La Junta autoriza tres años después el arreglo del muro norte del castillo de Gibralfaro

Málaga/La Comisión Provincial de Patrimonio Histórico de Málaga ha autorizado la realización de obras de reparación en el castillo de Gibralfaro, que habían sido solicitadas por el Ayuntamiento de Málaga. Este visto bueno se da tres años después de que se desprendiera el muro norte de Gibralfaro, punto en el que se realizarán los trabajos de mantenimiento y restauración.

Después de que el Ayuntamiento de la capital haya completado la documentación requerida sobre el proyecto de intervención, la Comisión provincial, que se ha reunido hoy presidida por la delegada territorial de Fomento, Infraestructuras, Ordenación del Territorio, Cultura y Patrimonio Histórico, Carmen Casero, ha dado el visto bueno a la actuación, que se centrará en la reparación de un lienzo de la muralla norte.

La Comisión de Patrimonio valora que la última propuesta es compatible con los valores patrimoniales del inmueble culturalmente protegido, por lo que procede a emitir un informe favorable a la autorización de las obras, que habían sido solicitadas por el desprendimiento de parte de un lienzo de la muralla norte del castillo por su cara exterior, motivado, al aparecer, por la acción de unas fuertes lluvias.

El último informe y al que se da luz verde por parte de la Junta de Andalucía se trata de un encargo que la Gerencia de Urbanismo hizo a una empresa especializada en la restauración de edificios históricos y patrimonio.

De los análisis y estudios previos ya realizados, se ha concluido que el material derrumbado, con mampuesto y ladrillo, proviene de una restauración acometida en el siglo XX sobre una muralla original de tapia de hormigón de cal. El relleno del muro, ahora visible, muestra por una parte la masa terrosa de la tapia medieval y en la parte superior un vertido desordenado de piedra, seguramente de una intervención del siglo pasado.

En el proyecto de restauración se analiza el cuadro patológico, y se concluye que la causa principal del derrumbe parcial de este paño de muralla ha sido la escasa trabazón en esa zona, entre ésta y el núcleo de la estructura, seguramente relacionada con una incorrecta elección de materiales y puesta en obra durante su reconstrucción. De forma añadida, posibles infiltraciones de agua en la coronación del muro, desde el paso de ronda, debido a una falta de impermeabilidad, pueden haber acentuado el problema y provocado la caída final de las fábricas.

Las líneas estratégicas de la propuesta autorizada son la salvaguarda del monumento y el respeto de la imagen que ofrecían los restos defensivos tras sus fases constructivas medievales, lo que se concreta en un acabado mediante revoco de mortero de cal de tono y textura similar a los revestimientos existentes, ejecutado con materiales compatibles en términos estructurales, materiales y estéticos.

Sobre la propuesta municipal, la Comisión de Patrimonio valora que se ha planteado una restitución del lienzo desprendido con una imagen similar a la existente antes del derrumbe, estabilizando los restos que se han conservado, evitando afecciones sobre los restos del tapial nazarí y moderno, y dejando constancia de la intervención mediante el rehundido de 2-3 cm del acabado respecto al paramento conservado.

Con respecto a los morteros de restauración, si bien el proyecto plantea realizar pruebas de compatibilidad se considera necesario que la caracterización e identificación de materiales se lleve a cabo antes de la ejecución de las correspondientes partidas de obra, como mejor sistema para determinar dicha compatibilidad del trabajo nuevo con el preexistente y su carácter estructural y estético. De esta manera, servirá además para identificar posibles patologías y obtener una información necesaria y precisa para la elaboración del plan de conservación preventiva.

Los criterios para la limpieza y restitución a seguir deberán seguir los criterios establecidos por la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía de mínima intervención, atendiendo de forma prioritaria a la conservación del bien y justificando los tratamientos elegidos, que deberán ser estables, reversibles, que no alteren su aspecto original y cuya idoneidad debe ser probada.

Por tanto, los materiales empleados en la conservación, restitución y rehabilitación deberán ser compatibles con los del bien. En su elección se seguirán criterios de reversibilidad debiendo ofrecer comportamientos y resultados suficientemente contrastados. Las restituciones llevadas a cabo deberán ser perfectamente identificables y los materiales utilizados deberán ser reversibles, si se añadiesen materiales o partes indispensables, las adiciones deberán ser reconocibles y evitar confusiones miméticas.

Por otro lado, para atender a posibles imprevistos, completar la documentación del análisis arqueológico de estructuras emergentes previo y para controlar arqueológicamente la limpieza y saneado de las fábricas originales, el inicio de la ejecución del proyecto de restauración está condicionado a la realización de una actividad arqueológica consistente en control arqueológico de movimientos de tierra.