, pero hizo que se perdiera el romanticismo de cuando se ejercía el trabajo, tanto técnicos como jugadores, de manera altruista. Tengo muchas más llamadas y mantengo contacto con jugadores de aquella época que con los profesionales que tuve después. El trato y la relación eran distintos”. Resulta difícil no mantener un trato afable y educado, muy educado, con un hombre que ha dedicado su vida a la pedagogía, en las aulas y en las canchas, con verdadera obsesión.
Los vinos
BLANCO: Habla de ti
Extraordinario vino de las extremeñas bodegas Habla. Es un vino fresco, intenso y muy agradable, con una larga persistencia de frutas tropicales.
Tinto: Habla del silencio
Otro vino producción de la extremeña bodegas Habla. Es un vino intenso y goloso, fresco y carnoso a la vez, con abundantes notas frutales y bombón de licor de cerezas.
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